“Lágrimas negras” (Bebo & Cigala), el encuentro mágico de dos genios

Aviso que entro en terreno pantanoso para mí, vamos arenas movedizas nivel Dios. Hablar de jazz latino, fusión, flamenco y derivados es salir de mi zona de confort unos cuantos kilómetros, pero llevo mucho tiempo sintiendo la necesidad de rendirle un pequeño homenaje a esta maravilla llamada “Lágrimas Negras”.

No seáis muy duros conmigo por si meto alguna gamba de concepto, pero me he propuesto hablar de todos los discos que me han removido por dentro… no se me ocurre un mejor homenaje para esas obras. Llamar  a esta obra solamente “un disco” es decir muy poco de ella, es mucho más. Es un milagroso cruce de caminos que emociona hasta decir basta. No importa el género musical que te guste, si te gusta la música es muy difícil que este gigante en forma de canciones no te conmueva por dentro. Una obra que desde su sencillez, ahí radica su grandeza, es capaz de dar una de las mayores clases magistrales que se recuerdan de nuestra música contemporánea.

Vayamos unos años atrás y pongámonos al lado del director de cine Fernando Trueba, para contemplar como construyó esta obra que supura arte por los cuatro costados. Trueba venía de crear un monumental documental llamado “Calle 54”. En él el cineasta madrileño ahondaba en las raíces del jazz latino. Por las imagénes de esta maravillosa historia pasarían artistas de la talla de Michel Camino, Tito Puente, Jerry González, y como no Bebo Váldes. Uno de los mejores músicos de la historia de Cuba fue el elegido por Trueba para proponerle un triple salto mortal… fusionar todo su acerbo cultural con el de nuestro país, en concreto el flamenco. Faltaba encontrar un digno representante que pudiera estar mínimamente a la altura del maestro cubano, el elegido, y con acierto, fue el madrileño Diego El Cigala.

La idea era hacer una fusión de la fusión. Es decir, mezclar canciones y ritmos cubanos, boleros , etc… a su vez pasados por el tamíz del jazz latino con voces flamencas. Algo inédito hasta la fecha, y que requería unos acompañantes musicales también a la altura para que este maravilloso experimento pudiera llegar a buen puerto. El listado es de relumbrón. Además de la colaboración de Caetano Veloso en el tema “Eu Sei Que Vou Te Amar/Coraçao vagabundo”, nos encontramos la gran labor de Javier Colina en el contrabajo, Rickard Valdés e Israel Porrina “Piraña” al cajón, Paquito D’Rivera al saxofón alto, Tata Güines con las congas, Pancho Terry con el shekere, Changuito con los timbales, Federico Britos al violón, el “Niño Josele con la guitarra entre otros…

Todo esta obra no hubiera sido posible sin sus aportaciones, pero claro está que el grueso de este álbum lo llevaban Bebo Váldes y El Cigala. Un Bebo Váldes pionero y fundador del conocido como Jazz Latino, llevando ritmos ancestrales de Cuba a la música popular. Ganador de 7 grammys, por cierto uno por Lagrimas Negras. Un músico de otra dimensión que con su manera magistral de tocar el piano era capaz de convertir cualquier canción en bocado de dioses. Un genio que creo sinceramente que no tuvo el reconocimiento que tendría qu haber tenido. La elección de Diego El Cigala para dar el contrapunto al piano de Valdés creemos que fue acertadísima. Un cantaor de flamenco nada ortodoxo, que durante su carrera se ha dejado influenciar por los ritmos caribeños, de hecho vive en Santo Domingo, y adaptarlos a su cante. Un deje de voz sencillamente espectacular que acaricia de una manera increíble todo lo que toca, creando una atmosfera de otro mundo.

