Lilith Verstrynge: “La política o la haces tú o te la hacen, eso es algo que las clases dominantes siempre han tenido muy claro”
Entrevistamos a Lilith Verstrynge, candidata por Unidas Podemos a la Asamblea de Madrid, y Responsable de Transición Ecológica en Podemos.
Si tuvieras que definirte, ¿cómo lo harías?
Soy discreta. Optimista, directa, rigurosa y muy exigente conmigo misma (respuesta estándar para cualquier entrevista de trabajo). Ahora saliendo un poco del corsé: soy franco española (no sólo como algo que lleve en mis DNIs, creo que es algo me define bien y explica muchas cosas), muy lectora, tímida y por tanto observadora.
¿Cómo estás viviendo la pandemia?
Por un lado harta de esta situación, como todos, en la que no se puede vivir con normalidad, no se puede viajar, no se puede abrazar a la gente que quieres… Pero por otro lado tampoco he tenido mucho tiempo para pensar en ello a nivel personal. En este año he cambiado de trabajo y de país. Ha sido un año de tal intensidad a todos los niveles que no me ha dado tiempo para sentarme a analizar nada. El virus se ha apropiado de muchas cosas pero sobre todo ha monopolizado todo el trabajo que hemos intentado hacer desde el gobierno antes y ahora en esta campaña de la Comunidad de Madrid.
¿Cómo es un día cualquiera en la vida de Lilith Verstrynge?
Ahora mismo, y desde hace más de un año ya, prácticamente se reduce a trabajar y dormir. Cuando llego a casa alguna peli mientras cenamos, charlar un rato de cómo ha ido el día, pasear al perro y poco más. Como te decía antes esta situación de pandemia se ha merendado prácticamente todas las actividades de ‘esparcimiento’ que antes sí hacíamos. Espero que pronto vuelva todo a la normalidad y podamos retomar viejos hábitos como viajar e ir a conciertos (esto es quizá lo que más echo en falta), ir al cine, a cenar a cualquier sitio… mientras el ritmo de trabajo lo marque el virus poco más se puede hacer que apretar los dientes y seguir adelante.
¿Por qué decidiste meterte en política?
Con el apellido que tengo te puedes imaginar que la política estaba muy presente en casa. Mi madre también empezó en AP, allí conoció a mi padre. Hoy es activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Mi padre es todo política: su pasado, su presente, sus lecturas, sus clases en la universidad, su día a día.
Yo estaba en todas esas cosas. En las manis, en la universidad viendo las clases de la UCM desde muy pequeña, en las cenas o reuniones en casa.
En el típico momento de rechazo adolescente decidí que no quería hacer política así. Activismo, militancia, lecturas, si. Pero estudiar Ciencias políticas, trabajar en ello, no. Por eso empecé estudiando Historia y Estudios Europeos. Quería ser profe. Cuando empecé a vivir fuera, cuando salí de casa, me di cuenta de que estaba negando la evidencia. Mi madre dice que tengo el bicho. Me indigno, celebro y lloro con la política porque me encanta mi país, de una forma sana y con un patriotismo que está muy alejado de ese patriotismo-arma arrojadiza que promueven los de siempre. Por eso le dedico tantas horas, por eso soy incapaz de despegarme.
¿Qué crees que es lo que debe aportar un político/a a la sociedad?
Honestidad, valentía, voluntad de servicio público e ideas. Cuantas más ideas, mejor.
Intenta convencer en pocas palabras a la ciudadanía de que la política merece la pena…
La política es sobre todo la identidad de un país, su historia, su memoria. Nos ata a nuestro pasado y a una continuidad. Además, es lo que le arranca a las élites sus privilegios sociales adquiridos. Es el arma de la gente. El enfrentamiento de ideas, las visiones del mundo que se oponen. Es nuestra manera de trasmitir, de hacer sociedad, de organizarnos, de debatir. Sobre esa base, la gente, construye sus ideas y elige. La política o la haces tú o te la hacen, eso es algo que las clases dominantes siempre han tenido muy claro.
