«Born To Run», el mundo a los pies de Bruce Springsteen

Estamos en la década de los 70 y el rock se encuentra en un momento dulce. Bandas y artistas que cultivan este sacro santo género empiezan a reinar en el star system y todo huele a distorsión en las listas de éxitos. Pero el mundo no estaba preparado todavía para la irrupción como un elefante en una cacharrería de un joven de New Jersey con alma de trovador urbano y poeta rock que estaba decidido a tomar los cielos por la fuerza de su música. La forma de ver que tenía del rock era muy propia, desgarradora, sin cortapisas, sin aderezos, solo sudor y notas musicales. La apuesta de este joven llamado Bruce Springsteen fue al todo o nada y la jugada cuenta la historia… le salió bien. Esa apuesta se llamaba: “Born To Run”.

Con este álbum el rockero de New Jersey dio un puñetazo en la mesa con un puñado de canciones directas al corazón, que llena de emoción solo con escuchar sus temas. Una generación estaba buscando a su profeta, al que le guiara por las visicitudes de la vida. Springsteen se erigió en ese hermano mayor que todos quisieramos tener y comenzó a hacer proselitismo rock de manera descarada.

Estamos ante algo más que un álbum. “Born To Run” es un manifiesto en toda regla a un universo sonoro que contiene todos lo sueños y frustaciones de una generación. Bruce con su mirada siempre puesta en la clase trabajadora norteamericana estaba decidido a darles herramientas para que su vida fuera algo mejor. Una especie de bálsamo sonoro que les curara de las heridas contraídas en el día a día de sus duras vidas. Es un cronista a la antigua usanza de los acontecimientos de los que él es testigo. La América más profunda, la desclasada, la que no tiene futuro necesitaba de alguien que ejerciera de notario de sus vidas y pudieran pasar a la posterirad entre los
surcos de un vinilo. Todas las canciones que nos encontramos en “Born To Run” son en buena medida relatos épicos de ciudadanos corrientes que solo quieren intentar vivir de la mejor de las maneras. Cada tema que compone el disco desde “Thunder Road” hasta llegar a “Jungleland” están impregnadas de esa poesía urbana tan accesible para los ciudadanos de a pie pero que necesita de un elemento dinaminazor para llegar a buen puerto. Ese papel lo lleva a cabo Bruce.

Comenzar el álbum con un tema como “Thunder Road” es toda una declaración de intenciones. Llega la explosión de energía contenida, hay que coger el coche y salir del pueblo sin futuro que te vio nacer para poder encontrar un futuro mejor lejos de allí. Es una canto al desarraigo, a dejar lo querido que te hace daño atrás y buscar situaciones en otros sitios que te hagan mejor persona. Es un viaje hacia lo incierto, lo mejor está por venir. Esa maravillosa carretera nos va a llevar a ese sitio que tanto anhelamos.

No podemos esperar más para hablar el tema que da nombre al disco. “Born To Run” es la quintaesencia de lo que significa Bruce Springsteen… has nacido para correr, para descubrir el mundo. Nada ni nadie te puede detener. Un tema que en volandas del saxo de Clarence Lemons tiene la urgencia de conseguir el objetivo que se ha planteado desde el comienzo… joder, todo huele a libertad. Está ahí y hay que cogerla. La tierra prometida está pasando ante tus narices y solo los intrépidos, los valientes, los que escriben la historia son los elegidos para poder descubrirla y disfrutar de ella. Una
canción enterna que te envuelve como una sábana de seda y te electriza como si pusieras tus dedos en un enchufe colmado de corriente eléctrica hasta las trancas. Pocas veces una canción puede ser la razón de ser de tantas y cosas dando sentido a tantas vivencias en tu vida. Obra maestra sin paliativos.

Esta sensación tan plancetera de “Born To Run” también tiene su reverso en temas como “Backstreets” que acentúa esa sensación de abandono que tiene mucha gente en la vida diaria que tiene que sufrir pero a la vez guarda el deseo de seguir adelante a pesar de todo. Peor panorama se nos pinta con el corte que cierra el álbum “Jungleland” es una canción que te vuelve a la realidad, a las calles violentas, al futuro oscuro de mucha gente que no va a encontrar una salida aunque se lo proponga. Una jungla que va a fagocitar esos sueños por hacer algo en este mundo que nos sirva para poder levantarte de la cama todos los días. Al final el saxo de Lemons nos devuelve la esperanza de que a pesar de todo, debemos ser los que tengamos las riendas de nuestras vidas por duras que sea, aunque nos dejen las manos marcadas con sangre por tanta crudeza.

Hay versatilidad en el álbum de la mano de temas como “Tenth Avenue Freeze-out” una canción llena de aires soul de la mano de los hermanos Brecker, o el homenaje al ritmo más que reconocido de Bo Diddley en la ardiente “She’s The One”. Cada canción que compone el álbum (8 en total) tienen una vida propia llena de aristas.

Todo en este álbum no es Bruce, sin la E Street Band esto no hubiera sido posible. Una de las bandas más grandes de la historia del rock se viste de gala para interpretar y traducir todo lo que Springsteen tenía dentro. Son los encargados de darle el material a Bruce para poder crear su obra pictórica. Desde el piano de Roy Bittan, pasando por las guitarras de Steve Van Zandt, hasta llegar al saxofón del gigante Clarence Lemons, está creado para obrar el milagro creando una atmósfera única capaz de reflejar la magnitud de las historias que se están relatando en el disco. Se buscó un sonido que se saliera de lo que se estaba haciendo en la década de los 70, aunar la crudeza con lo sofisticado para conseguir la excelencia.

Estamos ante un ábum que marcó un antes y un después en la carrera de Bruce Springsteen. No solo en su discografía, sino que por derecho propio está en el Olimpo de lo mejor grabado el siglo pasado en el género rock. La combinación entre las letras poéticas de Springsteen y la musicalidad ofrecida junto a la E Street Band convirtió a este álbum en todo un referente para una generación. “Born To Run” no tiene una final cerrado, sabedor de que la vida continua y que nos pasa por encima, se nos muestra como un camino más para poder alcanzar nuestros sueños. Una banda sonora perfecta para coger el coche y no mirar atrás.

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