Entramos en el apartado musical de esta obra que trascendió fronteras, sentimientos y lazos culturales. Un álbum que debería ser considerado patrimonio de la humanidad al albergar en él la belleza de la música utilizada para unir pueblos, culturas y personas. No se puede pedir más. Aquí está Cuba, España, Latinoamérica… toda una conjunción de estrellas para crear un firmamento sin límites. Comenzamos por la maravillosa producción llevada a cabo por el compositor, productor y guitarrista español Javier Limón y por otro lado el cineasta, guionista y productor Fernando Trueba. Juntos supieron unir este maravilloso rompezacabezas y crear una obra maestra absoluta de fusión entre pueblos, una oda a la unión entre personas sin mirar su piel, origen o condición.

La conexión entre Bebo y El Cigala fue la base de todo. Sin ella esto no hubiera sido posible. Fue increíble el contemplar como dos artistas que en principio estaban cada uno en las antípodas en lo que respecta a los géneros musicales que cultivaban fueran capaces de converger en un punto concreto y crear este Leviatán de la música.

Todas las canciones están impregnadas de amor, desamor, pasión, despedidas, reencuentros… en definitiva una radiografía a la vida de cada uno de nosotros. La vida entendida como algo irrepetible y que solo se puede disfrutar y sufir una vez. Nos adentramos en el océano de pasión y belleza de “Lágrimas Negras” con un bolero de lo que hacen historia: “Inolvidable”. El piano de Valdés abre el tarro de las esencias y Diego le sigue a la voz mostrándonos el camino que estamos a punto de emprender. La magia se ha destapado, de la chistera el mago está sacando una a una las canciones tan maravillosas que edulcoran de manera milagrosa este álbum. Valdés al piano es sinceramente de otro mundo. Canción escrita en 1944 por el pianista cubano Julio Gutierrez es considerado uno de los boleros más significativos del movimiento musical cubano dirigido por una pleya maravillosa de pianistas. La búsqueda de la pasión constante, el sentirse vivo amando a muchas personas, el camino de nuestras vidas en el amor… eso y mucho más es “Inolvidable”.

Llegamos a “Veinte Años”. Bebo sigue recordándonos desde su piano que él dirije este viaje hacia lo adentros de la cultura cubano-hispana y nos dejamos seducir una vez más por su tintineo infinito. Seguimos en Cuba y le debemos esta canción a la cantante, compositora y guitarrista cubana Maria Teresa Vera. Una historia musical llena de cumbres y una de ellas es este maravilloso “Veinte Años”. Otro bolero desgarrado, el desamor entre dos personas, la melancolía por la pérdida, el mirar atrás… el pasado sin más. La interpetación de Diego Cigala es commovedora. Sabe  llegar al concepto de la canción, la hace creíble, su sentimiento te desgarra por dentro. La parte central del tema acometida al piano por Valdés es sencillamente magistral, de otro planeta. ¿Cómo es posible tocar con esa fuerza y pasión? Solo al alcance de los genios más grandes de la música. “Con qué tristeza míramos un amor que se nos va…”.

Llegamos a uno de los puntos centrales del álbum. La canción que da nombre al trabajo… “Lágrimas Negras”. El bolero alcanza su excelencia con esta canción compuesta por Miguel Matamoros en 1929. En un viaje a Santo Domingo, Miguel Matamoros se hospedó en una hostal en donde oyó en la habitación contigua el lamento de una mujer. Pudo enterarse de que aquel dolor provenía del desamor de esta mujer al haber sido abandonada por su pareja. Ahí surgió “Lagrimas Negras”. Destaca sobremanera en esta versión del tema el saxofón alyo de Paquito D’ Rivera que se erige en pieza fundamental de la canción. Bebo sigue marcando el camino y El Cigala con su quejío rompe este poema de amor en mil pedazos. La parte final de la composición es sencillamente una locura de fusión entre el jazz latin, flamenco, y sonidos afrocaribeños. La música en su estado más puro, una oda a la vida y al desamor más degarrador.