Estamos en plena campaña para las elecciones del próximo 4M en Madrid, ¿cómo las estás viviendo?
Es mi primera campaña electoral como candidata y en España. Había participado en campañas francesas o en campañas de Podemos al Parlamento Europeo pero siempre como militante. Está siendo muy emocionante. El momento, la decisión de Pablo Iglesias de presentarse en Madrid, los tiempos y los debates. Es un intensivo, estoy aprendiendo mucho.
A nivel político es un momento crucial. Soy madrileña y he crecido con esa idea de que Madrid era irreformable. ¿Para qué intentarlo si Madrid es de derechas y siempre lo será? Por primera vez en mucho tiempo Madrid podría dejar de ser el feudo de las ideas más reaccionarias de nuestro país. Madrid podría ser otra cosa. Unidas Podemos no plantea cambios comedidos, plantea un proyecto totalmente nuevo para nuestra Comunidad, para que Madrid sea lo que de verdad es y no lo que unos cuantos se empeñan en hacernos creer que es. Pensar ese proyecto, trabajar en él y poder contribuir con mi trabajo en estas elecciones es algo que me parece muy emocionante.
¿Cómo definirías la gestión de Ayuso en este tiempo?
¿Gestión? No se si lo de la señora Ayuso se puede considerar gestión. Gestionar una comunidad es trabajar por el bien de todos sus ciudadanos, y la señora Ayuso gestiona solo para los suyos, una minoría egoísta formada por las clases más altas de la Comunidad, que viven en un Madrid totalmente aislado del resto, con sus colegios y su sanidad privada, sus empresas, sus medios de comunicación, sus barrios, sus impuestos… Más que gestión lo del Partido Popular en Madrid es autogestión.
A mí desde que llegué a Madrid me reprochan mucho eso de “tu eres una privilegiada, no puedes ser de izquierdas ni hablar de la gente trabajadora”. Cuánto ha calado ese mensaje, cuando lo realmente triste, lo que es lamentable es que quien ha tenido la suerte (porque es una simple cuestión de suerte) de nacer en una familia que ha podido facilitarle el crecimiento y la vida, no quiera exactamente lo mismo para el resto de los ciudadanos de su país o de su comunidad. Para mí, patriotismo es justo eso: trabajar para que a todos nos vaya bien. Solo así una comunidad, un pueblo, una ciudad o un país pueden crecer.
¿Qué es lo que Unidas Podemos ofrece a los madrileños/as como alternativa al Gobierno de Ayuso?
Lo primero de todo es que decimos la verdad, como llevamos demostrando unos cuantos años ya. Y la verdad en una comunidad como esta, que ha estado a merced de mafiosos y corruptos, es un valor importantísimo. Lo hemos hecho en el gobierno de España y lo tenemos que hacer en la comunidad de Madrid: señalar los problemas, evidenciarlos y resolverlos con políticas efectivas. Madrid ha sido tan maltratada que « solo » necesita que se gobierne para la mayoría, esto es: recuperar los maltrechos servicios públicos, soberanía, nuevo modelo productivo y refuerzo del sector industrial. Políticas distintas que recogen el consenso de esta época: vivimos en sociedad y lo público y el interés general son el epicentro de los proyectos de futuro.
¿Ves opciones a la izquierda de poder desbancar a Ayuso del poder?
Sí. Y cada día de campaña más.
¿Qué opinas del PSM y de Más Madrid?
Que gobernaremos juntos, tres estilos diferentes, un objetivo común.
Hablemos de cultura, ¿qué libro te enseñó a amar a la literatura?
Lo que me enseñó a amar la literatura fue entender que no hay que leer lo mismo que los demás. Leer diferente, incluso aquellos libros que no se espera o que se considera que no deberías leer.
En casa había una costumbre, cada dos por tres me dejaban libros en la puerta de mi habitación para que los fuera leyendo a mi ritmo. Recomendaciones, que no imposiciones. Normalmente eran libros que, para mi edad, eran tochos imposibles, pero gracias a eso aprendí a leerlos como un reto. El que más me marcó fue el “Coronel Chabert”, que fue el primer libro que mis padres acompañaron de un diccionario, porque leer a Balzac con 12 años era como leer en chino. No entendí casi nada, pero lo considero la causa principal de que ahora tenga la casa llena de libros. Ya en la adolescencia, que es cuando buscas esas historias que te ayudan a definirte, podría decir que el más importante de todos, el que me voló la cabeza fue “Viaje al fin de la noche”, de Céline.
