Amon Amarth lanza su “Berserker” para explorar nuevos territorios

Decimoprimer trabajo de estudio de los deathstar suecos Amon Amarth. Publican “Berserker”, con impresionante portada (similar al mítico “Triumph of Steel”), con la difícil papeleta de llegar al nivel de “Twilight of the Thunder God” (2008), “Deciever of the Gods” (2013) o “Jomsviking” (2016).El quinteto sueco con formación más que estable, a excepción de su última incorporación Jocke Wallgrem a la batería, siempre ha hecho un metal para fliparse, heredando el gen Manowar, ese gen que hace en caso de AA, que te posea una furia vikinga imparable en clave death melódico.
“Berserker” lo componen 12 cortes con sonido, temática inconfundible AA y ligeras diferencias  con respecto a sus anteriores trabajos. Más cercano a “Surtur Rising” en global que a sus obras maestras antes mencionadas y alejado del sonido extremo que les vio nacer hace 20 años en el monte del destino.


Abre el disco la guitarra clásica de “Fafner’s Gold” y en pocos segundos te ves atrapado en la atmósfera AA a base de su archiconocida y potente base rítmica bañada de quintas y su trémolo colorista. Magistral juego de alturas que te engancha al disco desde el principio, con un segundo puente que recuerda a sus tiempos más extremos. Uno de los mejores temas del disco, homenaje al wagneriano Anillo del Nibelungo. 


El disco tiene otros temazos cargados de recursos que han hecho que AA sean lo que son como “The Berserker at Stamford Bridge”. De tempo bajo y base supersólida, multiregristro sobrenatural de Johan Hegg mostrando sus mejores rugidos y guitarras envolventes que te transportan directamente al fragor de la batalla. O “Ironside” dedicado a Bjorn, hijo de Ragnar.

Protagonizada de nuevo por una base que hace que te vibre todo el cuerpo y un trémolo a tope que hace del tema el más viking del disco (si eres seguidor de la serie Vikingos pues eso, te flipas). De los pocos temas donde se oyen coros (y un escaldo que lo borda), elemento que se echa muchísimo de menos en este disco y que tantos temazos de la banda ha redondeado en discos anteriores.


Buenos temas como el death n roll “Crack the Sky”, nueva oda a Thor, al que no creo que le deba nada la banda después del himno “Twilight of the Thunder God” (cuando pensaba que nada superaría a “Thor” de Manowar). O la peliculera “Valkyria”, con una de las mejores melodías del disco. O “Shield Wall”, con impresionante inicio de trémolo y timbales que se acaba desinflando un poco. 


Y es que el disco también tiene sus cosillas que no molan tanto. La más reseñable es ese sonido heavy/power de temas como “Mjolner, Hammer of Thor”, “When Once Again We Can Set Our Sails”, “Wings of Eagles” o “Skoll and Hati’ que suenan más a formato trío que a quinteto. Soy al primero que entristece decir esto, pero AA carece de potencia en estas piezas.

“Mjolner” de melodía pegadiza y calorra que me hace imaginar a los hachas de la banda balanceando los instrumentos sincronizadamente a lo Typton-Downing. O “Once Again…” donde la melodía me recuerda a un tema ochentero (depeche?) cuando en las grabaciones del heavy no había medios para conseguir sonido poderoso (esos timbales podrían haber sonado bestiales). O “Wings of Eagles” donde la épica que les ha funcionado otras veces tirando de riff finés se diluye al bajar demasiado las revoluciones.

Otro ejemplo menos descarado es el adelantado “Raven’s Flight”, una de las incursiones vikingas a tierras inglesas (Maiden) como ya hicieron con “As Loke Falls” o “At Dawn’s First Light” en el pasado. 


Cierra la larga y melancólica “Into the Dark” con toques gothic/doom que recuerda a “Doom Over Dead Man” de “Surtur Rising”. Piano y violín abren este temazo dedicado al infeliz Loke, con detallazos técnicos y una empastación poderosa de la banda.


Hay que celebrar nuevo disco de una de las bandas top del metal, que irrumpieron como buenos vikingos a la fuerza en la escena, donde se han ido sociabilizando y adoptando algunos sonidos menos bárbaros y más domésticos.

Este “Berserker” no ha tomado demasiada cerveza con beleño y se queda un poco flojo dentro de su grandiosa discografía, pero no impide fliparse, principal don con el que cuenta esta banda donde la ejecución y cánones del estilo pasan a un segundo plano.


Ojo con mezclar “Berserker” con la serie Vikingos y el videojuego For Honor. El nivel de flipadismo puede ser temerario.


Sello: Metal Blade Records

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