Os habéis equivocado de enemigo, con el rock no podréis

Somos perros viejos. Los rockeros estamos acostumbrados a movernos en el underground, y más en este país. El rock nació, creció, y se hizo presente en el mundo, como respuesta a la mojigatería, al pensamiento único y a la moralina de los que se creen con el derecho de decirte lo que tienes que hacer, decir, e incluso cómo  vestirte; os habéis equivocado de enemigo.

Desde lo años 50 más o menos, el rock cogió el testigo de lo políticamente incorrecto, de lo contestatario. Inoculó en la mente de muchos jóvenes la capacidad de pensar por sí mismos, de tomar sus propias decisiones, y por supuesto de aprender de sus propios errores; en definitiva el poder tener libertad.

Las sociedades conservadoras siempre nos han asociado con lo maligno, lo oculto, lo depravado. En sociedades marcadas por el pensamiento único, en donde lo que importa es lo políticamente correcto, ser rockero es una lacra a erradicar; pensar y actuar por ti mismo está prohibido.

Nuestro país ha entrado en una involución sin freno debido a los desmanes de los políticos. No importa que sean unos corruptos, delincuentes y que abusen continuamente de su poder, lo que les importa es que tragues con eso y que te calles. 

En esta España de 2018, por tener unas letras malsonantes, o injuriosas te meten en la cárcel; eso en un sistema que se llama democrático no se puede permitir. 

El rap está sufriendo en sus carnes esta represión dictada por unas normas creadas por unos políticos que tienen las manos sucias. No tienen ni la autoridad moral ni social para llevar a cabo estos desmanes. 

No sé las consecuencias que tendrá esto para los músicos de rap; supongo que seguirán intentando ser igual de contestatarios. En cambio, estoy seguro que lo acontecido con Evaristo dará de nuevo oxígeno y alas al colectivo rockero para erigirse en lo que siempre fue: libertad sin ataduras. 

Hace años que el rock solo suena para cosas malas, o para hacernos creer que es el responsable de algo malo. Somos los eternos olvidados para todo, que solo salimos a la palestra para que nos pinten la cara; repito, os habéis equivocado de enemigo. El rock tiene fuerza para aguantar eso y mucho más, sencillamente se ha alimentado durante años de la represión; es hijo de la represión. 

Pasarán los años, vendrán nuevos y mediocres políticos, nuevas leyes mordaza que intentarán hacernos callar; pero me apuesto las pelotas a que Evaristo seguirá encima del escenario cantando sus jotas, y nosotros abajo jaleándolo. 

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