¿Qué libro estás leyendo ahora? ¿Nos los recomiendas?
Aunque cada vez es más complicado mantener un ritmo de lectura como el que me gustaría, procuro tener siempre dos a la vez, uno más de ensayo y algo de ficción. Ahora mismo estoy terminando El eclipse de la fraternidad de Antoni Domenech, que por supuesto lo recomiendo. La libertad no se entiende sin la igualdad y la fraternidad (que hemos despachado de nuestro vocabulario). Es un buen momento para leer a Domenech.
Estoy a la vez con “Madrid rediviva” de Eugenio Castro. Qué mejor momento para leerlo que durante la campaña. Es una carta de amor a Madrid y a lo mucho que la han maltratado.
¿Cuál es tu primer recuerdo asociado a la música?
En este punto tengo que repartir méritos entre mis padres. Mi madre era fan de Pavarotti y además me arrastró hace años a un concierto de Miguel Bosé contra mi voluntad ☺. Mi padre por su parte, todas las noches después de cenar ejercitaba su nostalgia francesa a base de Michel Sardou, Brel etc.
Un concierto inolvidable…
No me puedo quedar con uno. Hay dos que fueron inolvidables por el entorno y porque son dos cantantes a los que admiro profundamente: Franco Battiato en la plaza del pueblo de Massa, en Italia, una noche de verano. El de Adamo en L’Olympia, en París, que fue de los momentos más emocionantes de mi vida. Era el cantante preferido de mi abuela y pude verle en directo y en el mejor sitio para ver a alguien así. Creo que éramos los únicos jóvenes en todo el teatro. Y luego está el primero, que requirió, digamos, de mucha ‘ingeniería adolescente’ para poder ir: The Sonics en Madrid.
Ahora estoy deseando que acabe esto para ver a C. Tangana y a Bad Gyal en directo, también 😉
¿Cuál fue el último disco que te compraste?
Los últimos discos son el “Sainte-Victoire” de Clara Luciani, una cantante francesa, el de Ginebras, probablemente uno de los discos más divertidos que tengo y el último de Soleá Morente, “Lo que te falta”, que es una maravilla.
¿Crees que hay suficiente apoyo en nuestro país desde las instituciones a la cultura?
No. Por culpa del franquismo, en este país, incluso para la gente más “progre” el consumo de cultura española por parte de los españoles ha generado una especie de complejo que, aunque ahora parece que empieza a olvidarse, ha lastrado a la cultura de nuestro país. Parece muchas veces que en el resto de Europa se reivindican más nuestros productos culturales que aquí.
Nuestra producción cultural es nuestro patrimonio nacional y nuestra carta de presentación al extranjero. Lo triste es que todavía haya políticos que sigan sin entenderlo.
Háblanos de esa película sin la que no podrías vivir…
Aunque pueda sonar pedante, hay una peli francesa, que marca el inicio de la Nouvelle Vague, que es un ladrillo de 4 horas de reflexión sobre el amor y la amistad, “La Mamá y la Puta”, de Jean Esutache, es una de mis películas favoritas. En plan más de disfrute me lo pasó muy bien cada vez que veo “Entre Tinieblas”, de Almodovar, por ejemplo, una peli de ese Madrid al que llegué tarde por edad pero que no me hubiera importado conocer y vivir.
Un deseo…
República. Una República con memoria y mucho reconocimiento, claro, pero con símbolos nuevos, que emocione a gente sobre todo más jóven. Que sirva de paraguas para asentar los pilares de nuestra democracia. España es profundamente republicana, solo tenemos que no olvidarlo. Yo creo que la República será lo que reconstruya una identidad española patriótica y moderna que se libere de sus fuertes vínculos con el dolor y a la servidumbre.