“The Mandalorian”, lo mejor que le ha pasado a Star Wars en años
Pocos podíamos imaginar, que una serie de televisión resucitaría por la puerta grande el espíritu verdadero y original de una saga como Star Wars. La historia contemporánea más conocida de la humanidad de las últimas décadas, con George Lucas como mentor absoluto, había quedado desdibujada con las nuevas entregas fílmicas y para muchos de sus fans, entre los que me encuentro, la autenticidad se había perdido.
No vamos a destruir por completo lo realizado bajo el manto de Disney en los últimos años, para ser sinceros Lucas ya empezó a estropear la cosa con su segunda trilogía. Hay momentos muy buenos tipo “Rogue One” o algunos pasajes de la 9ª entrega, (sí, lo siento la 8ª me parece un bodrio de mucho cuidado), pero en líneas generales, la sensación de haber perdido el sentido primigenio de lo que significa Star Wars se había constatado de alguna manera.
Cuando todo parecía que estaba vendido, llega nuestras vidas una maravilla llamada “The Mandalorian”. La historia creada por Jon Favreau nos transporta a un increíble space western, con todos los ingredientes añadidos para conformar una epopeya cósmica grandiosa.
La figura de “Mando” se erige como ese lobo solitario, intrépido, justiciero y guerrero mortal que siempre habíamos soñado ver en imágenes. La sobriedad en el papel de Pedro Pascal, hace que todo sea más creíble y verdadero. Aunque el verdadero protagonista de estas dos primeras temporadas, (esperamos con avidez la tercera), es sin lugar a dudas Grogu (“Baby Yoda”) el nuevo icono de la factoría Star Wars. No se recuerda un impacto tan grande de un personaje de la saga a nivel mundial, desde la entrada en juego de R2D2, C3PO o Yoda. Una creación asombrosa, que ha deslumbrado tanto a grandes como a pequeños.
La fuerza del argumento de estas dos temporadas es potente. La búsqueda continua de la redención por parte del mandaloriano, utilizando la protección hacia Grogu como leiv motiv de su vida, y dando un rumbo sin precedentes a su existencia. La relación entre ellos es fantástica, y el feeling entre los dos personajes es increíble. Son una nueva pareja del cine-televisión que pasará a la historia.
La entrada de personajes legendarios como Boba Fett, y otros, que por no reventar el final de la segunda temporada me callaré, no hace sino engrandecer más este relato de ciencia ficción con mayúsculas. No olvidemos a los Jawas, Tuskens etc… que dan un mayor color si cabe a esta especie de road movie espacial.
Otros papeles a destacar es el de Gina Carano (por cierto despedida de la serie por unas declaraciones) en el papel de mujer fuerte a prueba de bombas: Cara Dune. Una pena su despido, ya que daba la contrapartida perfecta a la figura de Mando.
En el lado oscuro resaltaremos al malvado Moff Gideón, encarnado por el actor Giancarlo Esposito, que representa los valores del Imperio. Un Imperio que se niega a desaparecer y que sigue estando muy presente en el guión de la serie.
Por último hacer referencia a algo que está muy presente, y que casi es un personaje más de la trama: el acero Beskar. La armadura del mandaloriano está hecha de este material sagrado para su pueblo, y es una referencia constante del guión.
En plano estrictamente técnico, es una auténtica maravilla. Cada episodio podría ser una película de Star Wars en solitario. Además se ha otorgado la dirección de diferentes capítulos a otros tantos directores dando su impronta personal. Ahí están Robert Rodriguez, Bryce Dallas Howard o Taika Waititi.
Esperamos que esto no sea flor de un día, y que todos los nuevos proyectos, films y spin offs que Disney ha anunciado, guarden la misma esencia de “TheMandalorian”; por ahora una gran obra maestra de la televisión de nuestro tiempo.
Estoy de acuerdo, Star wars desde la salida de los episodios 1, 2 y 3 habia sido ultrajada y esta serie le da mas sentido de profundidad