[Crítica] Black Sabbath – “13”
Cuenta la historia que Fray Luis de León tras un largo encarcelamiento, llegó al aula donde impartía clase en la universidad de Salamanca y dijo esta famosa frase “Como decíamos ayer…”, así quiso siginificar que no había pasado el tiempo y que todo seguía tal cual lo dejó. Una cosa así te pasará cuando le des al play y comiencen a sonar las primeras notas del nuevo disco de Black Sabbath.
Tras la friolera de 35 años sin estar juntos, los miembros fundadores de la banda más grande de la historia en cuanto al género del Heavy Metal, del que todos los analistas los señalan como los creadores, vuelven a abrir la caja de las esencias y nos regalan el mejor disco del año y uno de los mejores en décadas.
Es muy especial, el ser contemporanéo de una obra maestra, un disco del que siempre te acordarás, sabrás exactamente quién te lo regalo, cuando fue y lo que sentiste al abrir el envoltorio de plástico que lo recubría, sinceramente os digo que si no tenéis este disco en formato físico mereceis la mayor de las maldiciones.
Casi una leyenda ha rodeado la creación de esta obra magna, ha sido cuasi un milagro el poder ver de nuevo reunidos componiendo a Ozzy Osbourne, Geezer Butler y Tony Iommi. El primer escollo que se tuvo que sortear para llegar a buen puerto, fue la deserción del gran batería Bill Ward, problemas de tipo económico parece que fueron suficientes para alejar el sueño de tener a la formación original de manera íntegra en este proyecto. Tras dimes y diretes los tres miembros restantes decidieron seguir adelante y con el ex-bateria de Rage Against the Machine Brad Wilk comenzaron a grabar “13”.
Otro problema que puso el proyecto contra las cuerdas, fue la enfermedad de Iommi, un cancer que en principio parecía que le iba a dejar muy mermado para afrontar con garantías este sonado regereso; no pudo con la férrea voluntad del gran guitarrista y todo siguió adelante.
Que decir del legendario Ozzy Osbourne, inmerso de nuevo en los problemas de drogas y alcohol que siempre ha arrastrado parecía díficil que pudiera ponerse de nuevo ante un micrófono con garantias, pero ya sabemos que Ozzy posee signos de inmortalidad que le hicieron recuperarse a tiempo, y cantar de nuevo para regocijo de todos.
Con estos mimbres se necesitaba a un mago a la producción para crear de nuevo una obra maestra abosluta, quien mejor que el gran redentor de causas perdidas, el gran Rick Rubin para llevar el barco de Sabbath a buen puerto. Ha hecho lo que tenía que hacer hacer que los Black Sabbath sonaran como siempre, pero en 2013, una vuelta a sus origenes con la impronta de un rock metal actual y lleno de fuerza y energía.
No voy a comentar la canciones, no me siento con capacidad para hacerlo, ante un disco de tal magnitud solo queda el ponerlo hasta la saciedad y disfrutar de un eterno paraiso de riffs, cambios de ritmo, música diabolicamente celestial.
Todos estan incomensurables, el Dios del riff Iommi hace de capitán de la nave y nos desmuestra que nadie en este planeta maneja la guitarra como él, Butler desde su oscuro lugar donde marca el ritmo de los temas, simplemente se sale. Ozzy parece un niño con zapatos nuevos, e incluso Brad Wilk a las baquetas ha estado a la altura.
Os dejaré el nombre de los temas par que empecéis a memorizarlos, dentro de unos años los tendremos en nuestra memoria como un mantra imperecedero, imprescindible hacerse con la edición especial donde nos regalan otros tres temas, aquí está la lista de temas que pasará a la historia : “End of the Beginning”, “God is Dead?”, “Loner”, “Zeitgeist”, “Age of Reason”, “Live Forever”, “Damaged Soul”, “Dear Father”, “Methademic”, “Peace of Mind” y “Pariah”.
Poco más que añadir, sólo dar las gracias a este banda inmortal por tanta música, poco regresos en la historia de la música han sido tan brutales y espectaculares como este “13”, y por suerte nosotros estuvimos vivos para contarlo y disfrutarlo.