«Vitalogy», la maduración musical de Pearl Jam

Un tercer disco no es fácil, o por lo menos eso dicen algunos. Es cierto que la tercera obra de un músico conlleva una responsabilidad añadida, las primeras obras de las bandas suelen estar repletas de canciones ya creadas durante años, versiones etc… y llega la hora de crear de verdad. Posiblemente este lo pasó a Pearl Jam con «Vitalogy», un álbum que nació en una condiciones muy especiales para la formación de Seattle y que quedaron reflejadas en un puñado de canciones de lo más diverso.

Un disco oscuro, extraño, que venía de sufrir la conmoción mundial por la muerte de Kurt Cobain, el peso de la fama sobre la banda, y la dificultad de verse hechos unas estrellas de la noche a la mañana, con las dificultades que conlleva digerir eso para un grupo de chavales salidos de la nada. A todo esto hay que sumar lo problemático que fue grabar el álbum. La banda utilizó los huecos que le dejaba su gira mundial, para poder ir grabando temas de su nuevo trabajo. Las canciones se repartieron entre Nueva Orleans, Georgia y Seattle. Un trabajo arduo, difícil, que les dio más de un quebradero de cabeza y que hizo mella en la formación norteamericana.

Si el ambiente estaba enrarecido ya de por si, el contencioso en el que se embarcaron contra Ticketmaster terminó por ponerles en la picota sin ellos quererlo. Algo que comenzó como una cuasi revolución ante el gigante de venta de entradas, quedo en agua de borrajas al ver la banda como casi nadie de la escena les apoyó en su cruzada. Pearl Jam se quedó desprotegida como banda, y sobre todo sintiendo que habían sido utilizados por la industria musical sin misericordia.

Vedder también pasaba su vida crucis particular, la muerte de Cobain le afectó mucho y empezó a distanciarse de la banda. Otros problemas como la marcha del batería Dave Abbruzzese, problemas de drogas en el seno de la formación y malos entendidos a la hora de grabar, enrarecieron todo el proceso final de grabación de «Vitalogy».

Entrando de lleno en el disco en si, Vedder ser basó en un libro de medicina de los años veinte, «El Estudio de la Vida» para crear la imagen del álbum, el título del disco etc… Un formato rompedor para la época que también trajo dolor de cabeza al grupo, ya que era difícil de ser vendido en las tiendas al no caber bien en los estantes.

En lo musical, comienza este viaje a las entrañas del grupo de Seattle, con el tema «Last Exit», una canción de poca duración, extraña, ruidosa, que nos anunciaba que lo que íbamos a vivir con la escucha de ese disco, era algo nuevo en la carrera de la banda. Tema que desembarca en uno de los mejores del álbum «Spin The Black Circle», corte furioso de rock punk, en el que Vedder se desgañita y la banda se muestra en toda su crudeza. Áspero, rudo, cabrón, vamos como la vida misma.

«Not For You», marca la tendencia oscura del álbum. Una canción que Vedder dedica a la industria musical, y no precisamente para alabarla. Denso, difícil de digerir, un tema capital en su carrera. Esa oscuridad entra de lleno en la depresiva «Tremor Christ», muy grunge, muy agobiante, desazón por los cuatro costados.

Llegamos a una de las baladas del álbum «Nothingman», un corte lento, melódico, en el que la pérdida del amor no correspondido marca todo el tono musical de la canción. Como siempre Vedder se sale.

Entramos en el ámbito de la reivindicación con «Whipping», aquí la banda denuncia el asesinato del doctor pro abortista David Gunn. Un alegato a la libertad de decisión individual.

La experimental «Pry, To», nos sirve de pista de aterrizaje para uno de los mejores temas del álbum: «Corduroy». Pearl Jam crean un tema perfecto, rockero, electrizante, donde Vedder sigue quejándose del puto peso de la fama que esta apunto de acabar con él.

«Bugs» es otra bizarrada del disco. Un extraño acordeón, bichos, y excentricidad es lo que marca un corte, creado para desarrollar la vena vanguardista del grupo y poco más. Un aperitivo para llegar a «Satan’s Bed», tema que tuvo que tocar el técnico Jimmy Shoaf sustituyendo a Abbruzzese que no se encontraba con el grupo por problemas de salud.

«Better Man», la mejor canción del álbum. Vedder recupera una vieja canción y la renueva para meterla en el álbum. La banda la rechazó en principio por resultar algo comercial, blanda, y facilona. Cosas de la vida, con el tiempo pasó a ser una de las imprescindibles de su carrera, y no puede faltar en ningún concierto de la formación norteamericana.

«Aye Davanita» es otra experimentación que nos abre la puerta a «Immortality», un corte que todo el mundo entendió que estaba dedicado a la figura de Kurt Cobain y a su muerte. Sea como fuere podría ser perfectamente una canción para el desaparecido líder de Nirvana».

Para cerrar una locura de tema, el más largo del álbum, llamado “Hey Foxymophandlemama, That’s Me”, también conocido por «Stupidmop». Corte en el que participa Neil Young, y sería el único grabado por su nuevo batería Jack Irons. Una canción extraña que representa muy bien el espíritu del álbum.

«Vitalogy» fue una prueba de esfuerzo para Pearl Jam, un antes y un después. Ya eran muy grandes, ya habían llegado, ahora tocaba lo más complicado: mantenerse. Los años posteriores siguieron siendo turbulentos para la banda, pero aun así sacaron fuerzas para seguir unidos y no tirar la toalla. Ellos son una familia, y la familia siempre está ahí.

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