“White Is The New Black”, es lo nuevo de Snowy Shaw

Por fin, el multiinstrumentista sueco publica álbum bajo su nombre, con canciones compuestas y grabadas por él mismo, que se encarga de tocar todos los instrumentos y voz. Apartado temporalmente de colaboraciones (últimamente con The outsider y Monkeysoop) y sin banda con la que girar, Therion y Sabaton los últimos años. Tampoco ninguno de sus proyectos reclamaba nuevo lanzamiento (Illwill, Mad Architect, Notre Dame) A sus 50 años, Snowy presenta un disco de puro Creepy metal, continuando la línea marcada de su proyecto más exitoso hasta la fecha, Notre Dame. Aglutina en 53′ la cosecha de influencias a lo largo más de 30 años de carrera. Publicado el año pasado bajo el sello Wunderwuld (sello de Snowy), “White is The new black” nos presenta 12 temas con dosis de heavy metal, punk, hard rock y mucho teatro Creepy.


 Temas como “Family Feud” o “Gothicburg Bridge”, podrían ser parte de la banda sonora de El gabinete del Doctor Caligari o la extensa filmografía de Bela Lugosi, ambiente fantasmagorico creado a la perfección. La versatilidad de tonalidades vocales tan característica, con ese grave de ultratumba tan recurrente, presenta temas como “Its getting dark”, “Evil in disgraceland”, “Nachtgeist” o “Immortelle”, toques mas Burtonianos, además de “Krampus”, usando coros de niños como en otras ocasiones. Estas piezas encajarían en un disco de Notre Dame sin problema. 

 Además de la parte más teatral y en blanco y negro del disco, Snowy propone trallazos más heavys, demostrando lo aprendido en sus años en Mercyful Fate o Dream Evil, con el intento de himno Alkoholocaust (con la colaboración del ex-manowar Ross The Boss) o My religión (enlace al vídeo), declaración de intenciones y modo de vida del excéntrico Snowy. 

En Evil twin, más punkarra, muy Misfits vuelve a un estilo que extraña volver a escucharle, ya que intento tirar por este camino con el último disco de Notre Dame, recIbiendo duras críticas. También diferente “Wunderkind”, un medio tiempo con ramalazos a lo Guns N’ Roses, atrevido pero acertado. Por último, nos sorprende con un tema más épico, que no llega a la majestuosidad de sus Therion, pero es lo que tienen las autoproducciones. Snowy ha hecho lo que le ha dado la gana en este disco, con mucho acierto en general, a pesar de parecerme un disco poco arriesgado. Los fans de Notre Dame están de enhorabuena. El uso del lenguaje tan particular y vivir en un Halloween permanente hacen de Snowy una pieza única y él sabe que no tiene competencia como el Jack Frost del metal.

Sello: Wunderwuld Music

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