Baläte: “Queremos que nuestra música llene de alegría los pabellones auditivos de las mentes más escacharradas”
Entrevistamos a los almerienses Baläte :
Queremos saber de vosotros, habladnos de los comienzos de la banda…
Allá por 2013, Paco y Antonio en arduas tardes de estudio y de conversaciones musicales, decidieron empezar a ensayar junto con Javier García y Adrián al bajo y batería respectivamente. Tras un par de años ensayando, cambiamos de batería (desde entonces toca con nosotros Juanjo Ufarte, también batería de The Dry Mouths, Rosy Finch y Grajo). En este devenir de la vida, Javier abandonó también la banda, y desde hace dos años tenemos la formación actual con Alba al bajo y la voz.
Hemos mascado las canciones hasta que el bolo alimenticio de distorsión y ritmos sabrosos estaba lo suficientemente listo para ser digerido por una mesa de grabación.
¿Cómo estáis viviendo la pandemia?
Pisando la calle lo menos posible y aburridos como las piedras de un balate. A pique de la psicosis por claustrofobia. Muy rico todo.
¿Qué queréis conseguir en el mundo de la música?
Somos conscientes de que nos vamos a gastar mucho dinero, más del que nos hemos gastado ya. NUNCA lo vamos a recuperar. Aun así queremos que nuestra música llene de alegría los pabellones auditivos de las mentes más escacharradas.
¿Qué es para vosotros el rock, metal, en definitiva los sonidos distorsionados?
La música, en general, es algo que forma parte de nuestras vidas desde hace mucho tiempo. Encima decidimos montar una banda, lo que es a todas luces un dislate. Pero, qué le hacemos, la distorsión nos ordena los átomos corporales de manera que no nos gane la batalla la enfermedad mental. Y la vejez física.
¿Cómo es la manera de componer en vuestra formación?
Normalmente, la exaltación terruñera mezclada con el terror de serie B y los mapaches se apoderan de la mente de alguno de nosotrxs y nos inoculan los riffs que llevamos al local, donde ya en común le damos sentido a todo ese vórtice mierda. A base de tocar y tocar lo que vamos sacando, hasta que nos sangran los deditos y los oídos, las canciones van tomando su forma definitiva. Algo así como un monstruo de Frankenstein.
¿Qué queréis expresar con vuestra música?
Que algo malo va a pasar y que no puedes hacer nada por evitarlo. Como si se te abalanzara una morsa furiosa, lenta pero inexorable; como el advenimiento inevitable de la peor resaca de tu vida en plena ola de calor; o como la ansiedad que acompaña a la parálisis del sueño. En definitiva, esparcir la idea de “todo mal” por el mundo.
Decidnos una banda que os sirva de referencia en vuestras creaciones
Imposible mencionar solo una banda, sobre todo cuando en Baläte se escucha casi de todo. Si nos ceñimos exclusivamente a los géneros en los que se puede ubicar nuestro sonido, podemos mentar a Black Sabbath, Sleep, Kyuss, Electric Wizard, Weedeater, Acid King, y bastantes más. Pero cuando componemos, tratamos de enfocarnos en hacer una canción que tenga personalidad propia, y en este enfoque puede entrar cualquier cosa, aunque no sea de manera consciente, que nos guste a cada uno de nosotros y que aparentemente no tenga nada que ver con lo que tocamos: Guadalupe Plata, Screamin’ Jay Hawkins, Black Flag, Pink Floyd, ABBA, Mac DeMarco, Sonic Youth, Joy Division, y un eternísimo etcétera.
Habladnos de vuestro actual material publicado ¿satisfechos con el resultado?
Sí, mucho. Pike Cavalero, el productor, ha hecho un gran trabajo grabándonos en directo y mezclando esa tormenta de acoples y fuzz. Hemos conseguido que “El Quemadero” suene denso, crudo y primitivo, como un balate mohoso y ruinoso del desierto.
Tres discos sin los que no podríais imaginar la vida…
¡Uf! Esta es una pregunta imposible. Hay tantos y tanbuenos discos de muchísimos estilos y géneros sin los que no podríamos vivir cualquiera de nosotros, que sería imposible elegir solo tres.
¿Qué opináis de las bandas tributo?
Si te refieres a la eclosión de bandas tributo que ha habido en los últimos años, que copan casi toda la programación en muchos locales, salas, programaciones de ayuntamientos, etc. desde luego es un tema espinoso. No creemos que el problema esté en las bandas tributo per se, que es una cosa natural, pues a la gente le gusta; además de que es en la forma de vida de muchos músicos, tan digna como cualquier otra. El problema estriba más bien en que solo se programen ese tipo de bandas y no se de espacio para todo tipo de propuestas musicales, sean cuales sean.
Un deseo…
Que se acabe ya el apocalipsis pandémico y podamos tocar ante una muchedumbre sudorosa y arrejuntada de seres humanos hambrientos de ruido.
Para los seguidores de Mautorland, ¿por qué deberían escuchar vuestra música?
Para sentir en sus caras y cerebros el viento ardiendo y arenoso del desierto almeriense, denso y pesado, sin salir de casita, que es lo que nos toca por ahora. Además, hemos hecho las canciones con mucho cariño y amistad para todos.