“Invincible Shield”, Judas Priest siguen siendo la mejor banda de heavy metal del mundo
Vivimos una época en la que debido a la cantidad ingente de información, celebrar la llegada de un nuevo álbum es casi una actividad en desuso. Tal chorro diario de noticias, hace que las expectativas hacia algo nuevo se diluyan como un azucarillo a las primeras de cambio. Aunque siempre hay excepciones, y una de ellas claro está es Judas Priest.
La llegada de “Invincible Shield” el nuevo álbum de los británicos, no hace si no corroborar el excelente estado de forma que demostraron en su anterior larga duración llamado “Firepower”. Una formación que ya no tiene que demostrar nada, ellos son los mayores embajadores en vida del heavy metal. Pocas bandas en la historia han potenciado y llevado bien alto el sonido crujiente y compacto de este género imperecedero.
Tras casi 6 años sin tener noticias de ellos, enfermedades varias de algunos de sus componentes, pandemias, crisis y demás, vuelven con su 19º álbum de estudio y lo hacen muy dignamente. Es un álbum que en la primera escucha parece casi una continuación del anteriormente comentado “Firepower”, pero que a medida que vas adentrándote en la propuesta de Rob Halford y cía se torna un trabajo mucho más variado que el anterior. Eso sí, a bote pronto puedo decir que lo supera, no por mucho… pero lo hace.
En definitiva, una ración más que sobresaliente de unos Judas Priest que celebran nada menos que 50 años de su existencia. Como regalo nos dan uno de los mejores álbumes editados en lo que va de año en el género del heavy metal. No se han vuelto locos y han apostado por el mismo combo productor que les ayudó a realizar el maravilloso “Firepower”, nos estamos refiriendo a Tom Allon y Andy Sneap, que además le acompaña en las giras como guitarrista en sustitución de Glenn Tipton que como todos sabemos por cuestiones de salud no puede seguir el ritmo de los directos.
Un sonido impecable, nítido, y con un volumen más que considerable que muestra una paleta de sonidos increíble a cual más metalero. La base compositiva sigue siendo el triangulo conformado por Rob Halford, Richie Faulkner y Glenn Tipton, que han echado mano de recursos rockeros muy setenteros y ochenteros para actualizarlos y dar como resultado un conjunto de canciones que muestran algo menos de fiereza que en su anterior álbum pero igual de efectivas. Dicho esto no han escatimado en dureza y en potencia heavy metalera con un resultado apabullante.
Las guitarras de Faulkner y Tipton siguen sonando a gloria bendita, con un salvaje a la batería como Scott Travis que sigue reventando los parches de manera magistral junto al bajista Ian Hill el más tapado como siempre de la banda. Qué decir de Halford. Con 72 años sigue teniendo una voz increíble, que mantiene en buena forma, y que incluso se sigue atreviendo con esos agudos imposibles marca de la casa. Edadismo al carajo. A ver quién es el guapo que viene a quitarle el trono al Metal God por excelencia del heavy metal mundial.
Pero debemos dejarnos de palabrerías e ir al meollo de la cuestión. Vamos a asomarnos a las benditas 11 canciones que componen este “escudo invencible” creado para el disfrute de todos los fans de Judas Priest. Los británicos han creado un nuevo parque temático pensado únicamente para satisfacer la sed de metal de todos los fans que se reparten a lo largo de los siete mares.
Susto para la parroquía metalera… “Panick Attack” comienza con una intro de teclados muy a lo Rush, pero todo se queda solo en un pequeño sustillo, ya que la borrachera de riffs contudentes y veloces no se hace esperar. Un tema que va de menos a más, con un estribillo muy coreable que a buen seguro será uno de los temas estrella de los directos que hagan los británicos para presentar su nueva obra. Un comienzo que nos dice bien a las claras que Judas Priest son eternos.
Todo se ratifica en la más que solvente “The Serpent And The King”. Un corte que sabe a clásico a las primeras de cambio y que es una especie de revival setentero de lo mejor de su obra. Van a lo seguro, no arriesgar y ganar a la primera.
Llegamos a uno de los puntos álgidos del álbum. “Invincible Shield” además de dar título al álbum nos muestra a unos Judas Priest totalmente inconmensurables. Lo tiene todo, riffs, solos, batería demoledora, y una última parte del tema creada para que entres en el Valhalla del metal directamente. Una pasada de canción que va a ser un nuevo himno de la banda. Cada día me gusta más la aportación de Richard Faulkner a la formación, un crack en toda regla.
Bajamos las revoluciones y nos llega “Devil In Disguise”. Un corte por debajo de la media de lo que nos ofrecen en todo el álbum, pero que mantiene un buen nivel. Podríamos encuadrarlo en la última etapa del grupo. Álbumes como “Angel Of Retribution” o “Redeemer Of Souls” están muy presentes en la idea de esta canción. Halford ni se inmuta y sigue a lo suyo… por algo es el Metal God por excelencia del universo metalero.
“Gates Of Hell” eleva el nivel de nuevo y nos trae esos duelos de guitarra que tanto nos gusta de ellos. Una canción muy melódica en la que Halford nos hace de guía perfecto en un tema maravilloso. Destila fuerza, empaque y sabor Judas por los cuatro costados.
Todo ello para desembocar en el maravilloso medio tiempo “Crown Of Horns”. La épica llega en un caballo diabólico con Halford montado en él y cantando de manera soberbia. Un tema que se te queda a la primera… y eso ya sabéis lo que significa: pura gloria bendita.
Aromas de “Painkiller” nos encontramos con “As God Is My Witness”. La velocidad y la agresividad asoman de nuevo para reventarte la cabeza a patadas. Esto es heavy metal y lo demás es pecata minuta. La batería de Scott Travis es un Panzer de la Segunda Guerra Mundial dispuesto a aplastar al enemigo.
Priest en estado puro. “Trial By Fire” no es tan fiera como la anterior canción comentada pero nos muestra una mayor variedad de ritmos dentro del corte. Hay pasajes más melódicos que alternan con heavy metal en estado puro.
Una canción verdaderamente brillante. “Escape From Reality” es un corte que se sale algo del rango general de la obra. Algo más pausado, donde la sección rítmica está presente dejando un pelín al lado la presencia dominante de las guitarras. Aún así creo que es el contrapunto perfecto de la siguiente bomba: “Sons Of Thunder”. Un tema que reune todo lo que el fan de Judas Priest quiere. Suena todo perfectamente engrasado, solido cien por cien. La máquina de metal más perfecta del mundo echa a andar y ya nada ni nadie puede deternerla. Sin darnos cuenta llegamos al final con la lengua fuera de tanto metal.
“Giants In The Sky” un homenaje en toda regla a los caídos del metal, y a su recuerdo que siempre estará entre nosotros. Epicidad grandiosa que deriva en una parte final más intimista y llena de matices. Un broche de oro para un disco casi perfecto.
En alguna edición especial os podréis encontrar bonus tracks con tres temas más : “”Fight Your Life”, “VIcious Circle” y “The Lodger”, que redundan en la explosividad de metal y rock que ya hemos comentado en toda esta reseña.
Un álbum de Judas Priest siempre hay que celebrarlo, y si es de la talla de éste mucho más. Uno de los mejores discos que han editado en su ya amplia carrera, y sin duda el mejor de su última etapa. Sí, ya lo sé, no inventan nada, no arriesgan, pero lo que hacen lo hacen perfecto. Ellos son los maestros.
Nosotros, los discípulos, lo único que podemos hacer es levantarnos una vez más y aplaudirles hasta la extenuación. Gracias por tanto.