“Snowflakes Are Dancing”, un pequeño homenaje a Isao Tomita

Hay canciones que en tu vida se marcan a fuego. Temas que pasan a ser parte de tu devenir, y que con el paso del tiempo se quedan ahí como puertas que de vez en cuando, al escucharlas sonar, se abren y vuelven a mostrarte esos momentos que se perdieron en tu vida, pero que en esa época los vivías con mucha intensidad.

Recuerdo esos lunes al salir del colegio, el llegar a mi casa, pillar un bocata y ver ante la tele la intro del programa “El Planeta Imaginario”, una canción rara, extraña y a la vez sugerente entró en mi vida y se quedó para siempre. Claro está que en ese momento desconocía el origen de la canción, desconocía también que era una versión, y mucho menos sabía que el intérprete era el japonés precursor de la música electrónica, Isao Tomita, reinventando el tema de Claude Debussy “Arabesque nº 1”.

Con el paso de los años descubrí el origen del tema, y me fascinó la ocurrencia de este músico al coger temas clásicos y pasarlos por el tamiz de la electrónica. El corte se encontraba dentro del álbum “Snowflakes Are Dancing”, editado en 1974 por RCA y que posteriormente se remozó en una edición de 1991 publicada en Japón que llevó el título de “Claire de Lune”, posiblemente la composición más famosa de Debussy, y que era el tema central del álbum. Hubo un tercer lanzamiento en el año 2000 que mantuvo el nombre original de la obra.

Como decimos un disco que repasaba la carrera del compositor clásico, y en el que nos encontramos además de los temas antes comentados, joyas tales como “·Gardens In The Rain (Estampes nº 3)”, o “The Engulfed Cathedral (Preludes, Book 1, nº 10).

Tomita realizó una magistral interpretación electrónica de estas obras clásicas, mezclando adecuadamente distintos efectos sonoros con sintetizadores, (que acababan de desembarcar en el mundo de la música), samplers de la época etc… Resalta sobremanera la utilización de voces sintetizadas, con el supuesto empleo de un vocoder.

El empleo de la electrónica en este álbum hay que circunscribirlo a la época en que se hizo. Estamos en los principios de la música electrónica como tal, y eso se nota. Aún así el tiempo ha sido clemente con esta obra, y guarda un aroma electrónico vintage que te transporta igualmente, a esos lugares en los que seguro Tomita pensaba al crear su obra.

Se nos fue el 5 de mayo de 1986, una gran perdida, uno de los padres de la electrónica nos dejaba para siempre, pero afortunadamente su música no.

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