“Alice In Chains”, la cosas pueden ir mal pero siempre hay que luchar

Una portada que ya te invita a reflexionar. Ahí puedes ver a “Sunshine” el nombre de la perrita que ilustró el tercer álbum homónimo de la banda, también conocido por “Tripod”.

Alice In Chains quisieron representar que a pesar de estar jodidos, hay que levantar la mirada y seguir en pie. Este animal perdió su pierna atropellada por un coche, y tras su recuperación siguió adelante haciendo las mismas cosas que hacía antes, con esfuerzo, pero haciéndolas.

La banda de Seattle se encontraba en una encrucijada mortal. Su líder y vocalista Laney Staley, estaba cada vez más hundido en el mundo de las drogas. Su situación era tan grave, que casi no pudieron promocionar este disco en una gira.

Un álbum que señala la “crónica de una muerta anunciada”, para Staley. Curiosamente el cantante de la banda de Seattle, participó de una manera muy activa en la creación de este álbum. Fue el creador de casi todas las letras de las canciones y le dio es tono oscuro de despedida, y angustia que vaticinaba lo peor.

Abrir un álbum con un tema como “Grind”, resaltaba esa agonía palpable que estaba viviendo el grupo. Pero a la vez intentaba apretar los dientes ante la adversidad y seguir en pie con orgullo.

Un disco muy completo. No tan grande como “Dirt”, pero si lo suficientemente bueno como para considerarlo un proeza. Aquí Alice In Chains, mezclaba de manera más evidente el desgarro eléctrico, con fases acústicas de las que eran unos verdaderos maestros.

“Sludge Factory”, es poesía oscura en manos de alguien que sabe que su tiempo se está agotando. El manejo de las voces y coros en este tema es asombroso, y deja un regusto de obra maestra sin paliativos.

“Brush Away” y “God Am”, luchan por destacar en un mar de riffs y cambios de ritmo marca de la casa. Alice In Chains eran unos maestros es la mezcla de sentimientos, y su plasmación en los temas era un trabajo de orfebrería.

 “Heaven Beside You” y “Nothing Son”, son temas creados a la imagen y semejanza del gran guitarrista Jerry Cantrell, la otra alma de la banda. Un guitarrista creemos que poco reconocido, y que sin embargo puede codearse con los más grandes de la historia de las seis cuerdas.

“Again” y “Head Creeps” desarrollan las letras más oscuras y desgarradoras del álbum. Staley sigue cayendo en un agujero sin fin, simplemente si te asomas a él ya no lo ves, y solo escuchas su voz perdiéndose en ese mundo tan tortuoso en el que vivía.

La despedida con “Over Now” nos cerciora de que el final de una etapa ya está aquí. Y así fue. Todo el mundo creyó que Alice In Chains ya no volvería, por suerte no fue así, gracias sobre todo a la perseverancia de Cantrell.

Este álbum pasará a la historia como el final trágico, de una trágica historia, eso sí, su mensaje es claro, sigue en pie aunque te falte una pierna.

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