Magius: «Una obra debe ser atractiva visualmente, y eso en el cómic es fácil de ver»
Entrevistamos al historietista e ilustrador Magius con motivo de su última obra Black Metal.
Eres conocido en el mundillo del cómic por dos obras El Método Gemini y Primavera para Madrid ¿qué obra fue más difícil de crear y por qué?
Pues no sé cuál decirte, porque EMG fue mi primera obra larga, y eso es algo que siempre cuesta hacer cuando no tienes una experiencia previa, pero en PM partía de un montón de artículos de prensa con cantidad de información, de modo que con todo ese material tuve que elaborar una historia.
¿Qué es lo que quieres conseguir al hacer una obra?
Pues en cierto modo vivir esa historia, recrearme en ella sin necesidad de hacerla real. Hay situaciones que nunca voy a ver realmente o lugares en los que jamás estaré, pero creando un cómic los reconstruyo de alguna manera.
¿Cuál es tu método para crear historias?
Lo primero es encontrar una historia y unos personajes que me sorprendan por algo, que se salgan no solo de lo habitual, sino que vayan mucho más allá de lo que cualquier persona iría. La realidad es una fuente inagotable, pero también ésta se debe contar de forma adecuada para que no parezca que se está contando una mentira. Suelo documentarme mucho, imprimiendo páginas y páginas de información, o mirando imágenes y recopilándolas. Cuando tengo más o menos claro qué quiero contar, y un estilo gráfico definido con el cual hacerlo, me pongo a trabajar directamente sobre el papel. No hago ningún guión o storyboard previo, pues como autor autodidacta nunca nadie me dijo que se debía hacer una planificación previa, así que sobre el mismo papel marco las viñetas, hago el guión y bosquejo los dibujos, que después voy definiendo y termino entintando.
¿Qué es lo más importante que tiene que tener un cómic o novela gráfica?
Pues supongo que una historia que hasta entonces no se haya contado, o también que no se cuente de la manera más estándar. También creo que debe ser atractiva visualmente, y eso en el cómic es fácil de ver. Hay gente que prefiere un cómic bien dibujado, con un guión mediocre, a una historia y narración con interés, pero con un dibujo cutre o poco llamativo, aunque yo creo que un buen cómic debe tener tanto un buen dibujo como algo interesante que contar.
Pasemos a la última obra que has publicado Black Metal , ¿por qué te decidiste a crear algo así?

Hace más de veinte años saqué unos fanzines con la misma temática y mismos protagonistas, que también se llamaba Black Metal. A mí siempre me ha gustado mucho este estilo de música, así que en cierta medida empecé a hacerlos como homenaje al black metal. Los fanzines tuvieron cierto éxito underground, así que por el 2010 me autopubliqué un libro titulado Black Metal Comix, en el que recopilaba varios de esos fanzines. Pero mirando esta obra, me parecía que podía dibujar mejor a los personajes y darles un espacio en un novela larga, ya que la historia, por todos sus crímenes y leyenda negra, la merecía
¿Qué tuviste en cuenta para desarrollar a los personajes?
Evidentemente, tuve en cuenta a los personajes reales en los que están inspirados. Cada uno de ellos tiene algo distinto y especial. Euronymous, por ejemplo, es un niño empollón que se lleva muy bien con sus padres, pero a sus espaldas plantea maldades que otros personajes llevan a cabo. El Conde Grishkackh, en cambio, es pura inocencia y su maldad es algo completamente natural, por lo tanto no tiene que forzar una interpretación para parecer malvado ante nadie: ya que él lo es realmente.
Toda la historia está basada en hechos reales, utilizas la parodia para suavizar el relato, ¿crees que así llega mejor a la gente?

El caso es que la historia real, sin parodia, puede llegar a mucha gente, pero claro, es tan estrambótica que ya en sí puede resultar humorística. En la historia real, los protagonistas eran adolescentes y jóvenes, en mi libro les reduzco la edad (son niños) para enfatizar ese estado aún inocentes en el que empezaron a crear sus maldades, que sin esa ingenuidad es difícil de entender. No intento suavizar el relato en sí, pero lo cuento como un cuento infantil, y ahí está la diferencia para contar una historia que ya está en varios documentales, libros y hasta en una película.
Entiendo que eres aficionado al black metal como género musical, ¿qué destacarías de él?
Sí, soy bastante aficionado, de hecho ahora mismo, mientras respondo a la entrevista, estoy escuchando un viejo disco de la banda noruega de black metal Gehenna. Yo destacaría la particularidad del black metal, no es precisamente un estilo musical convencional, yo lo veo como el anti-pop. Digamos que desafía prácticamente todos los límites, y resulta un bicho raro en un mundo tan normativo y aburrido (a mi entender).
¿Crees que le ayudó toda esta polémica e historias truculentas para hacerse más conocidos o el género en sí no necesitaba a estos locos para llegar a buen puerto?
Supongo que al principio sí lo necesitó, de hecho Count Grishnackh fue a la prensa para dar publicidad a su proyecto Burzum, pero si comparo la escena noruega con la finlandesa, la brasileña o la francesa, podría haber sobrevivido perfectamente, ya que bandas como Beherit, Sarcófago o Samael son clásicas, y no tuvieron que cometer ningún crimen. Lo que pasa es que el black metal se conoce fuera de la escena metalera por los crímenes, y también debido a esto hay muchos equívocos al respecto, como que el black metal es solo Noruega, ¡nada que ver!
¿Cómo has querido plasmar un país como Noruega?
Para el black metal noruego, Noruega en sí es muy importante; las letras, las portadas y hasta la música hacen referencia a los bosques, el frío, el hielo, la noche y el pasado vikingo. Nunca he estado en Noruega, pero ya la conozco bastante bien gracias al black metal. Muchas páginas están inspiradas en las portadas de los discos o fotos de los libretos, que son muy visuales, así que yo me he limitado a copiar estos ambientes. La imagen de Noruega como país de gente pacífica, rica y socialdemócrata contrasta con su pasado pagano, ya que fue prácticamente el último país europeo en convertirse al cristianismo. Ese paganismo y la vuelta al pasado parece un fuego enterrado, pero que sigue ardiendo. Pienso que el black metal es fruto de ese aburrimiento o aislamiento que los noruegos sufren en un país acomodado aunque frío en todos los sentidos.
¿Qué es lo que más te ha costado a la hora de adaptar al cómic esta historia?
No me ha costado mucho, ya que es una historia que llevo tratando desde hace más de veinte años. Conozco muy bien a los personajes, para mí es como si fuesen ya de mi familia, y he hecho el cómic bastante del tirón.
El formato del libro es maravilloso y su aspecto invita a comprarlo a la primera, ¿cómo llegaste con la editorial al acuerdo de publicarlo así?
Pues fue bastante natural, ya que al editor le pasé las páginas con un gran porcentaje de negro, así que él tenía bastante claro que debía ser un cómic en el que el negro fuese muy negro. Me comentó de hacerlo algo más grande que los otros y de que la cubierta iba a ser de un material imitación del cuero, lo cual pega mucho con el black metal, así que estupendo.
En el plano musical, elige un álbum de Black Metal y por qué.
Pues es difícil elegir uno, pero supongo que el más característico del género es el De Mysteriis Dom Sathanas de Mayhem.
Próximos proyectos…Ahora estoy trabajando en una historia que habla sobre el ascenso de la ultraderecha y lo atractiva que se está volviendo para los jóvenes.
Para los seguidores de Mautorland, ¿por qué deberían leer Black Metal?
Pues para pasar el rato y añadir más fuego del infierno a este verano que aún nos queda por delante.
