“The Verdict”, el último ataque de Queensrÿche

Es difícil dar el enfoque adecuado al trabajo del que os voy a hablar. ¿El 16° disco de la mítica banda? pionera del metal progresivo y cuya trilogía “Operation Mindcrime”-“Empire”-“Promised Land” queda para la historia del metal. ¿ O el tercer disco de Rising West? Escisión sin Geoff Tate después de la ruptura en 2012.

Prefiero decantarme por esta segunda opción para no hacer una reseña destructiva del disco, que tiene muchas cosas buenas, aunque inconscientemente mezcle el otro enfoque en algunos momentos.

Rising west se ganó el derecho ante un tribunal de usar el nombre de Queensrÿche (este álbum solo presentes los grandes Michael Wilson y Eddie Jackson, guitarra y bajo) y portar el estandarte del triryche.Despues de publicar en 2013 el disco “Queensrÿche“, que supuso una salida digna de la UCI, publicaron “Condition Human” en 2015, y pasaron a la sala de curas, consiguiendo hacer creer a sus seguidores que había vida sin Geoff Tate.

Sonidos elaborados demostrando contar con grandes músicos, y un cantante con una versatilidad vocal sin igual, Todd La Torre. Disco variado, pero a la vez sin experimentos, consiguió regresar a la conceptualidad y un sonido heavy metal progresivo, identificable con Queensryche.

Y llegamos a 2019, donde nos encontramos un álbum muy bueno a nivel general. 

El disco lo abre el potente “Blood of The Levant”, mostrando desde el primer momento que la banda regresa con energía renovada. Tema heavy metal, donde destaca “Tate” Latorre, con ramalazos a lo Dickinson y hasta Halford. Letra profunda sobre el conflicto sirio. Videoclip muy potente también.

Continúa con el también heavy “Man The machine”, con un estribillo muy prog, además de otra demostración vocal de cómo se canta el heavy metal.

De nuevo politizado (bien metido el término Deathmocracy).”Light-years” del que han publicado muy buen videoclip recientemente, es uno de los mejores temas del álbum, muy prog. Cuenta con esos pequeños toques tan característicos deQueensrÿche en la parte instrumental, guitarras con sustain interminable, batería espectacular y con ese bajo protagonista, la voz con esa reverb invertida tan clásica en los tiempos de Tate  que a su vez alcanza una altura al alcance de pocos vocalistas.

 Tras un inicio potente enlazan con dos temas que me han parecido con poco gancho, “Inside out” se queda a medio camino para tratarse de una canción motivacional, toques étnicos y altibajos sin sentido, esa rama del progresivo actual que a mi gusto no encaja con la banda y que les ha pasado por la derecha (caso similar al octavo corte “Inner Unrest”). El tema lo salva un estribillo heavy con una batería superpoderosa. 

En “Propaganda Fashion”, con temática trillada pasa un poco lo mismo. Esos coros con ese ramalazo retro que no hay manera de encajar. Tema de relleno. Tiene dos elementos que no he visto todavía funcionar en el metal, voz mediosa (telefónica) y la palabra/concepto “fashion”.Una vez superada esta pequeña parte, continúa el disco con temazos como “Dark Reverie”.

Un medio tiempo muy pegadizo, que transmite a la perfección la sensación de pena y desasosiego. Con la voz de Geoff Tate podría haber sido antológico.”Bent”, exhibición vocal tremenda, especialmente esa voz de lamento tan Tate.

Una demostración de lo que esta banda puede aportar al progresivo, sonido Queensrÿche total o como contar una historia en 4 actos en tan solo 6 minutos, con unos contratiempos de escándalo.

 Cierran el disco “Launder the Conscience”, métrica heavy metal con final prog elegante,  y “Portrait”, tema lento cargado de detalles clásicos. Ambientación envolvente con el misticismo de lo que fueron los mejores Queensrÿche de Promised Land. 

Estamos ante el mejor disco desde la gran división. La banda gana valor, y si continúa por este camino, va a poder aprovechar el derecho ganado en los tribunales de llamarse Queensrÿche.

Por el momento, para mí, pueden ya lucir con orgullo el signo de la diéresis.

Sello: Century Media

Tags: Queensrÿche