Slipknot cumplen sin más con su álbum “The End, So Far”

Los locos enmascarados de Iowa son ya por derecho propio uno de los tòtems del metal moderno. Su status de gran banda lo han conseguido a golpe de mostrar al mundo, que desde lo insano, lo oscuro y lo visceral se puede gritar a los cuatro vientos lo detestable que este puto mundo. Llegan con un nuevo trabajo bajo el brazo llamado “The End, So Far”, disco que nos ha dejado algo fríos, ahora mismito os lo justifico. 

Álbum número 7 de la discografia de los norteamericanos y último de su relación contractual con Roadrunner Records. ¿Esto que quiere decir? Por experencia todos sabemos que este tipo de discos no suelen ser los mejores de las carreras discográficas de las bandas. La razón es muy sencilla: es una despedida. La inèrcia normal y entendible en este tipo de situaciones es poner el piloto automático y si te he visto no me acuerdo. A mi entender este ha sido el caso. Por un lado Slpknot venía de editar un álbum hace relativamente poco tiempo, nos referimos a “We Are Not Your Kind”, un trabajo por cierto bastante aceptable. Dicho lo cual, no se han complicado y casi con los mismos mimbres han creado este nuevo engendro sónico. ¿Es malo el disco?, no. Es sencillamente prescindible. 

La verdad es que la cosa prometia con el comienzo del trabajo. “Adderall” un corte pausado, canción acústica etc.. nada de lo que te puedas esperar de Slipknot. Vamos que se lo ponen a cualquiera y creería que estaba ante un álbum de Bon Iver. Una rareza que parecía vislumbar que la banda iba a atreverse a salirse de la caña burra, breakdowns, voces guturales y claras etc… pero nada, nada, ahí llega  la ya conocida como single “The Dying Song (Time To Sing)” para darte una hostia en la boca y avisarte de que los zumbados con mono y máscaras atacan de nuevo. Por cierto la que viene después “The Chapeltown Rag” es una de mis canciones favoritas del álbum. Slipknot 100%100.

Notable es “Yen”, una semi balada en donde la voz de Taylor hace de las suyas, Por cierto, Corey Taylor cada vez es más grande en comparación al resto de los miembros de la banda. Una leyenda viva de esta puta locura llamada metal. Un fiera, joder. 

Suben el nivel de testosterona la dos balas icendiarias en forma de canción llamadas “Hivermind” y “Warranty”. Hola, somos Slipknot y venimos a trepanarte los sesos por enésima vez en tu vida… y sabes que te gusta. 

La segunda parte del álbum es muy repetitiva. Digamos que es un grandes éxitos de Corey Taylor. Su sombra es más alargada que un ciprés y así lo corroboran temas como “Medicine For The Dead”, “Acidic” o “H377” donde el desparrame vocal es total, mostrándonos que tiene una voz descomunal. Enhorabuena Corey… pero ya sabemos que cantas bien, no insistas. 

“Sade” y “Finale” (no se han roto la cabeza en el título) cierran un álbum normalito, A mí me ha dejado muy indiferente, es más creo que no lo volveré a pinchar en mucho tiempo. No pasa nada, no siempre se acierta. Un besito, Slipknot. 

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