“Tuskegee” (Zeal & Ardor): experimentos, sífilis y muerte
La ciencia, la sanidad, son palabras que nos inspiran seguridad o por lo menos eso es que deberían hacernos sentir; por desgracia no siempre han sido sinónimo de ello. Un nombre ha quedado en la historia, como ejemplo de todo lo contrario, la ignominia hecha nombre: Tuskegee.
En el EP “Wake Of Nation” del músico Zeal & Ardor, nos podemos encontrar un tema llamado “Tuskegee”. La canción está basado en el terrible experimento que con el mismo nombre, se desarrolló por parte de la sanidad pública estadounidense entre los años 1932 y 1972, en la población sita en Alabama (EEUU).
A más de seiscientos aparceros afroamericanos, en su mayoría analfabetos, fueron sometidos a un estudio para observar la progresión natural de la sífilis si no era tratada y las consecuencias de la misma, hasta llegar a su muerte. Las personas utilizados en este experimento no habían dado su consentimiento informado, no habían sido debidamente informados de su diagnóstico y fueron engañados al decirles que tenían «mala sangre» (un término local para referirse a enfermedades que incluían la sífilis, la anemia y la fatiga). Para que accedieran al estudio se les ofreció les dijeron que si participaban en el estudio recibirían tratamiento médico gratuito, transporte gratuito a la clínica, comidas y un seguro de sepelio en caso de fallecimiento.
El estudio estuvo vivo hasta casi 40 años después, con las terribles consecuencias que se derivaron del mismo. Enfermedad, muerte y sufrimiento. No fue hasta 1972 cuando se pudo detener este horrendo episodio de la historia del sistema de salud norteamericano.
No fueron informados en todos esos años de las consecuencias que podía tener la enfermedad sobre sus vidas. Con la excusa de decirles que tenían “mala sangre” se les incitó para realizar y ser partícipes de este siniestro experimento.
El 16 de mayo de 1997, con cinco de los ocho supervivientes presentes en la Casa Blanca, el presidente Bill Clinton pidió disculpas formalmente a los participantes en el experimento Tuskegee:
“No se puede deshacer lo que ya está hecho, pero podemos acabar con el silencio… Podemos dejar de mirar hacia otro lado. Podemos miraros a los ojos y finalmente decir de parte del pueblo estadounidense, que lo que hizo el Gobierno estadounidense fue vergonzoso y que lo siento”.
Una terrible historia, que hizo tambalear los cimientos de la ciencia en EEUU, y aceleró la creación de comités para la defensa de los pacientes y sus derechos, entre ellos al del consentimiento informado.