«A Dream Is All We Know”, la música feliz de The Lemon Twigs
Si una fórmula musical sale bien… ¿por qué no repetirla? Eso es lo que debieron pensar The Lemon Twigs para grabar este nuevo álbum llamado “A Dream Is All Ww Know”, tras pasar escasamente un año desde el lanzamiento de su notable “Everything Harmony”.
Esta vez el camino emprendido por los hermanos D’Addario es mucho más luminoso que la obra anteriormente comentada. Este disco que nos presentan rezuma optimismo por los cuatro costados y es un chute de adrenalina jovial de los que ya no se hacen. El puñado de canciones que compone “A Dream Is All We Now”, son un compendio de temas que los hubieran firmado The Beach Boys y The Beatles al unísono. Una borrachera de canciones “happy flower”, muy edulcoradas pero con una factura más que notable. Sin duda Brian Wilson se erige como el gurú al que toda las noches les dedican una letanía de deseos, esperando que se cumplan todos, como los buenos chicos que son.
Debemos pararnos a pensar si estos tipos de sonidos sesenteros tienen cabida en la industrial musical actual. Sinceramente creo que pueden sobrevivir si se hacen desde un apostolado absoluto a la causa. The Lemon Twigs no esconden para nada de dónde vienen y a dónde quieren, no esconden sus raíces. En unos tiempos en los que todo el mundo va de guay creyendo que ha descubierto la rueda, que lleguen unos artistas mostrándote una música sin trampa ni cartón es muy de agradecer.
Es complicado presentarse como unos herederos actuales de la música pop británica de los años 60 y 70, pero ellos no escatiman en esfuerzos para mostrarnos canciones que firmarían McCarthney, Wilson, Stewart o Lennon. Toda una oda a un tiempo que ya no volverá pero que ellos lo materializan en nuestras narices. Aquí hay mucho de “Pet Sounds”, “Revolver”… no quiero cansar con el tema… pero son aire fresco para una industria dormida en sonidos urbanos y repetitivos.
Todo ello se refrenda con la apertura del álbum. Una canción tan pop e intensa como “My Golden Years” se presenta como referente absoluto de lo que te vas a encontrar en el resto del álbum. Mucho power pop, mucha melodía, aquí se respira felicidad y buen rollo. En un plano parecido se nos aparece la psicodèlica “They Don´t Know How To Fall In Place”. Aquí el teclado hace acto de presencia como un guía definitivo en un mar de melodías.
Me encanta como acogen el romanticismo en cortes de la factura de “How Can I Love Her More?, un gran estribillo es suficiente para envelesarte y dejarte llevar en una paleta de colores infinita. Debemos destacar también lo bien que defienden las armonías vocales, totalmente compenetrados nos dan lección tras lección en canciones tan bien pertrechadas como “If You And I Are Not Wise”.
En el plano baladístico también sobresalen de una manera clara y llamativa. Está claro que si en el pop melódico te sientes a gusto y tus composiciones no se resienten, todo debe ir como la seda en el mundo de la balada… aunque no siempre es así. Muchos grupos pinchan en este tipo de temas, quedando todo el arreglo demasiado pasteloso y sin gracia. No es el caso de los The Lemon Twigs, en cortes como “Ember Days”, o la fantástica “I Should Have Known Right From The Start”, se muestran como titanes en esta lides y crean unas atmósferas perfectas para este tipo de creaciones.
Por último me quedaré con la canción “Pippermint Roses”. Creo que si solo pudieras escuchar una canción de este disco y hacerte una idea de lo que han querido transmitir en esta obra con su música, debería ser este tema. Un corte perfecto de pop sesentero, con toque de psicodélia, y con Lennon y McCarthney correteando alrededor tuya mientras escuchas la canción con una camisa con flores y unos jeans descoloridos.
Llegamos al final. Lo dicho. Un gran álbum de pop, con unos tipos que no esconden sus influencias y las vuelven el santo y seña de su obra. Puede ser que resulten poco originales, pero lo compensan con lo bien creadas que están sus canciones. Creemos que en los tiempos que corren es más que suficiente.