Crítica: “The Devil In Me” (Suzi Quatro)
Para más de uno (yo el primero), Suzi Quatro es uno de esos nombres del rock, que no sabe situar muy bien en la historia. Lleva tantos años en esto, que cuesta encontrarle un sitio, un tema, un disco, una fecha o un momento concretos. Hace tanto que empezó en esto, y ha sido tan ignorada estos últimos años por los medios (al menos en Europa), que es todo un mérito el seguir haciendo música y rockeando a sus 70 primaveras, y que siga sacando discos como este “The devil in me”.
Pues sí… Después de toda una vida (debutó a los 8 años, tocando los bongos en el grupo de su padre) dedicada a la música, con sus éxitos y sus fracasos, sus parones y sus lagunas, Suzi vuelve a coger su bajo y su chaqueta de cuero y nos presenta su 17º disco de estudio con 12 temas sin artificios, sin costosas megaproducciones digitales. Sonido básico y riffs directos.
A nivel musical, y tal como hizo con “No control”, su disco anterior publicado en 2019, ha contado con la guitarra de Richard Tuckey, su treintañero hijo. El confinamiento ha provocado que las giras que ambos tenían programadas fueran canceladas, y ha dado su fruto en forma de este buen disco de rock.
Un acople, una guitarra saturada y una armónica, junto a la voz y el bajo de Suzi, ponen la directa con “The devil in me”, tema que titula el disco, toda una declaración de intenciones. Simple y llanamente rock’n’roll. Y sigue la misma intensidad con “Hey Queenie”, cuya letra (en la que se dirige a alguien atrapado en su legado y en su historia) parece habérsela dedicado a ella misma. A continuación suena “Betty who?”. Tiene un riff pegajoso que se engancha a la primera. En mi opinión uno de los mejores temas del disco, el cual comparte con Cherie Currie, ex-The Runaways. Con “You can’t dreamit” (un tema algo más irregular) empieza a bajar ligeramente el pistón, y con “My heart and soul” llega al punto más soul y tranquilo del disco. Parece un tema sacado de cualquier disco de The Supremes.
Por suerte, la calma dura poco. Arranca “Get outta Jail”, con unos coros propios de un coro de gospel (truco que repite en el estribillo), para convertirse en otro potente tema de rock’n’roll, con una letra en la que pide un concierto más: “La vida no es fácil, sálvame de este infierno”. Otro tema que se sale de la onda rockera es “Do ya dance”, en el que consigue una mezcla interesante con toques funky y una sección de trompetas, que le dan un aire divertido y juguetón.
Y llega el momento del clásico blues con el tema “Isolationblues”, que parece dedicado a la etapa del confinamiento más severo (con frases como: “Otro día más, mirando la pared”) que sufrimos hace cosa de un año. Y tras la calma, vuelve a subir el disco de revoluciones con la canción “I sold my soultoday”, la cual parece una carrera de caballos desbocados.
A continuación suena “Love’s gone bad”, otro tema tranquilo y con sonido negro, con claras influencias R&B, con un bonito estribillo y unos cuidados coros, que le dan un toque sobrio y elegante. Nos acercamos lentamente al final del disco con “In the dark”, otro corte que se aleja de la onda rockera de los primeros temas. En ambos, se le ve con ganas de hacer temas diferentes. En este caso, sigue apostando por toques soul, y hasta pop.
El disco se cierra con “Motor city riders”, tema dedicado a su Detroit natal, la ciudad del motor. Se trata de un desenfadado rock’n’roll, divertido y potente.
Y ahora es cuando vienen las sorpresas, puesto que ha dejado para el final 2 bonus tracks. “Can I be your girl” (tema de su disco “Unreleased Emotion» del 98) y “Desperado” (el clásico de Eagles), ambos muy tranquilitos, tocados a piano y voz.
En fin… a estas alturas Suzi Quatro (apellido real) no descubre nada nuevo. Y aunque este “The devil in me” está posiblemente muy lejos de la frescura y la osadía de sus primeros discos, viene a decirnos que no tiene que demostrar nada a nadie. Ella sigue su camino y se limita a divertirse y a llenar su tiempo de confinamiento con un disco sincero y directo. ¿Que suena a cosas ya oídas anteriormente? Pues tal vez sí. Pero… ¿acaso no nos pasa eso con la mayoría de cosas que escuchamos diariamente?
Dadle una escucha. Y si es con una cerveza o un bourbon,… mejor. Eso ya lo dejo a vuestra elección.
Sello: The Orchard Music, MGM Distribution (en nombre de Steamhammer)