Los últimos días de Led Zeppelin
Un 4 de diciembre de 1980, Led Zeppelin decía adiós al mundo de la música. La muerte de Jon Bonham fue demasiado para la banda, y decidieron dejar de estar juntos y por tanto cesar de crear su maravillosa música. Este fue él comunicado que enviaron a la prensa:
“Queremos que se haga saber que la pérdida de nuestro amigo y el respeto que sentimos hacia su familia, junto con la sensación de armonía sin fisuras que sentimos nosotros y nuestro mánager, nos ha llevado a tomar la decisión de que no podemos continuar siendo lo que éramos”.
Muy doloroso para los miles de fans. No solo desparecía Jon Bonham, si no que una de las bandas más importantes de la historia del rock les decía adiós.
El infortunio se cebó en la última época de la formación. Desde cuatro años atrás, 1975, Led Zeppelin empezó a tener signos de que su final sería abrupto y desagradable.
La mala suerte se cebó sobre todo con Robert Plant. Primero sufriría en la isla de Rodas (Grecia), un brutal accidente de tráfico con su mujer, sus dos hijos y la hija de Page, que estuvo a punto de acabar con sus vidas. Y qué decir de la muerte de su hijo Karac en 1977. Plant se hundió en una fuerte depresión, y su días de ídolo de masas pasaron a mejor vida.
Nos centraremos en los últimos días de la banda, que tienen como funesto protagonista a Jon Bonham y el alcohol. El baterista de Led Zeppelin engullía bebidas sin parar, pero además consumía otro tipo de drogas como la heroína.
En 1980 Bonham estaba intentando desintoxicarse de las drogas duras. La banda se encontraba en los ensayos de la gira para promocionar su álbum de 1979 “In Throught The Out Door”.
El día 24 de septiembre de 1980 algo se rompería para siempre. Esa malograda jornada Bonham consumió vodka en cantidades industriales, terminando desvanecido por tanta ingesta de alcohol. Sus compañeros lo arrastraron literalmente hacia la cama para que se le pasara la borrachera. Fue hallado cadaver la mañana del 25 de septiembre.
Los tabloides no tuvieron piedad con la banda. Achacaron los devaneos de Page con la brujería y el satanismo a toda la mala suerte que había tenido la banda en los últimos tiempos. Pactos con el diablo, magia negra, etc… fueron puestos en boca de todo el mundo como culpables de tanta desgracia.
Lo real del caso es que la banda desde la muerte del hijo de Plant ya no era la misma. Page no fue al entierro y Plant desde ese día le guardó rencor para siempre. Robert Plant hubiera dejado la formación más tarde o temprano y la muerte de Bonham aceleró el proceso casi de manera inmediata.
De hecho así es como lo hemos vivido en todos estos años. Page y John Paul Jones hubieran vuelto con los ojos cerrados a montar una gira con Led Zeppelin, Plant siempre les paró los pies. El vocalista de la banda siempre estuvo muy unido a Bonham, la sola idea de no verlo sentado en el kit de batería era insoportable para él.
La única reunión que fue posible fue como todos sabéis en 2007, en homenaje al fundador del sello Atlantic Records, Ahmet Ertegun, amigo íntimo de la banda.
Fuera como fuese, Zeppelin tuvo una última etapa de su carrera llena de infortunios, desdichas y malos momentos. Pocas veces en la historia se recuerdan tal cúmulo de malas noticias en el seno de una banda; algo así fue muy difícil de soportar para estos maravillosos artistas.
Nos queda su música, que no es poco…