Hora Zulu: “El sector de la música ha sido especialista en luchar para adaptarse, pero casi siempre y mayoritariamente a costa de malvivir”

Entrevistamos a Hora Zulu con motivo del lanzamiento de su nuevo trabajo: “Limpiar, Fijar y Dar Esplendor”.

Antes de nada ¿cómo estáis viviendo la pandemia? 

Recogidos, como dirían los viejos. En los últimos meses hemos tenido algún que otro bajón anímico, nadie se esperaba que esta situación se fuera a prolongar de esta manera. A veces cautos, a veces aburridos. A veces estupefactos. Pero mientras la salud acompañe, seguiremos trabajando. Cuando nos dejen, claro.

¿Cómo veis el trato que se le ha dispensado a la cultura por parte del Gobierno, en la gestión de la pandemia?

Partiendo de la base de que no soy un experto en pandemias, supongo que no es nada fácil gestionar a gusto de todos una situación como la que estamos viviendo. No obstante, no hay mas que echar un vistazo al tejido empresarial de la música para darse cuenta de que las cosas no se han hecho nada bien. Promotores, salas, técnicos, artistas… Un sector en el que ya de por sí abundaba la precariedad y que la pandemia ha acabado de destrozar. Sabemos que ha habido ayudas, pero que han llegado tarde y han sido muy escasas. Muchas voces las comparan con medidas que se han tomado en otros países, pero hay que tener muy presente que en esos países el concepto y el respeto que se tiene por la música están a años luz del nuestro. Que aquí tengamos los teatros abiertos y las salas de conciertos cerradas es una buena muestra de ello. 

¿Cómo veis el futuro de la música de nuestro país tras todo esto? ¿Nos podremos recuperar?

Como decía en la pregunta anterior, no es que antes de la pandemia estuviéramos nadando en la abundancia. Ya estaba todo desbaratado antes de que llegara todo esto. Y oye, que después de cada crisis, ha tocado reinvención. Puede que la música sea el sector en el que más veces se haya escuchado aquello de “hay que reinventarse”, hasta unos niveles cansinos, insoportables e insultantes. Dan muchas ganas de decir: “Reinvéntate tú”. El sector de la música ha sido especialista en luchar para adaptarse, pero casi siempre y mayoritariamente a costa de malvivir. Nadie debería malvivir de su trabajo. Ojalá todo esto sirva para implantar nuevas ideas y abandonar las viejas prácticas que tanta brecha han abierto entre la música y la cultura, cuando una debería ser inherente a la otra. La vieja escuela musical también ha sido muy responsable de que se confunda cultura con verbena. Esta debería ser la verdadera reinvención, no la de que la música sea cada vez más barata, más impersonal y más precaria. 

Más de 20 años en los escenarios ¿qué os hace seguir adelante? 

Devolver un ICO y rentabilizar una inversión. Risas. No, en serio. Tenemos una empresa, un oficio, y muchas canciones en la cabeza. Llevamos 20 años juntos, somos como una familia, nos respetamos y queremos, lo pasamos genial… ¿Por qué no?

¿Cuáles han sido los mejores y los peores momentos de vuestra carrera?

Supongo que en lo personal, cada uno tendrá sus mejores y peores momentos. Como banda creo que tuvimos malos momentos de hastío y desorientación. A veces es importante parar un momento a respirar y a mirar hacia los lados. Pero ha habido innumerables buenos momentos que ganan por goleada, por supuesto.

¿Qué cambiaríais del pasado?

Firmaría menos contratos.

Limpiar, Fijar y Dar Esplendor” es vuestro nuevo trabajo. En él revisitáis temas de vuestros dos primeros trabajos, ¿qué os ha parecido ver estas canciones nuevamente revisionadas? ¿Esperabais este resultado? 

Creemos haber cumplido nuestro objetivo. Reeditar los dos primeros discos se tornó irrealizable, así que optamos por esta (complicada) vía que, aunque condicionada por los retos que conlleva retocar canciones propias, ha traído resultados muy satisfactorios para nosotros. Satisfactorios en lo auditivo, en lo sentimental y en lo personal. 

¿Fue difícil elegir los temas que formarían parte del álbum? 

No demasiado. En los 5 años que transcurrieron entre las salidas y presentaciones de nuestros dos primeros álbumes, hicimos como 180 conciertos. Ensayamos y tocamos esos temas hasta casi aborrecerlos, pero 13 de ellos han sido elementos casi inamovibles de los repertorios de la banda hasta hoy. 

¿Qué ha sido lo más complicado de hacer en este trabajo? 

Todo en general. Retocar canciones que has escuchado e interpretado miles de veces no es tarea sencilla, puede traer muchas suspicacias. Hemos intentado plasmar en el estudio lo que venimos escuchando en el escenario. Un trabajo sin edición, con grabaciones en una sola toma y con mucha tranquilidad. Tendría faena que después de 20 años tuviéramos que decir “¿qué parte venía ahora?”.

¿Tenéis ya material para un nuevo disco?

Mucho. Los retrasos que sufrió este disco fueron un mal menor, nos permitieron editar un nuevo single en Diciembre pasado, “El más solo del cementerio”. En los pocos momentos en los que no ha habido restricciones de movilidad, Paco ha podido trabajar muchas horas en el estudio de Ernesto y el resultado ha sido maravilloso. Muchas canciones y muchas ideas. Es más que probable que en este 2021 publiquemos mucho material nuevo.

¿Cómo será Hora Zulu dentro de unos años? 

Ojalá más viejos y más sabios.

Un deseo… 

Gente vacunada y salas de conciertos abiertas.

Para los seguidores de Mautorland, ¿por qué deberían escuchar vuestro nuevo disco?

El “revival” siempre es interesante, aunque sólo sea por rajar. Quien aprecie esas viejas canciones seguro que se llevará una grata sorpresa. ¿A quién no le va a gustar un vinilo de reediciones del siglo primero?.

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