La Iglesia, fetos y Rammstein

Ya nadie duda de la capacidad de generar controversia que tiene la banda germana Rammstein. La transgresión es su “leiv motiv”, levantar ampollas y crear agrías discusiones en torno a su parafernalia, letras o shows les han hecho ser una formación que no deja indiferente a nadie; o los más o los odias.

El arte de las portadas de los álbumes de los alemanes tampoco ha quedado exento de levantar el hacha de la censura, y de los represores de la libertad de expresión. Sin ir más lejos el cover de su último álbum “Liebe Ist Für Alle Da” que data de 2009, fue objeto de censura por representar la foto de una bacanal “gastrónomica” con el cuerpo de una mujer.

Nos vamos a detener en otra portada, en concreto la del álbum “Mutter” lanzado el 2 de abril de 2001, y que a la postre sería uno de los trabajos más reconocidos de la banda teutona.

En el cover aparece la fotografía de un feto muerto. Se trata de la obra realizada por Daniel y Geo Fuchs en la que se plasmaba la cara de una niña muerta, hace más de 200 años, por un tumor. El cadáver del feto se encuentra en un tarro conservado mediante formol. La parte trasera de la portada representaba las manos del feto sobre su abdomen, dando una vuelta de tuerca más a la espectacular fotografía que presidía este disco.

Daniel y Geo Fuchs hicieron una retrospectiva fotográfica llamada “Conserving” que se dividía a su vez en tres grupos: “Fish”, “Animals” y “Humans”. En estas fotos se capturaban tanto animales como seres humanos conservados en el líquido antes mencionado.


Los miembros de Rammstein quedaron epatados por esta serie de fotografías y se lanzaron a colaborar con ellos para, no solo tomar una de esas fotos para la portada del álbum, si no realizar una serie de instantáneas con ellos como protagonistas en donde se pueden ver a todos los miembros del grupo sumergidos en un líquido amarillentos dentro de un tarro. Estas fotos formaron parte del libreto interior de “Mutter”.

El álbum tuvo un éxito total como ya hemos reseñado anteriormente, pero la polémica ya estaba servida. La utilización de la fotografía de un feto encolerizó a los sectores más reaccionarios de la Iglesia de su país, el mismísimo Rudolf Hammerschmidt miembro de la Conferencia Episcopal alemana se preguntaba “cómo era posible que se mostrara algo así en un álbum de música”. La Iglesia Evángelica también arremetió contra Rammstein, señalando que “era una exhibición indigna de un muerto”.

La doble moral religiosa pataleo ante el “atropello” de Rammstein, pero nada pudo hacer para que este disco se situara entre lo más vendido por la formación, y pasará a ser uno de los mejores álbumes de aquel 2001.

La moral religiosa siempre buscando demonios en todos los dados, cuando casi siempre los tienen en su propia casa.

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