“Every Loser”, la mirada salvaje de la Iguana (Iggy Pop)
¿Se puede tener 75 años y firmar un disco de rock lleno de vida, energia y potencia? Pues creemos que sí, y si no que se lo digan a Iggy Pop. A la edad antes referida ha firmado uno de los discos más potentes de sus discografía, así sin pestañear. Estamos ante algo más que una leyenda viviente.
La verdad es que este trabajo nos ha pillado algo a contrapie. Iggy Pop venía de un periplo discográfico marcadamente relajado, sin estridencias. La música del británico había abrazado el pop, y los sonidos más mainstreams en una especie de parada total hacia sonidos más aguerridos. Todo esto ha cambiado con su nueva entrega “Every Loser”.
Iggy Pop ha tocado casi todos los géneros musicales en estos 10 úlitmos años. No se ha quedado con las ganas de experimentar con sonidos de todo tipo y así acrecentar su acervo musical. A muchos esto les parecía una renuncia a sus principios musicales, pero el que fuera vocalista de The Stooges se ha ganado con creces hacer con su carrera discográfica lo que le venga en gana sin tener que dar ningún tipo de explicaciones. Nos encontramos ante una fuerza de la naturaleza que a sus 75 año sigue subiendo al escenario y pateando culos a todo el que se pone por delante. Ante él solo caben alabanzas.
Llegados a esto nos toca echar un vistazo a “Every Loser”, para comprobar si la energia electrizante anunciada se encuentra realmente entre los surcos que componen su última obra. Para empezar debemos atender a lo bien acompañado que ha estado en la grabación del disco: el productor y multiinstrumentista Andrew Watt, pasado por músicos de la talla de Chad Smith, Chris Chaney, Dave Navarro, Duff McKagan, Stone Gossard o el tristemente desaparecido Taylor Hawkings, batería de Foo Fighters. Con dicho plantel pocas cosas pueden salir torcidas.
Nos viene a la memoria el discazo que se marco hace años “Pop Post Depression”. Tanto allí como aquí derrocha energia a raudales y la electricidad que te enchufa te supura por todos los poros de tu cuerpo. Todo esto se ratifica con la entrada triunfal de un tema de la talla de “Frenzy”. Con él recuperamos al Iggy de siempre, salvaje e imprevisible. Un rockero hecho de una pieza del que han tirado el molde hace mucho pero que mucho tiempo.
Temazo también “Strunt Out Johnny”, cuando la Iguana se pone en plan crooner es sencillamente imbatible. Un tipo ya a vueltas de todo, que te suelta en tu careto que sigue siendo mejor que tú hasta dormido.
Me ha gustado mucho “New Atlantis” un tema dedicado a uno de los rincones favoritos de Pop, la ciudad de Miami. Un lugar para perderse, en donde Mr. Osterberg se siente libre de poder hacer y deshacer lo que le dé la gana.
Viajemos a épocas pasadas y volvamos a los años 70 cuando The Stooges se encargaron de poner patas arriba el star System rockero de la epoca. Digo esto porque “Modern Day Rip Off” suena a eso precisamente. Rock añejo, básico, a la cara, sencillamente los sonidos que te destripan y te dejan si cuajo. Una maravilla.
El Iggy Pop más intimo nos los encontramos en la balada acústica “Morning Show”. Pop se nos abre por enésima vez para mostrarnos que es una persona vulnerable con una piel de hierro. Me flipan estos cambios de registro de este genio de la música.
El primer interludio del álbum nos lo encontramos con “The News For Andy” que nos hace desembocar en la alegre y sarcástica “Neo Punk”. Un tema corrosivo en el que Iggy pone a parir a los falsos imitadores musicales y las estrellas advenedizas creadas en estos tiempos en cualquier plataforma de streaming. Genio y figura.
Rockerilla y con mucho aroma Stoniano nos llega “All Way Down”. La verdad que estos tipos de tema los borda a la perfección la Iguana. Nadie como él para darle el punto justo que merece estos tipos de canción. Yeahhhh.
Volantazo con mirada ochentera y teclados incluidos en “Comments”. Un corte que no desdibuja lo mostrado a lo largo del álbum, y que nos recuerda lo cambiante que fue Iggy en la dècada de los 80 de la mano de su amigo Bowie. Nos gusta este revival.
Llegamos al final con otro interludio, pieza hablada llamada “The Animus”, que nos abre el telón para la electrizante “The Regency”, tema marca de la casa para finalizar la obra en la que Iggy arremete contra la industria musical entre riffs afilados y con gran distorsión.
No me puedo creer que este tipo tenga 75 años. Un momunemto en vida para todo lo que significa vivir y sentir el rock. Como ya dijo Lemmy, “si te sientes viejo para rockear, es que eres viejo”, y la Iguana cada día es más joven.