El día que vi a mi lado a Ronnie Wood y no supe qué hacer
Historia bizarra donde las haya, pero cierta. Supongo que muchas veces habréis recreado en vuestras cabezas situaciones rocambolescas. Ese tipo de momentos raros en las que mentalmente es muy fácil salir airosos de ellos, pero que si te pasan en la realidad su resolución no es tan fácil.
Os sitúo. Una calle cualquiera de Barcelona, un parque y al lado del mismo una panadería donde también sirven cafés. Me disponía a pasar una jornada plácida de sábado en compañía de unos amigos y sus hijos. Para hacer tiempo mientras nos íbamos a comer, decidimos entrar en un pequeño parque infantil de los que están insertos en plena calle, (si vivís en Barna sabréis a lo que me estoy refiriendo), para que los chavales se entretuvieran mientras tanto. Me senté en un banco, ufano, de fin de semana vamos. Al cabo de unos minutos y separados únicamente por una pequeña valla metálica, aparecen tres personas, una mujer, un chico joven y un tipo con una gorra azul, camiseta blanca, bermudas rosas, calcetines negros y chanclas; el típico guiri que se pasea de esa guisa por la Ciudad Condal en verano. Miré al extraño tipo con la condescendencia que solemos mirar a los extranjeros estrafalarios que pasean su garbo por Barna; todo normal hasta ese momento.
Justo antes de irnos me fijo que una pareja que pasa por delante nuestra empieza a hacer señas, hacia donde estábamos nosotros. A la chica le pude leer en los labios: “¡Hostia qué fuerte, es él!”. Evidentemente no se podía estar dirigiendo a mí, o sea que solo quedaba el tipo estrafalario que estaba al lado mío. Enseguida pensé que a lo mejor era un actor de la TV3, de alguna serie conocida etc… Giro la cabeza de nuevo para mirar al sujeto y a la vez él me mira también; un escalofrío recorre mi espalda. Delante mía se encontraba: Ronnie Wood, uno de los guitarristas de The Rolling Stones.
Como os decía al principio del relato, uno sueña con tener alguna vez que vivir una de estas estrambóticas situaciones. Tienes a uno de tus ídolos al lado tuya, un músico famoso mundialmente perteneciente a la banda junto a The Beatles, más grande de todos los tiempos; en definitiva todo es perfecto para tener un momento único junto a una estrella del rock.
Acto seguido os preguntaréis qué hice ante esta situación; pues no hice nada. Se me pasaron por la cabeza varias maneras de abordarlo. No sabía que hacer, por un lado pensaba que acercarme al guitarra de los Stones vestido de esa manera sería para él algo comprometido, que me podría mandar a la mierda, y con razón. Por otra mi lado de fanático de la música me impulsaba a acercarme y babosear hasta el infinito y hacerme unos cuantos selfies. Mientras estaba sumido en ese mar de dudas, el Sr. Wood se levantó, pagó y se fue por la esquina que estaba al lado de la panadería-cafetería.
Se me quedó una cara de gilipollas considerable, en ese momento pensé que había sido tonto por no acercarme; joder una oportunidad así no volvería a presentarse. Me enteré a los días que Wood se ha había instalado en Barcelona, y que vivía a poca distancia de mi piso; me quedó la pequeña satisfacción de saber que vivía cerca de mí.
Con el paso del tiempo creo que acerté en no decirle nada. Todo el mundo, incluidos los artistas que están sometidos a la dictadura de la fama, merecen ser respetados en suprivacidad y no un imbécil queriéndose hacer una foto con ellos, perturbando un momento de intimidad familiar. Sea como fuere fueron unos momentos muy confusos, pero a la vez mágicos; no soy de los que se regodean rompiendo la magia.
Efectivamente Antonio tiene piso en Bcn yo me lo encontré en el Camp Nou en un partido de la champions del año pasado.
Y cómo tú… no le dije nada.