Crítica: “For Those That Wish To Exist” (Architects)

Nos llega el nuevo disco del quinteto de Brighton. Este “For Those That Wish To Exist”, su noveno disco ya, es toda una declaración de intenciones de la banda formada por Sam Carter (voz), Josh Middleton y Adam Christianson (guitarras), Alex “Ali Dino” Dean (bajo y teclados) y Dan Searle (batería), demostrando por donde se mueven las nuevas tendencias del MetalCore más salvaje.

El disco (con 15 grandes temas) ha sido producido por dos de sus miembros (Dan Searle y Josh Middleton), quienes han conseguido un gran sonido y una potente mezcla. Aunque en algunos momentos, nos puedan recordar otras bandas del género (Bring me the Horizon, o los inmensos Linkin Park), Architects ha conseguido plasmar una gran obra, basándose en un estilo y un sello propios de una banda veterana. 

Arranca con una suave y envolvente intro (“Do you dream of Armaggedon?”), para enseguida darnos, con un potente riff, el primer puñetazo en la boca del estómago con “Black lungs”. Aunque hay momentos de pausa durante el tema (algo que se repite en otros que vienen a continuación), no nos engañemos… todo el disco es rabia, mucha caña, un (medido) descontrol, y unas guitarras y una voz al límite.

Sigue la tralla con “Giving blood” y “Discurse is dead”, este último, uno de los temas más duros del disco, donde Carter se desgañita a fondo, dejándose las cuerdas vocales en cada estrofa.

A continuación otro gran tema (para mi, de los mejores). Con un sonido que recuerda incluso a los inmensos Biffy Clyro de los primeros discos, suena “Dead butterflies”. Y cuando aún estamos tarareando el estribillo anterior, arranca “An ordinary extinction”, con un sonido muy industrial, muy propio de Nine Inch Nails.

El disco continúa con “Impermanence”, donde cuentan con Winston McCall (Parkway Drive), llevando la parte más gutural del tema. Y, cuando llegamos a la mitad, llega el momento de bajar ligeramente el pistón con “Flight with feathers”, un tema entre medio tiempo y balada, que nos sirve para relajar algo los oídos. Bonito tema.

Y llega otra colaboración. En este caso es Mike Kerr, cantante y bajista de Royal Blood (otra banda muy interesante que vale la pena seguir) con “Little Wonder”, donde siguen transitando por la parte más tranquila del disco. Y casi sin tiempo para respirar, suena el riff de “Animals”, tema que fue lanzado como single en octubre del pasado año. 

Otra gran introducción nos pone de nuevo en órbita con “Libertine”, donde Carter vuelve a poner su voz al límite, al igual que en “Goliath”, donde, aparte de contar con el apoyo en las voces del gran Simon Neil (Biffy Clyro), tampoco deja muchos momentos para coger aire. 

Nos vamos acercando al final con el medio tiempo “Demi God”, con una inspirada letra, que nos empuja con cierta suavidad hacia “Meteor”, canción que apareció como single un par de semanas antes del lanzamiento del disco, y sin duda, uno de los temas que definen mejor la esencia de la banda, y del sonido Post-hardcore de Architects.

Y acabamos con la sutil “Dying Is Absolutely Safe”, con unos cuidados arreglos de cuerdas, y una muy buena orquestación. Se trata del tema más largo (y tranquilo) del disco y contiene frases como “Tengo mucho que perder, pero no te mentiré”. Y acaba con un extraño final reproducido al revés. Tal vez haya algún mensaje oculto.

Como resumen, comentar que todos los temas tienen grandes contrastes entre las subidas y bajadas, creando envolventes atmósferas y relajados ambientes, mezclados con latigazos de mala leche y un sonido pastoso y estridente en muchos momentos. Con este fantástico “For Those That Wish To Exist”, han sabido encontrar (y explotar al máximo) de manera inteligente una fórmula que repiten en la mayoría de los temas de este disco, pero sin llegar a aburrir.

También hay que destacar el tremendo aguante que tiene la voz de Sam Carter. Ha de ser todo un desafío defender en directo todos estos temas, en los que se destroza la garganta en muchos momentos. Y mención especial para las cuidadas y trabajadas letras (todas sin excepción) y, sin duda, el gran trabajo en la mezcla de este pedazo disco, que augura una nueva década de predominio de sonido Metalcore.

Creo que queda todavía mucho camino para las bandas de este estilo. Chapeau.

Buscad el disco y dadle al “play”. ¿El volumen? Como siempre al máximo. 

Sello: Epitaph Records

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