Lobezno está sediento de sangre

Me encanta el nombre de Lobezno, sí ya sé que es mejor Wolverine, pero uno se crió llamando a Logan de esa manera y esas cosas quedan en la retina. Hoy quiero escribir sobre un novela gráfica, cómic, que revisité hace poco en homenaje al fallecimiento del gran Peter David. Se trata de Lobezno: Sediento de Sangre.

Fue siempre una historia que me llamó la atención por ver por primera vez a un Lobezno asustado, con debilidades, teniendo pesadillas. Eso no era común en el universo de Logan, un personaje creado para no temer a nada ni a nadie. Un cazador implacable que no tenía misericordia de sus presas y alardeaba de ello. De repente nos encontramos con una historia guionizada magistralmente por Peter David y dibuijada por Sam Keith que da la vuelta a la tortilla apareciendo Lobezno en una posición realmente inesperada: la de presa en lugar de cazador.

Vayamos al contexto de la historia. Esta novela gráfica recopila los números 85 al 92 de Marvel Comics Presents. Tenemos que viajar a la segunda casa de Lobezno, Madripur. Allí exiliado, Logan ha operado en la sombras durante años haciendo alarde de su habilidad en el rastreo y su instinto asesino. Todo ello cambia con la aparición de un villano de armas tomar: Cyber. Este asesino no es un enemigo al uso para Lobezno, su piel está recubierta de adamatium lo que le hace prácticamente invulnerable a los ataques de Logan. A todo esto hay que sumar el conocimiento del pasado que tiene del mutante, lo que posiciona Lobezno en una situación realmente delicada. Viene en definitiva para ajustar cuentas y cazar al ser con esqueleto de adamantium.



El guión de Peter David crea un atmósfera inigualable
desarrollando un historia con tintes de thriller de acción y horror a la vez. Nos encontramos con una lucha desigual en principio, ya que Cyber no solo
parece ser superior fisicamente a Logan, sino que también juega con su mente haciéndole recordar fragmentos de su pasado que querría olvidar. Logan a medida que va pasando la trama se ve obligado a reconsiderar su estrategia de enfrentamiento ya que sus métodos tradicionales no sirven para Cyber. Debe recurrir a su inteligencia y experiencia ante la vida para tener alguna posibilidad de derrotarlo. El tratamiento psicológico de los personajes por parte de David es realmente maravilloso y se mezcla violencia con horror mental de una manera
fantástica.

Debemos detenernos en el arte de Sam Keith. Nos muestra un estilo visual y creativo muy expresivo y dinámico. Sus trazos son potentes y enfatizan de manera radical la brutalidad de los combates y la
tensión psicológica a la que están sometidos los personajes. Hay mucha utilización de sombras profundas y colores en tono oscuro que dotan a todo el conjunto de una atmósfera inquietante y casi depresiva. Es muy meritorio ver cómo se logra sentir lo mal que lo está pasando Logan en todo momento. Creo que el desarrollo de las escenas de acción son bastante impactantes y se logra plasmar la ferocidad en los enfrentamientos y los choques entre los dos
principales personajes de la trama. Casi duele el ver alguna viñetas por lo realistas que son. La introspección también está francamente bien resuelta y nos ayuda a comprender el estado anímico del personaje adoptado por así decirlo por el Profesor X.


Lo más destacable de la historia como ya hemos
indicado es explorar el lado vulnerable de Logan. David siempre intentaba ver más allá de los personajes y no quedarse con un héroe arquetípico que solo sabe dar mamporros y poco más. David obliga al personaje a estar en una posición de desventaja y así lo obliga a tener que adaptarse a esta nueva situación. Todo ello se refuerza presentándonos una realidad: Logan no es invencible. Aunque tiene un factor de curación extremo tenemos la certeza de que hay enemigos que le pueden hacer la vida realmente imposible. El lector tiene ante sí la duda de ver si Logan es capaz de salir victorioso ante tal adversidad.

Lobezno: Sediento de sangre es un tratado perfecto de cómo se debe combinar en una novela gráfica, acción, horror y un viaje psicológico a la mente de los protagonistas. Peter David demostró una vez más lo genial guionista que era y lo capaz que era también de darle una nueva vida a los personajes heróicos condenados únicamente a tener un desarrollo lineal lleno de violencia y sin tener nada que decir medianamente decente. Una obra no solo dirigida a los fanáticos de Wolverine, los amantes del cómic en general disfrutarán de un trabajo que desafía la expectativas que puedes tener con respecto  a un tebeo de superhéroes.

 

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