“Lords Of Chaos”, la crónica esperpéntica de los controvertidos días del Inner Circle
Al fin hemos podido visionar “Lords Of Chaos”, el film dirigido por Jonas Åkerlund, que inspirado en el libro del mismo nombre, relata los primeros años de la creación de la banda Mayhem y el ocaso posterior de un puñado de jóvenes con el tarro un poco ido.
El famoso director de videoclips de músicos tan dispares como Madonna , Roxette o Satyricon, recrea lo acontecido en Noruega hace casi 30 años desde una perspectiva muy mainstream, para llegar al público palomitero sin más.
En la cinta se echa en falta un estudio más riguroso de lo que pasó en esos días, sin entrar en estridencias, verdades a medias y bulos infundados. Cierto es que en el subtítulo del fin lo avisa “una historia sobre verdades y mentiras”, pero eso no quita para que se hubiera aprovechado la oportunidad de hacer más bien un docudrama, que una película que ralla el gore con la comedia negra.
Como protagonistas indiscutibles del film aparecen Euronymous encarnado por el actor Roy Culkin, hermano de Macaulay Culkin, y Varg Vikernes llevado a la pantalla por Emory Cohen. El film se centra en la amistad/rivalidad de los dos, poniendo por un lado a Euronymous como un tipo ególatra, algo fantasma pero buen chico en el fondo, y Vikernes como un perturbado neonazi creyente hasta la muerte en el verdadero black metal noruego.
Visualmente la película es impecable, creemos sin lugar a duda que ahí radica su fuerte. Åkerlund es un maestro en poner imágenes de calidad y darles el enfoque necesario para que te creas bastante lo que estás viendo. De lo mejorcito del film es la recreación de la muerte de Dead, y su posterior posado mortuorio ante la cámara fotográfica fría y atenta de Euronymous.
El enfoque del director incide de nuevo en los clichés que se le atribuyen a los seguidores del metal: macarrismo, drogas, bebida a cascoporro, sexo y violencia; elementos fácilmente atribuibles a otras tribus de jóvenes, pero que con el metal siempre han ido de la mano como si fueran inherentes a todos los miles seguidores del género. Haber estado un par de años en la banda Bathory no ha hecho que Åkerlund sobrevuele por encima de algunos clichés.
La escena black metalera noruega ha recogido con frialdad y desdén lo relatado en este film. Las críticas del ínclito Vikernes son normales, pero nos quedamos con la poca credibilidad que le ha dado al film, alguien con tan buena reputación como Fenriz de Darkthrone.
Resumiendo. Nos encontramos ante una obra creada para el disfrute masivo, buscando lo más sórdido de lo acontecido en esos años en Noruega, por cierto muy bien recreado visualmente las quemas de iglesias, pero que falla en su contenido; todo se muestra forzado y carente de autenticidad.
Si queréis perder un par de horas de vuestra vida, aquí tenéis la oportunidad.