«Verónica»: Vallecas, terror y Héroes del Silencio

Muchas veces no se necesita en el cine de terror, tirar de efectos especiales, parafernalia y envoltorios variados para crear angustia en el espectador. A veces con mostrar lo cotidiano, con algunas gotas de lo sobrenatural revoloteando alrededor, es más que suficiente para quedarte helado en la butaca de un cine; Paco Plaza consigue en su nuevo film «Verónica», lo comentado anteriormente.
Esta obra de género, en el más estricto sentido de la palabra, nos traslada al popular barrio madrileño de Vallecas, a principio de los 90, tomando como base una historia real que aconteció en esa época.
Como punto de partida, un informe real de un inspector de policía, que una noche de junio de 1991, pudo ser testigo de una serie de extraños sucesos paranormales en un piso de este barrio de Madrid.
«Verónica» nos cuenta la historia de una chavala de 15 años, en el despertad de su pubertad y su paso a ser mujer. Su historia es como la de muchos jóvenes de clase obrera, que deben compaginar como pueden su poca experiencia en la vida, con la de hacerse responsable, en este caso de 3 hermanos pequeños, ya que su madre viuda debe afrontar maratonianas jornadas de trabajo, al haber fallecido recientemente su marido y por extensión padre de las criaturas. A todo ello hay que sumar, su angustioso paso a ser mujer y la pérdida reciente de su padre.
En esa época, como hemos dicho antes, principio de los 90, se puso muy de moda el ocultismo, y en especial el contactar con espíritus mediante la tabla Ouija. Mediante este artefacto, Verónica y dos amigas realizarán una sesión, y a partir de ahí nada será igual.

La película navega de manera efectiva, en una atmósfera, que más que de terror, nos sumerge en un mar de intriga, que se va oscureciendo hasta llegar al terror más absoluto en la parte final del film. No solo está presente el miedo a los sobrenatural , también podemos sentir el miedo existencial a vivir, crecer, en definitiva hacerte mayor. Todo ello regado con una banda sonora capitaneada por Héroes del Silencio, la protagonista es fan del grupo, y su álbum «Senderos de Traición«, que en el 1990 vio la luz. Destacaremos también la perfecta ambientación de esa época, con toda clase de posters, fotos, juegos y anuncios de tv de esos años; aquí Paco Plaza ha dado en el clavo de lleno.
La mejor película del director valenciano, que junto a su colega y amigo Jaume Balagueró conforman una buena dupla de directores amantes de un género, al que le están dando un brillo poco común en nuestro cine.
No me puedo olvidar de la gran interpretación de la novel Sandra Escacena, que hace muy creíble su papel y que parece que tiene un gran futuro como actriz, incluso los nenes pequeños están de fábula. Para terminar reconocimiento a la gran Ana Torrent, que siempre da a sus papeles un aura de veracidad muy grande.
Película muy recomendable, será una de las grandes revelaciones de la temporada y esperamos que en los premios Goya se acuerden de ella.

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