Baja la intensidad “Nieblas de Riachuelo”. Canción creada por el argentino Enrique Domingo Cadícamo y música de Juan Carlos Cobián. Una especie de tango que evoca al pasado, a lo perdido, a lo que nunca volverá. Destaca por encima de todos la interpretación tan sentida de Diego El Cigala, haciendo la canción suya y aflamencando un tango inmortal. Sencillamente exquisito.

“Corazón Loco”. Otro maravilloso bolero compuesto por Richard Dannenberg y que fue popularizado en nuestro país en los años 40 por el gran Antonio Machín. De nuevo un tema que pasa por el tamíz de Bebo y El Cigala creando una versión llena de poesía y amor. La historia de un hombre que quiere a dos mujeres por igual. ¿Se puede querer por igual a dos personas? El amor es infinito, solo tú tienes la respuesta. Llegamos otro de los puntos álgidos del álbum.

Mi favorita de esta obra: “Se Me Olvidó Que Te Olvidé”. Canción compuesta por Dolores de la Colina Flores, más conocida por Lolita de la Colina. Esta letrista y compositora mexicana crea allá por los años 70 un tema en el que la memoria ocupa un lugar primordial en toda relación personal. Ella misma decía que la memoria es muy traicionera para el amor. De nuevo Bebo y El Cigala realizan una interpretación increíble de este tema. Destacamos la maestría al contrabajo de Javier Colina haciendo suya la canción en mitad de la misma. Se marca un solo que solo están al alcance de los elegidos. Qué maravilla tan grande. El ritmo que acomete Bebo con el piano es una obra maestra absoluta. Genio.

Volvemos a Argentina y los hermanos Expósito (Homero y Viriglio) nos regalan ese maravilloso tango llamado “Vete de Mí”. La intro de piano de Bebo Valdés nos evoca a tiempos pasados que ya nuncan volverán. Diego nos frasea esta canción de amargura, de soledad, desamor y nostalgia. Dolor encarnado en notas musicales que sirven para sanar las heridas de nuestro corazón. Dulce y a la vez muy amargo… como la vida misma.

Uno de los temas que aporta nuestro país a esta obra maestra es “La Bien Pagá”. Una canción compuesta por Juan Mostazo y con letra de Ramón Perelló. Fue estrenada en 1936 y la popularizó Miguel de Molina a partir de 1938. Una copla inmortal con forma musical de zambra con dos versiones líricas diferentes. Por un lado la protagonista es una mujer que da la respuesta a un hombre que le echa en cara haberla mantenido mientras era su pareja. Y la otra versión aparece como voz protagonista la de un hombre que critica a una mujer echándole en cara que siempre ha tenido que pagar por su amor. Una copla inmortal de nuestro cancionero folklorico que en la voz de Diego El Cigala se robustece aún más. Creo a mi gusto que es un tema que no encaja del todo bien en todo el repertorio del álbum, aún así es una maravilla.

Llegamos al final con “Eu Sei Que Vou Te Amar”, música de Antonio Carlos Jobim y letra de Vinicius de Moraes. Una preciosa bossa nova brasileña, cantada en portugués-español entre Diego el Cigala y Caetano Veloso que introduce el tema “Coracao Vagabundo”. El recitado de Veloso es todo melancolía, para luego volver El Cigala con “Eu Sei Que Vou Te Amar” de nuevo. Un delicioso mix de sonidos brasileños pasados por las manos geniales de Bebo Valdés.

Se acaba el sueño. Despertamos de una experiencia única. La música puede alcanzar cotas insospechadas de perfección artística y “Lagrimas Negras” fue una muestra de ello. Esta obra maestra se llevo varios Grammy Latino, Premios Ondas etc… Despachó casi 2 millones de copias, algo inédito para un álbum de este tipo de género. Pero lo que mejor consiguió es conquistar el corazón de miles de personas que adoran la música desde muchos puntos de vista diferentes y que aquí encontraron un punto de encuentro sin parangón. Gracias, Bebo. Gracias, Diego. Gracias, música.

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