“The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars”, David Bowie se convierte en estrella de la mano de un extraterrestre
La creación de un alter ego es un arma de doble filo. Por un lado, si sale bien la jugada se consiguen metas, conservando parte de tu anonimato y poniendo en riesgo solo una mínima parte de tu vida. La parte oscura es que puedes ser engullido por tu personaje y quedarte en nada. Casos como estos tenemos muchos, sin ir más lejos en el ámbito musical: Marilyn Manson.
Posiblemente el alter ego más famoso de todos los tiempos a nivel musical, lo creó David Bowie. Su imaginación y genio crearon de la nada a un extraterrestre, que puso patas arriba el star system musical de los años 70. Nos referimos claro está, a Ziggy Stardust.
El quinto álbum de Bowie, “The Rise And Fall Of ZiggyStardust And The Spiders From Mars”, catapultó definitivamente al artista británico a la fama, lo encumbró, le dio la vitola de superestrella. Crear una obra maestra de tal calibre, estaba, y sigue estando, al alcance de muy pocos terrícolas, por eso, creemos que echó mano de un maravilloso ser de otra galaxia.
Hacer la continuación de otra obra maestra como “Hunky Dory”, no era tarea fácil para el astro inglés. La verdad es que no tenía necesidad de arriesgar, había ganado mucho reconocimiento con este trabajo. Lejos de dormirse en los laureles, y ser complaciente con el éxito, apostó al doble o nada, resultando claramente ganador.
Agarró la transgresión por banda, y creó un personaje con el que desafiar a todo el mundo. Era la hora de escandalizar, de reivindicar lo diferente, lo diverso. Bowie pasó por encima de todo el planeta, riéndose de todo lo establecido e imponiendo unas reglas que cambiaron de algún modo la manera de ver la industria musical hasta esos días. Un alienígena andrógino, altivo y con la suficiente chulería como para decir a los cuatro vientos, que era el mejor artista que había pisado la Tierra; y no le faltaba razón.
Bowie tuvo la gallardía de aparecer en 1972, en el programa de televisión Top Of The Pops encarnado en la piel de Ziggy, y dejar boquiabiertos a los allí presentes. No solo era un grito a la libertad sexual, era un grito a la libertad sin más. Nacía el glam rock, y él era su apóstol.
Ziggy reunía la triada mágica de sexo, drogas y rock & roll como si fuera un mantra indisoluble a su persona. El escándalo estaba servido, el mito acababa de nacer. Nunca nadie lo olvidaría.
Bowie no solo influyó en la música con este disco, la moda se rindió a sus pies, y sus trajes pasarían a la historia, como tendencia y estilo indiscutible. Él marcaba tendencia, él era el mayor influencer de su época.
Claro está que esto no hubiera sido suficiente, sin las canciones que contenían aquel maravilloso disco, nada de todo lo contado anteriormente hubiera ocurrido. Posiblemente nos encontramos entre uno de los mejores álbumes de todos los tiempos. Una oda al glam rock, a la originalidad y la creación compositiva de un nivel casi indescriptible.
Pocos discos de la historia pueden tener temas como “Moonage Daydream”, “It Ain’t Easy”, “Lady Stardust”, “Suffragette City” o el maravilloso cierre de “Rock ‘N’ Roll Suicide. Todas canciones míticas, obras maestras absolutas.
He querido dejar a parte la mejor canción del álbum a mi criterio: “Starman”. Fue el single que anunció la publicación del trabajo. Un tema perfecto. Bowie te hace sentir que no eres de este mundo, que lo puedes conseguir todo, y que puedes a la vez escapar de él cuando quieras. Con un riff de guitarra inmortal, y un final apoteósico que te deja extasiado; no se puede ser más grande.
Un disco para la historia. Inmortal. Un trabajo que por supuesto, solo lo podía hacer alguien que no fuera de este planeta.