El punto de inflexión de Sworn Enemy, “Gamechanger”
Sería mediados de los 90 cuando escuché por primera vez algo que se hacía llamar hardcore. Era el disco “State of the World Adress” de Biohazard. Me quedé bloqueado, mi mente no era capaz de asimilar como una banda podía meter esos riffs propios de Slayer y combinarlos con voces limpias y canturronas y otras veces con voces cargadas de odio y rabia, gritando a coro “We are brothers of blood!!” a toda hostia. Lo más parecido que había oído era Anthrax, pero no acababa de casarlo. Biohazard eran gente del barrio, no hablaban de Satán, hablaban de las injusticias sociales y de política. Me dije, mola el hardcore, pero no fui persistente, iba escuchando algunas cosillas, Madball, Agnostic Front, D.R.I. Algún colega tocaba hardcore…
En 2006 “We Hate” de Sworn Enemy me llamo la atención, acordándome de lo que os acabo de escribir. Y cosa parecida me pasó en 2014 con “No Mercy”. Me enteré de la publicación de “Gamechanger” porque Robb Flynn era el productor y me vinieron todos estos recuerdos tras la primera escucha.
No soy la persona indicada para hablaros de la evolución del NYHC y de su influencia en este disco, y ni siquiera puedo hablar de la evolución de la propia banda, pero sí que puedo decir que el nuevo álbum de Sworn Enemy es un gancho en la mandíbula, hardcore thrash puro y duro, con un sonido cuidadisimo por la banda de Sal Lococo, en lucha desde hace 20 años.
Desde la intro el disco te atrapa, una intro de verdad, de las que te empiezan a embrutecer deseando que entre “Prepare for Pay” para estallar y romperlo todo. Riffs muy thrash, con una base poderosísima que hace que te retumbe todo el cuerpo, con ese bajo dejando vibrar las cuerdas al aire tan clásico. Un Lococo desgañitandose en cada tema, escupiendote lo que piensa, y esos miticos coros gritando a los cuatro vientos todas las razones que les tocan los cojones.
Temazos como “Justify”, “Integrity defines strengh” o “Coming undone” con cambios de tempo que generan una avalancha de tralla y odio que te aplasta. O el sucio “DOA”, un poco más veloz con ese pick slide tan Slayer. Y por supuesto alegatos como “Selling a Dream”, “The consequence” o “Seeds of Hate”. Antitodismo a ritmo de riffs frenéticos, timbales y doble bombo pesadísimos y un Lococo, megáfono en mano, dedicando fuck yous.
En definitiva, energía desbordada en un discazo de hardcore thrash, donde se escucha la mano del Sr Flynn.
Y es que para mí, un defensor amateur del hardcore, Sworn Enemy devuelve el estilo a su hábitat natural underground, donde las fieras viven en libertad sin esperar nada de nadie, mientras observan a los animales del circo bien entrenados para hacer todo a la perfección pudriéndose de éxito, el metalcore de hoy.
Sello: M-Theory Audio