“Under The Midnight Sun”, el sol alumbra a The Cult
Una de las bandas que más me han influenciado como melómano empedernido han sido The Cult. El combo formado actualmente por Ian Astbury y Billy Duffy siempre ha demostrado un equlibrio y un saber estar en el mundo del rock fuera de toda dudas. Su música lleva la impronta de lo que siempre hemos entendido por este maravilloso género musical.
La llegada de “Under The Midnight Sun” es la corroboración de que la banda, tras 4 décadas en la carretera, sigue siendo un seguro de vida fiable para los amantes de los sonidos distorsionados. Poca cosa para los tiempos que corren, ¿no?
La inspiración sobre la creación de este álbum ya le llegó hace años a Ian Astbury, en la época de presentación de su maravillosa obra “Love”, al presenciar en Finlandia un amanecer a las 3 de la mañana. Lo místico y lo bucólico siempre ha estado muy presente en la obra de The Cult, y ahora no iba a ser menos.
Nos encontramos ante un disco, potente pero a la vez pausado. Una especie de narración de corte filosófico que huye de estridencias sonoras, para mostrarnos un puñado de temas que son perfectos conformando un equipo de lo más resolutivo. No hay rock agresivo, todo es suave y entra fácil. Lo mejor es que a medida que lo vas escuhando más, el álbum va creciendo y lo paladeas como un vino viejo que con los años mejora. A este trabajo a buen seguro que el tiempo lo pondrá como uno de los mejores aciertos de los británicos.
Comenzamos a navegar en las aguas frías del océano con “Mirror”. Una carta de presentación muy en la línea de lo que nos deparará la obra. Un lento recorrido que parece que eclosionará, pero que nunca lo hace. Una contención sonora fantástica que la voz de Astbury maneja a las mil maravillas. Todo ello se otorga como un pretexto para desembocar en la rockera “A Cunt Inside”, un tema marca de la casa que nos recuerda a los The Cult de su primera época. Gran tema.
Dos cortes de carácter movido, brillantes y que salen de la oscuridad propia de la banda son “Vendetta X” y la radiante “Give Me Mercy”, en donde la banda se muestra compenetrada y segura de si misma. Unas canciones que nos muestran a The Cult en un estado de forma increíble.
La banda apela a la épica y a las orquestaciones de acompañamiento en la maravillosa “Outer Heaven”. Un corte con muchas capas diferentes y que marca la parte final del disco. Canción que hubiera firmado la formación británica para cualquier disco de sus comienzos.
La canción más extraña del álbum es “Knife Through Butterfly Heart”, una canción de aires caribeños acompañada de una guitarra acústica y el poderoso riff de Duffy que le da un empaque muy especial a todo el corte. Extraña y sensual.
“Impermanence” tiene una presencia muy acusada de base rítmica que hace que vibres con ella desde el primer segundo. Todo ello aderezado con una guitarras de lo más convincente.
El final está tallado con un tema que lleva por título el nombre del álbum. Un resumen adecuado de todo lo acontecido en estas canciones. Un final féliz para una obra muy notable.
Nos congratulamos de que The Cult estén de vuelta. A veces los regresos son para demostrar que nunca deberías haber vuelto; este no es el caso.