“A-Lex”, Sepultura homenajea a “La Naranja Mecánica”
23 de Enero de 2009, unos Sepultura en horas bajas publicaban su decimoprimer trabajo «A-Lex», primero sin Igor Cavalera y segundo álbum conceptual consecutivo tras el destrozo de «La Divina Comedia» en el nefasto «Dante XXI» de 2006.
«A-Lex» se basaba nada más y nada menos que en «La Naranja Mecánica«, magnífica novela corta de Anthony Burgess publicada en 1962 y adaptada al cine por Stanley Kubrick en 1971 alcanzando el nivel de culto en una obra maestra de dimensiones estratosféricas. Mi película, muy presente en momentos importantes grabados en mi caja negra a todos los niveles, hacia si cabe más difícil evaluar este trabajo con objetividad.
El disco lo componían 18 cortes, 4 de ellos a modo de entreactos, de manera que no se respetan los 21 capítulos (20 en la versión cine) en 3 partes que formaban la novela, pero eso no importa ya que sigue la obra cronológicamente. Importa que Sepultura 2.0 quiso volver a sonar a Sepultura 2.0 con aceptable resultado.
Abría «A-Lex I» sin un solo guiño a la mítica apertura del film, en lo sonoro presentaba al nuevo batería Jean Dolabella, que a tolchocazo limpio se desataba en «Moloko Mesto», de lo mejor del disco, único tema donde prima el exclusivo lenguaje nadsat y tanto la letra sobre los excesos de la cuadrilla como la ultraviolencia sonora en clave thrash/hardcore/punk brillan como homenaje al Korova Milk Bar. «Filthy Rot», con percusión inicial a lo «Refuse/Resist», rinde tributo al vagabundo borracho que entona con blupblups «Molly Malone» y que es apaleado por Alex y sus drugos, usando como estribillo las últimas palabras de este y convirtiendo el tema en una ronda de metal tabernero a caballo entre Sao Paulo y Dublín, cuestionando el descontrol de la sociedad del momento (se supone que el año 1995).
Para «We’ve Lost You» Sepultura grabó un buen vídeo-tributo a Kubrick (incluyendo a las gemelas de «El Resplandor«), donde describe, en un alarde de imaginación groove metal de yarmoles, la escena donde se desarrolla el intento de violación y posterior coreografiada pelea contra la banda de Billyboy al compás de Rossini.
Finaliza la primera parte del disco «What I Do!», tema al que dieron mucho bombo, imagino por el sonido tan Sepultura, pero que destroza la conceptualidad simplificando el mensaje en un «así soy y me gusta», obviando escenas tan importantes en libro y película como el asalto a la casa del escritor (incidente real que sufrió la mujer de Burgess) o el asalto a la casa de la mujer de los gatos, posterior traición de los drugos y encarcelamiento de DeLargue.
«A-Lex II» introduce la segunda parte y nos sumerge directamente en el tratamiento Ludovico con «The Treatment», donde se plantea el descorcierto moral que sufre Alex ante el tratamiento experimental para corregir los trastornos en su conducta planteado por el gobierno y poder salir de prisión. Tema potente y veloz, con Greene en las voces dobladas increíble, Dolabella brutal, buenos contratempos y sobretodo un Kisser juguetón que alardea mostrando un buen catálogo de técnicas. La insulsa «Metamorphosis» es la encargada de describir la mítica escena donde Alex es obligado cual perro de Pavlov a videar imágenes ultraviolentas, un desperdicio de canción ante semejante momento de oportunidad, encadenando un bloque donde ni el doble bombo ni el tremendo palm mute o el buen gutural de la segunda parte de «Sadistic Values» junto a la crítica «Forceful Behaviour» y la megagroove «Conform» salvavan de la debacle esta segunda parte del disco. Solo las letras acompañan ligeramente la historia creando una profunda anempatía difícil de superar.
Alex ya parece curado bajo el criterio del gobierno y es hora de enfrentarse a la realidad de las calles. «A-Lex III» introduce la genial «The Experiment», hardcoreta, cruda y directa, recuerda a los Sepultura de «Against» donde Paulo Jr brilla por primera vez. Las tornas han cambiado y «Strike» profundiza en el golpeo de la venganza sobre nuestro protagonista. Tema arriesgado, diferente, fresco, sabroso y tribal, de odiarlo o amarlo dependiendo del punto de vista que uno repudie o disfrute del sufrimiento de DeLarge pagando por su pasado. Y llega «Enough Said», 1’36» de violencia crustera, trémolo vertiginoso y sacada de Kisser para acabar con los huesos de Alex de nuevo en la casa del escritor, donde es acogido hasta ser descubierto. Momento en que suena su amado «Ludwig Van» provocando en Alex y en cualquiera que escuche esta aberración sonora de Sepultura las ganas de evaporarse.
«A-Lex IV» introducía el final del álbum. Una intro que por fin suena a «La Naranja Mecánica» de Kubrick y la genial composición de Walter Carlos (posteriormente Wendy) donde clásica y electrónica se fusionan creando una atmósfera genuina de ese futuro distópico.
Y todavía faltaba el hardcore hermoso del último movimiento, «Paradox», y Alex estaba curado. Sepultura escoge el final de la película en lugar de la novela, como no podía ser de otra forma.
Sepultura encontraba un camino de vuelta utilizando «La Naranja Mecánica» como canalizador, profundizando lo justo y no sabiendo explotar el riquísimo contenido visual y sonoro de la obra. De la misma manera que este humilde narrador utiliza este aniversario para glorificar la obra maestra de Kubrick, dedicando a Sepultura 2.0 un profundo chumchum de labios, brrr, pueden besarme los scharros.
Sello: SPV