Anthrax y el origen del término “thrash metal”
En el maremágnum de sonidos que nos podemos encontrar en la amplia familia del metal, siempre andamos como locos, (sobre todo los críticos musicales), por etiquetar las bandas según la música que desarrollan. Los que escriben de música saben a lo que me refiero, nos facilita la vida bastante tener un término para echar mano de él, y así poder describir de una manera más fehaciente lo que estamos escuchando.
Algo parecido les debió pasar a los que se encontraron con el thrash metal ante sus morros allá a por los años 80. Un nuevos sonido que no era exactamente heavy metal empezaba a asomar el hocico, y claro está había que darle un nombre.
El origen de la utilización del término thrash metal se lo debemos por un lado a Anthrax y por otro al crítico musical, Malcolm Dome.
En 1984 Anthrax publica su álbum “Fistful Of Metal”, y en ese trabajo se encuentra el tema “Metal Trashing Mad”, a colación del mismo en una reseña realizada para la revista Kerrang!, Malcolm Dome habla por primera vez de thrash metal como género musical.
El término thrash ya había aparecido anteriormente en la revista llamada Thrasher de 1981, y el año siguiente se lanzaría un recopilatorio de hardcore punk llamado “New York Thrash”. Por tanto el palabro ya estaba vivo, lo que hizo Malcolm Dome es darle un sitio dentro de los géneros del metal.
En esa época fue muy importante diferenciar mediante este término la música que crearon Metallica, Exodus, Anthrax etc… para diferenciarlos claramente de las bandas de la nueva ola del heavy metal británico, que eran las que imperaban en esa época.
El thrash metal nace para dar cobijo a una serie a su vez de subgéneros como el death, black etc… que se irían definiendo poco a poco pero que encontraron acomodo en esta especie de cajón de sastre sónica.
La importancia del thrash en la historia del metal es total. No solo dio sombra a una serie de sonidos que no encontraban acomodo en el heavy metal, sirvió de lanzadera para la llegada del metal extremo de una manera palpable y además sirvió de puente con el hardcore punk, para crear ese maravilloso Crossover que tanto nos gusta.
Bendita “basura” musical.
Nota. Bibliografía: La Historia del Heavy Metal – Andrew O’Neill.