Día Internacional del Orgullo LGTBI, “Painkiller” (Judas Priest) contra la intolerancia
Art. 14 de la Constitución: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
A simple vista ya con lo que dice la Carta Magna todo tendría que estar solucionado, ¿no?; pues no es así. A día de hoy se sigue discriminando a las personas por su orientación sexual. Bien es cierto que en nuestro país ya se ha andado mucho camino. Fuimos pioneros en permitir que los integrantes del colectivo LGTBI pudieran contraer matrimonio legalmente; todavía recuerdo los comentarios hirientes de la caspa política española en contra de este derecho.
Hoy, 28 de junio es el día del Orgullo LGTBI. Un día que sirve para recordar al mundo que nadie debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo, o su identidad sexoafectiva. Todos y todas tenemos el mismo derecho a ser respetados por ser lo que somos, sin mirar o tener en consideración la orientación sexual.
Como he dicho antes todavía queda mucho por hacer. Siguen existiendo actitudes, gestos, e insultos hacia este colectivo por el mero hecho de tener una orientación sexual distinta a la que establece la moral, y los dictámenes de una parte de la sociedad que no respeta los derechos de las personas.
He visto multitud de gestos feos y deshonrosos contra este colectivo y las personas que lo forman. He oído insultos a lesbianas por el mero hecho de ir de la mano por la calle. En mi época de instituto se vejaba y humillaba al “marica” de turno por ser un chaval distinto a los demás. Todavía recuerdo como un señor, por llamarle algo, me contestaba así cuando le preguntaba por una calle de Madrid cerca de Chueca: “Está a dos calles de aquí, pero ten cuidado que te puedes encontrar a algún sujeto de esos…”
No hace mucho pude ver un vídeo grabado por las calles de Moscú escalofriante. Un par de chicos iban de la mano paseando y se podía visionar como decenas de hombres les insultaba e incluso agredían físicamente por el hecho de ser homosexuales; en muchos países todavía están en la Edad Media en lo que se refiere a este tema.
En lo musical también se ha tenido que recorrer mucho camino para normalizar todo este tema. En la década de los 80, sobre todo en este país, era un tabú verbalizar la orientación sexual de cada uno. Nadie del colectivo heavy o metalero se atrevía a mentar el tema; todo era mirar hacia el otro lado. Hablo del ámbito del heavy porque es el que conozco; en los otros géneros musicales tres cuartos de lo mismo.
La vida es de los valientes, y el cantante de Judas Priest, Rob Halford, lo fue y mucho al decir que era homosexual. Nunca antes una estrella del heavy metal había gritado a los cuatro vientos su orientación sexual. El gesto de Halford fue capital para que todo un colectivo amante de este tipo de música, aceptara sin tapujos a todo el mundosin importarle con quién se iba a meter en la cama.
Tras el reconocimiento de Halford, muchos otros artistas del mundillo metalero dieron el paso también para hacer ver que a la gente se le debe medir por sus actos y no por lo que hacen en su vida íntima.
Ojalá llegue un día en el que no haya que celebrar este día; eso habrá significado que la discriminación ha dejado de existir, y ya nadie mira a nadie por encima del hombro.
Como medicina contra la intolerancia que mejor que el tema de Judas Priest, “Painkiller”, como ya sabréis en inglés significa “analgésico”, es decir pastillas contra el dolor. Apaguemos el dolor de la intolerancia con este temazo: