“Back To Black”, o cómo Amy Winehouse se convirtió en una leyenda.
Pocas veces en la historia un álbum es el principio y el fin de todas las cosas. Por lo general la carrera de una artista llega en algún momento a su punto álgido, para luego ir descendiendo hasta llegar al final. Esto que acabamos de explicar es la regla general. Después están las excepciones. Dichas excepciones suelen ser grandes, mayúsculas, y lo que realizó Amy Winehouse con “Black To Black” fue directamente de proporciones bíblicas.
Todo estaba preparado para que Amy fuera la nueva musa de la música contemporánea durante décadas. Lo tenía absolutamente todo: voz, actitud, imagen y un puñado de canciones imbatibles. Pero nadie contaba con que Amy tenía un gran enemigo casi invencible… ella misma. Para ser justos no solo ella fue su peor enemiga, la gente que la rodeó fue de lo peor que te puedes encontrar para poder superar, angustia, depresión y adicción al alcohol y las drogas. Si quererse así mismo es importante, rodearse de buena gente no queda lejos.
Vayamos al comienzo de esta historia. Amy venía de hacerse un nombre con su primer y maravilloso álbum llamado “Frank”. Llamó la atención enseguida. Su voz y desparpajo siendo tan joven era algo que no recordaba la industria musical en años. Además todo su influjo venía desarrollando géneros que no eran mayoritarios en la época, bueno en general, en ninguna. Triunfar haciendo soul y R&B ante el todopoderoso pop comercial era toda una hazaña. Ella consiguió encaramarse a lo más alto con total naturalidad, casi con la misma con la que cantaba sus canciones.
Su segundo álbum cogió a todo el mundo por sorpresa. Su irrupción fue una sorpresa para la industria musical ávida de nuevas estrellas. Una nueva surgía en el horizonte y los vampiros de los despachos se dispusieron a devorar y exprimir hasta la extenuación a la británica. El éxito a menor escala de “Frank” (2003) obligó a Amy a ponerse a trabajar enseguida en un nuevo trabajo presionada por Universal. Olían el éxito y no iban a dejar que escapara.
Amy componía siempre con su mirada puesta en sus sentimientos , en cómo poder canalizar su angustia y dolor por medio de sus canciones. Siempre le había funcionado. Siempre hasta el fatídico momento en el que conoce a Blake Fielder. La relación tormentosa que vivió con este sujeto la hizo trizas, la llevó a lugares dónde antes nunca había estado. De todo ese amor, desamor, odio, desesperanza, soledad nace “Back To Black”, la Caja de Pandora de los sentimientos de Amy Winehouse. Lo conoce en 2005 y en 2006 nace su segunda y última obra maestra.
La composición del álbum en su totalidad corresponde a Amy, una genia en estas lides, con la ayuda en la producción de Mark Ronson y Salamm Remi (responsable de la mayoría de los temas de “Frank”) que consiguieron crear un monstruo retro que combinaba a la perfección sonidos Soul, Blues y R&B con una producción muy actual, lo cual dotó al trabajo de la frescura suficiente para entrar como una exhalación en las listas mundiales. En un instante Amy se hizo con el número 3 de las listas británicas.
Arrasar en los Grammys hizo que Amy se convirtiera en una estrella fulgurante de la noche a la mañana, disparando su éxito en EEUU y alcanzo el nº2 de las listas Billboard. La gallina de los huevos de oro había comenzado a llenar del metal precioso a todo el mundo, mientras ella se apagaba poco a poco ante la mirada codiciosa de unos e indiferente de otros.
Volvamos al relato de la creación del álbum. La relación tormentosa de Amy con Fielder fue la primera piedra del monumento “Back To Black”, la canción que da nombre al álbum está dedicada a esa relación, a la vuelta con el amor tormentoso, a lo que significaba para ella estar al lado de ese hombre. “Tú vuelves con ella y yo vuelvo al negro” estrofa elocuente de lo que significaba para Amy ver que su amor estaba con otra o simplemente sin ella.
La inspiración de Amy para crear este álbum, como ya hemos comentado, nace del dolor, de adentrarse en la oscuridad más completa y dentro de ella curarse las heridas en soledad. Es un álbum intimista, existencial que aunque dotado de mucha sofisticación no deja de lado la crudeza de los sentimientos del ser humano y lo jodido que puede ser compartir la vida con alguien que no te hace bien.
Los once temas que componen “Back To Black” son píldoras de desamor, tristeza y búsqueda de la salvación. Una salvación que no encontró Amy quedando este trabajo como el corto testamento de la estrella fugaz que no supo jugar sus cartas al tenerlas ya todas marcadas.
Otra figura esencial para mal, por desgracia, es la de Mitch Winehouse, padre de la artista. Si tenéis ocasión de ver el documental “Amy”, cosa que os recomiendo, veréis la figura sin escrúpulos del padre de Amy. Un tipo que vio en su hija la válvula de escape a su mediocridad y que la utilizó como nunca debe utilizar un padre a una hija. Cuando más necesitaba Amy rehabilitarse, ella le propuso a su padre ir a un sitio donde estar los dos solos y lejos de todo. Al padre no se le ocurrió otra cosa que llevar cámaras y fotógrafos para grabar lo que allí pasaba. Un miserable de tomo y lomo.
Volvamos al plano musical. ¿Cuál fue el detonante del éxito de “Back To Black”? ¿Cuál fue el pasaporte a la fama que agarró Amy? Lo definiremos en una palabra: “Rehab”.
El primer peldaño que te encuentras al subir la escalera de “Back To Black” es el hit “Rehab”. Una canción en la que se inspiraron mutuamente para su creación Amy Winehouse y Mark Ronson. Amy ya tenía una idea sobre cómo debía ser el tema y junto a Ronson lo cristalizaron en super éxito. Un tema que habla de las adicciones y de la posibilidad de la rehabilitarse de las mismas. Parece ser que la negativa que se hace patente en la conocidísima estrofa: “”They tried to make me got to rehab but i sain no, no, no”, viene del padre de Amy que creía que ella no necesitaba en un momento de su vida rehabilitarse. En el documental de “Amy” se puede ver cómo el padre lo explica así, aunque posteriormente en el programa de televisión loose Women Mith Winehouse lo desmentiría diciendo que el director del documental, Asif Kapadia, lo había malinterpretado. Sea como fuere, el tema refleja el mundo de las drogas en el que estaba sumida Amy y lo mal aconsejada que estaba por otra parte.
En lo musical es un tema que mezcla todo el mundo estilístico del que bebe Amy, creando un hit instantáneo, bailable y con un estribillo que se hizo mundialmente conocido. Había nacido una estrella, había nacido un portento que venía para cambiar la industria musical para siempre. Con todos ustedes: la gran Amy Winehouse.
Si buena es “Rehab”, “You Know I’m No Good” no se queda atrás. Un tema que tiene un aroma brutal a R&B pero pasado por el tamiz de lo actual. Hay mucho de los sonidos urbanos que ahora copan las listas de éxitos en todo el mundo. Influencias de hip hop hacen que sea un tema muy digerible y altamente adictivo. Un corte en el que Amy se pone en el papel de chica mal, y grita a los cuatro vientos que está siendo infiel a un chico que merece la pena y que está arruinando por tanto una relación sana con un buen hombre.
“Me & Mr. Jones”, puede que sea de lo más flojito del álbum… aún así es una gran canción. Versión libre del clásico de Billy Paul (1973). Sigue en la senda del estilo del álbum, historias de desamor callejeras, salvajes y sin concesiones. Parece que Amy dedico este tema al rapero Nas, cuyo nombre real es Naise Jones. Genio y figura.
Seguimos con esta borrachera de emociones con “Just Friends”. Uno de los cortes alegres del álbum. Amy se muestra lúcida, radiante y con energía positiva. Beat a beat te va embelesando hasta llegar a un final maravilloso. Amy sabia mezclar sus sentimientos y su manera de ver la vida cómo nadie… esta canción es prueba de ello.
Uno de los Santos griales del álbum es sin lugar a duda “Back To Black”, ya hemos comentado parte del origen de este tema y no queremos repetirnos. Una canción de desamor increíble. Amy se abre en canal y desde su fragilidad arremete contra el mundo y se sincera con él. Pocas veces un artista se ha desnudado emocionalmente como lo hizo Amy en este tema. Obra maestra.
El último single que vio la luz de este álbum fue “Love Is A Losing Game”, mientras Amy estaba todavía viva. Otro clásico moderno que resume todo el imaginario de Amy. Un corte de mirada soul en el que Amy parece sin acompañamiento coral y nos muestra la maravillosa voz que tiene, tendría, y tendrá.
Otro temazo de relumbrón es “Tears Dry On Their Own”. Un tributo en toda regla a músicos de la talla de Ashford & Simpson y a uno de los más grandes: Marvin Gave. De nuevo Amy habla de amores no correspondidos, de la desazón por no tener lo que amas. En la parte final de la canción Amy se rebela y le dice al mundo que ella se salvará a sí misma. Amy sabia que si no hacia las cosas por ella, nadie la salvaría.
“Wake Up Alone”. Un piano nos adentra al universo de Amy, ella emerge como una crooner inmortal que sigue intentando salir de la oscuridad, alejarse de ella. Una oscuridad que siempre la alcanza. Ella sabe que va a caer, pero lo hará con la cabeza alta.
Amy nos invita a acompañarla a su club preferido en “Some Unholy War”. La cadencia de la canción, su manera de expresase, dejando a parte la letra, es como decimos una invitación a acompañarla por los bajos fondos londinenses y embadurnarnos de música, humo y bebida. Totalmente embriagadora.
Nos vamos acercando a la parte final de este tremendo álbum. “He Can Only Hold Her”, un corte que Amy utilizaba en directo para enlazar con la versión de “Doo Wop (That Thing”), sencillo debut del álbum “The Miseducation Of Lauryn Hill” de Lauryn Hill. Todo ello en una especie de homenaje a sus cantantes preferidas. Un corte fusión donde el funk, reagge y otros sonidos hacen acto de presencia. Amy se encarga de ponerlo en la coctelera… e voilà.
Fin del viaje. “Addicted”. Palabra que podía definir a la cantante británica. Adicta al amor, la soledad, el desamor, la locura y cómo no a las drogas. Así lo grita a los cuatro vientos hablando de la marihuana y lo bien que le hacía. Soul con carácter y actitud. Pocas mujeres han expresado tan bien sus inseguridades y sus puntos fuertes.
Amy pasará a la historia por la artista que nos deslumbró y que en un abrir y cerrar los ojos nos sumergió en un fundido en negro. Forma parte del “Club de los 27”, compuesto por Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain y ella misma. Artistas fuera de serie que vivieron deprisa, sin calcular las consecuencias de sus actos y sobre todo rodeados de personas que no les hacían bien. La mirada de Amy dulce y eterna será algo que quede en nuestras mentes mientras vivamos. Solo espero poder encontrármela en el otro lado para decirle lo grande que es.