“Holy Diver”, Dio elige su propio camino hacia la leyenda
Pocas voces han dado tanto al mundo del heavy metal como la de Ronnie James Dio. Estamos ante uno de los mayores vocalistas de la historia, una voz sin parangón que no ha tenido igual en este bendito género de los sonidos distorsionados.
No tenía necesidad. Era ya un artista consagrado totalmente. Ser el voceras de Black Sabbath, no era moco de pavo. Aún así, el pequeño rey del metal, decidió elegir su propio camino hacia la gloria, y eso camino era en solitario. Las cosas no iban demasiado bien en la formación británica, y Ronnie junto al batería Vinny Appice decidieron pasar a otra historia. ¿Acertaron? Sin duda.
A estos dos titanes se les unieron nada menos que Jimmy Bain al bajo, y un joven Vivian Campbell a la guitarra que ya empezaba despuntar en esa época. Por cierto nos encontramos en 1982, año mundialista para nuestro país.
El resultado de la unión de estas 4 bestias del heavy metal fue la creación de uno de los mejores álbumes de puro heavy metal de la historia. Dio no defraudó como banda, y llevaron al séptimo cielo el sonido de la bestia. Black Sabbath quedó totalmente en pañales, y el pequeño gran hombre se convirtió de la noche a la mañana en el rey indiscutible.
Corre el año 1983 y “Holy Diver” ver la luz desde las tinieblas más absolutas. La portada del álbum de convertiría en una de las más icónicas de nuestro rollo, y también levantó mucha polvareda en la época. Un demonio brutal en portada, sojuzgando a un reverendo no fue del agrado de la caspa más retrógrada de esos años, a los que sele dio carnaza para arremeter con las mismas cantinelas diabólicas de siempre .
La fusión de lo épico, lo gótico, medieval, con sonidos potentes, riffs asesinos y una producción perfecta, por cierta a cargo del propio Ronnie, creo la tormenta perfecta para que este artefacto sónico atravesara los corazones de los fans de heavy metal de todo el mundo. Un álbum que rozó la perfección y que recogía la esencia de los sonidos de la época. La influencia de este trabajo en géneros como el Power Metal son claros. Estamos ante una obra maestra; punto y pelota.
Ronnie James Dio vivió su epoca en Rainbow y Black Sabbath sin libertad creativa. La lucha de egos y el mandato de tipos como Ritchie Balckmore, Iommi o Butler no dejaban respirar a nuestro pequeño gran héroe. En este álbum da rienda suelta a todo su imaginario y llega a la cúspide de una manera clara y brillante. Me duelen los dedos de ponerle tantos adjetivos a esta obra… que discazo.
En lo musical el álbum está lleno de temazos. Una enciclopedia de lo que se debe encontrar uno si quiere escuchar un disco mayúsculo de heavy metal. Desde el comienzo con “Stand Up And Shout”, uno se da cuenta de que está ante algo muy grande. Un corte enérgico, rockero, directo a la yugular… pasión.
Una de las cumbres del trabajo llega pronto con el tema que da título al disco. “Holy Diver” es un tema perfecto de heavy metal. Con una inercia lenta, una sección rítmica fantástica y un Dio cabalgando como si fuera un cowboy perseguido por los indios, llega a crear una atmósfera realmente alucinante. Un tema imprescindible para contarle a tus nietos qué cojones es esto del heavy metal.
“Gypsy” es uno de los temas más melódicos del álbum. Bien ejecutado en donde la banda se compenetra a las mil maravilla y te hace sentir feliz de pertenecer a esta tribu llena de cuero y tachuelas. Algo parecido nos pasa al escuchar por enésima vez el corte “Caught In The Middle”, una roca en forma de canción que es de lo mejorcito de este “Holy Diver”.
“Don’t Talk To Strangers” es un medio tiempo que te engancha totalmente. Un corte que va creciendo poco a poco hasta llevarte como un tren a punto de descarrilar. Dio se sale a la voz y al bajo Bain aporta lo necesario para dejarlo todo en orden.
Me gusta mucho la aportación a la guitarra de Campbell en “Straight Trough The Heart”, lleva la batuta y la rabia se le nota por los cuatro costados. Un corte afilado, lleno de fuerza y que te deja casi exhausto cuando terminas de escucharlo. Tremenda banda se juntó aquí, joder.
Influencias de Maiden, Sabbath, Saxon etc… las olfateamos en “Invisible”. Intro tranquila, pausada para luego explotar todo. Un método compositivo ya muy visto en los años ochenta, pero que les funcionó a las mil maravillas.
Llegamos al “Santo Grial”. “Rainbow In The Dark” es por derecho propio uno de los himnos del heavy metal de todos los tiempos. Una intro con teclados, que se erige en guía maravilloso hasta las cuerdas vocales del mejor cantante de la puta historia del metal. La interpretación de Dio es sencillamente sublime, su manera de cantar es de otro planeta. No he escuchado a nadie cantar con tanta fuerza, expresividad, y majestuosidad. La banda ya está aquí. Nace el mito, nace la leyenda. Una canción para la eternidad que por mucho que las escuches nunca tienes suficiente.
El final con “Shame On The Night”, no desmerece para nada lo escuchado en toda la obra. Intro misteriosa con aullido de lobo incluido, y con el aderezo de servir de banda sonora al universo que acababa de inventar Ronnie James Dio. Qué grande.
Un álbum que lo tiene todo. Uno de los comienzos de carrera en solitario más grande de todos los tiempos. “Holy Diver” es el álbum que todo el mundo dentro del metal hubiera querido grabar. Obra maestra por los cuatro costados. Te echamos de menos, Ronnie. Donde quiera que estés sigue aullando como tu sabes, y sabes que eres el puto amo.