“Innuendo”, el canto del cisne de Queen

Todo tiene su fin, pero hay personas que son inmortales. Este es el caso del líder y cantante de Queen, Freddie Mercury. Su rápida muerte por el maldito SIDA nos dejó huérfanos de una de las figuras musicales más importantes de la historia contemporánea. Una pérdida que solo se pudo paliar en alguna medida con el grandioso último álbum de estudio de Queen llamado “Innuendo”.

Ponemos nuestra máquina del tiempo en marcha y nos dirigimos al 4 de febrero de 1991, día en el que se lanzó el adiós definitivo de Queen. Un disco que más allá de ser una obra maestra significó la despedida final de un gigante de la música. El decimocuarto álbum de Queen reune como en una Caja de Pandora, todo lo que el grupo británico representaba en la industria musical. Una obra compleja, adictiva, y con una muestra de sentimientos sin igual que fue un muy digno broche de oro a una carrera musical grandiosa. Es cierto que después hubo otras obras con temas inéditos, directos etc… pero “Innuendo” es la despedida de este grupo de amigos que cambiaron muchos conceptos de la música moderna tal y como la conocemos.

Queen a través de los 12 temas que componenesta obra ponen el punto de mira en el drama personal que estaba viviendo Freddie. Sus últimos días, sus últimas grabaciones, sus últimas ocurrencias… todo se encuentra aquí. Freddie sacó fuerzas de donde no las tenía, para poder marcarse una demostración vocal increíble. Lo mejor de él se encuentra en estos temas que son una despedida y a la vez un canto a la vida y a la esperanza.

Podemos catalogar este disco como una obra llena de contrastes. Tenemos desde cortes con carácter épico, con una estructura de rock progresivo, a canciones de tono pop melódico pero a la par realmente efectistas. Canciones realizadas en varias capas, texturas que se van uniendo para crear un único hilo conductor: celebrar la vida.

El arranque del álbum es sencillamente magistral. Con el tema que da nombre a la obra “Innuendo” te va engulliendo como si fuera una serpiente pitón para no dejar nada de ti. Una composición monumental que pone de manifiesto la grandeza de este grupo legendario. Una fusión de rock, tono operístico, y rasgos épicos que recuerda los mejores tiempos de la formación con el ya lejano “Bohemian Rhapsody”. La guitarra de
Brian May se erige en un maestro de ceremonias perfecto al lado de la exhuberante voz de Mercury, que sigue demostrando que es el mejor en estas lides. Ese interludio con guitarra española le da el toque perfecto a esta obra maestra hecha canción.

Como decimos la obra está llena de contrastes. Después del tema comentado nos llega el corte “I’m Going Slightly Mad”. Una canción desconcertante dentro del sentido del álbum y que nos proporcionó una de las últimas imágenes con vida de Mercury, saliendo en el vídeo clip totalmente maquillado y con una extraña peluca de plátanos para no enseñar la imagen de la enfermedad que le llevaría a la muerte. Una canción que sigue resonando en mi cabeza con la misma fuerza desde el primer día en el que la escuché. Como decimos el álbum tiene una gran carga autobiográfica, parece que Freddie quiere hacer resumen de su vida, mirar hacia atrás y hacer balance de todo lo vivido. Es una carta abierta para que todo el mundo comprenda cuál ha sido su misión en la vida y que partirá habiendo completado una existencia plena y llena de momentos satisfactorios.

Todo lo comentado anteriormente se ve reflejado de manera meridina en el tema que cierra el álbum: “The Show Must Go On”. Un corte en el que la banda nos hace ver que aunque ellos falten, aunque Freddie ya no esté, su música seguirá, tú tienes que seguir… el show debe continuar. El dolor y la desesperación asoman la cabeza de manera victoriosa, pero finalmente quien se lleva el gato al agua es la determinación de seguir adelante, de no quebrarse por completo y de no ignorar de que pese a todo, la vida merece la pena. La interpretación de Freddie Mercury, una de las últimas de su carrera, hecha casi en una sola toma ya que su salud no daba para más es
de una belleza indescriptible. Freddie hace la interpretación definitiva, el cierre de oro a una carrera musical maravillosa.

Para canción maravilosa una de las mejores canciones del repertorio de Queen, la increíble balada “These Are The Days Of Our Lives”. Melancolía, recuerdos, nostalgia, todo engalanado con esa voz tan increíble de Freddie en un corte para la historia que nos hace sentir  emociones infinitas metidas en unos pocos minutos de canción. Una atmósfera irrepetible para un tema que pasarán los años y seguirá sonando a las mil maravillas. Todavía recuerdo la preciosa versión que hizo el ya también desaparecido George Michael en el concierto homenaje a Freddie.

Debemos destacar de este álbum la aportación al mismo de todos los miembros de la banda. Tanto May, Taylor, Deacon y Mercury ofrecen lo mejor de sí, en unas composiciones maravillosas que llevan su música a un lugar solo destinado a los elegidos. May se muestra capaz de lo mejor en temas del calibre de “Ride The Wild Wind”, creando pasajes oníricos y electrizantes. Deacon y Taylor forman un combo rítmico imbatible en temas como “Headlong”, el hard rock asoma de nuevo con fuerza inusitada en un tema de los que marcan época. Queen en estado puro.

Uno de los puntos fuertes de “Innuendo” es la maravillosa teatralidad que lo rodea. Parece que estás dentro de un cuento, en el que los personajes de rasgos bien marcados te van contando una historia llena de avatares e incertidumbres. Así suenan temas como “Don´t Try So Hard”, donde la influencia de la música clásica se hace más evidente o la maravillosa “All God’s People”, una pieza que se mueve entre lo espiritual y lo mundano ofreciendo lo mejor de ambos mundos.

No daremos muchas más vueltas a esta obra. Es el mejor testamento que nos podría haber dejado una banda como Queen. Una obra maestra genial que nos reconcilió con ellos y nos dejó con una sonrisa agridulce. No sabíamos que era una despedida pero ahí estaba, con el tiempo y al desaparecer a los meses Mercury esta obra cobró un valor mucho mayor, comprendimos lo que querían ofrecernos y nos quedamos mucho más impactados.

Una obra que nos mostró que Mercury tendría el poder de trascender, que sería imnortal. Se cumple así el sueño de Mercury “seré una leyenda”, y así fue. “Innuendo” es la muestra palpable de que los artistas del calibre de él son inmortales, que su música, su mejor legado, perdurará por siempre y que generaciones venideras lo conocerán e incluso venerarán sin haberlo visto vivo. “Innuendo” es la carta de despedida de un hombre hecho así mismo que vivió deprisa y sintió la vida a borbotones. Una oda al color, a olor de las flores, al baño en el mar, en definitiva a sentir la vida y hacer sentirla a los demás.

Donde quiera que estés Freddie… gracias por tanto.

 

 

 

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