Millencolin no defrauda con “SOS”
Millencolin siempre son sinónimo de fiabilidad. Sin virtuosismo, sin florituras y sin inventar nada que no se haya hecho ya. Es más, sin inventar nada que no hayan inventado antes ellos mismos (entre muchos otros). Había ganas de nueva música de ellos cuatro años después de que viera la luz “True Brew”. La banda sueca ha sacado a la luz “SOS”, el noveno álbum de estudio de la banda, y que como era de esperar sigue en la buena línea que siempre han tenido los liderados por Nikola Sarcevic.
El disco arranca con la canción homónima, con ese Punk-Rock tan característico al que nos tienen acostumbrados los suecos, más en la línea de “True Brew” que de aquel “Pennybridge Pioneers” que nos encandiló a todos los amantes del género. Los estribillos siguen siendo pegadizos como siempre y la parte instrumental está muy cuidada.
A medida que va avanzando el álbum nos damos cuenta de que los de Örebro siguen manteniéndose en la cresta de la ola apoyándose principalmente en la excelente voz de Nikola Sarcevic. Si bien ya no tiene esa fuerza con la que cantaba “Penguins & Polarbears” o “Home From Home” sí cuenta con la gran entonación que siempre ha caracterizado al ya mítico cantante de los suecos. El estribillo de “Sour Days” es un ejemplo, donde llega a una entonación envidiable por parte de muchos cantantes del género, o en la rápida “Let It Be”.
Me gustaría destacar “Do You Want War”. No es ni de lejos una de mis canciones favoritas del disco pero tiene dos cosas que sí merece la pena comentar. La primera es que es una canción tremendamente pegadiza, con un ritmo que te atrapa de principio a final. La segunda es que tiene pinta de que en directo va a funcionar muy bien, mejor que en el disco. Perfecta para los pogos.
El disco cierra con “Carry On”, con uno de los mejores estribillos del disco. Aunque si algo tiene Millencolin es que todos los estribillos podrían ser de los mejores en un disco. Se asemejan, todos tienen un toque distinto y todos acaban siendo muy pegadizos. A partir de ahí ya responde a gustos personales.
Millencolin siguen demostrando porque triunfan. Y es simple y llanamente porque en lo suyo son de los mejores. No quiero decir con esto que sea el mejor álbum de la banda, tampoco el segundo ni el tercero. La sombra de “Pennybridge Pioneers” es muy alargada. Sin embargo, cuando uno escucha nueva música de los de Örebro sabe que lo que va a encontrar es de un buen nivel y podrá convencer más o convencer menos, pero no se puede hablar nunca de que sea un mal disco. El mejor resumen es que en su línea continuísta siguen sonando frescos, algo que es difícil en un mundo cada vez más enfocado al renovarse o morir. Hay veces que es mejor no tocar lo que funciona.
Sello: Epitaph Records