Crítica: “Third Degree” – Flying Colors

La super banda Flying Colors vuelve a carga con un nuevo disco de estudio después del excelente «Second nature», editado ya hace la friolera de cinco años.

En una super banda como esta en la que todos sus miembros están inmersos en multitud de proyectos, lo difícil es aunar agendas y parece que, por fin, lo han logrado.

Y es que teniendo en el seno del grupo al hiper activo Mike Portnoy, al Purple Steve Morse y a Casey McPherson, Dave LaRue y Neal Morse la coordinación debe ser complicada.

Su anterior dísco me pareció el mejor de 2014, con una cantidad de matices y aromas que hacia de él algo totalmente especial, una rareza dentro de un mundo musical saturado de bandas digamos “normales”. Rock progresivo de primera clase como el que ejecutan otras bandas actuales como Sons Of Apollo (en los que también está el colega Portnoy), aunque los Colors explotan tanto la vertiente experimental como la comercial del genero, mientras que los de Soto, Sheehan y Bumblefoot se inclinan más por la primera de las mencionadas.

En mi caso y volviendo de lleno al álbum que nos ocupa he intentado no esperar tanto como en su anterior trabajo. No sé si he llegado a conseguirlo, ya que «Second nature» me marcó mucho, pero por lo menos lo he intentado. Y es que, entre otras cosas, el efecto sorpresa que tuvo el precedente en mi ya no lo tenía este. 

En «Third degree» no vamos a encontrar ninguna «Mask machine» o «Open up your eyes», pero hay canciones verdaderamente brillantes, siendo un disco en conjunto de un  nivel altísimo, por lo demás algo lógico dado los músicos implicados en  él, aunque no siempre se cumple esta premisa casi lógica. Asombrosa me parece la facilidad con que manejan diferentes estilos como el progresivo (evidente en casi todos los temas), los ramalazos funkies  (en «Gerónimo») o las aproximaciones a parámetros propios de unos Beach Boys («Love letter»), lo cual da fe de la calidad de esta formación.

Si alguien me pusiese una pistola en la cabeza para elegir los dos mejores temas del disco creo, con algunas dudas, que me decantaría por «Cadence» y «Last train home», dos delicatessen sonoras donde reina el prog rock.

Sólo queda decir que van directos de nuevo a  mi lista de los mejores del año y desear que consigan en un futuro aunar agendas otra vez para una gira u otro nuevo disco.

Sello: Music Theories Recordings/ Mascot Label

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