Mauro Entrialgo: «En mí siempre surge primero aquello que quiero contar»
Entrevistamos al ilustrador e historietista Mauro Entrialgo con motivo de su última obra llamada «Malismo».
Toda una vida dedicada al arte, ilustrador, músico e historietista, ¿qué es lo que hizo que te dedicaras a esto?
Cuando todavía no sabía leer ya pedía a los adultos que me dijeran qué ponía en los bocadillos de las historietas que caían en mis manos. Y eso que aprendí a leer con tres años. Así que toda mi vida quise ser historietista. Después, en cuanto lo fui ya de forma profesional a los 17 años, este interés por contar cosas se extendió a otras formas de hacerlo, además de con viñetas.¿Qué es para ti el cómic como arte?
No me interesa mucho el debate de qué es o no arte. Como medio de expresión, el cómic es un sistema estupendo de contar cosas mediante dibujos y palabras en el que, pese a ser un medio visual y narrativo como el cine, su ritmo de lectura depende del consumidor. Los planos avanzan según lo decida el lector. Lo cual, entre otras cosas, lo hace un método especialmente eficiente para comunicar información compleja de una forma sencilla.
Siempre has tenido una mirada crítica y social ante el mundo, ¿cómo ves la sociedad ahora mismo?
En casi todo lo que hago, en el fondo, expongo cómo veo la sociedad. Cualquiera que lea el humor gráfico que publico en “El Salto” o alguno de mis últimos libros (“Malismo” y “Ángel Sefija en todoterreno”) puede hacerse una idea muy clara de mi percepción del momento.¿Qué buscas al crear una obra?
Normalmente cuento cosas para ganarme la vida, por placer y por terapia. Cualquier obra mía ha sido producida por al menos una de esas razones. En ocasiones, hasta las tres al mismo tiempo.

Vayamos al libro que tienes ahora en cartel, «Malismo», ¿por qué te decidiste a crear una obra así?
En mí siempre surge primero aquello que quiero contar. Luego, dependiendo de las características de esto, decido hacerlo mediante un medio u otro. A veces con una canción, otras con una historieta, otras con una obra de teatro… Esta vez decidí que lo más conveniente era un ensayo sin dibujos.No me identifico nada con la figura de la persona que se siente muy escritor —o director de cine o dramaturgo—, pero anda buscando una historia que contar porque no sabe muy bien qué es lo que quiere contar. En mi caso no funciona así.
¿Hay tanta maldad en este mundo?
Maldad ha habido siempre, pero lo sorprendente y antiintuitivo es que ahora haya tantas personas que crean conveniente para conseguir beneficios de algún tipo —económicos, sociales, publicitarios, políticos…— no ya no ocultar sus acciones malvadas sino presumir de ellas. A esta estrategia de comunicación es a la que he denominado “malismo” y es lo que quería contar con este ensayito.¿Qué podemos hacer para no dejarnos llevar por la atracción de lo «malo», es decir, una especie de nuevo punk pero a la inversa?
Dice el DRAE que el desacato es la falta del debido respeto a los superiores. Un chaval de barrio que para denunciar una norma estúpida la incumple o la desafía abiertamente es un punk. Un empresario que incumple leyes para joder a sus trabajadores no falta el respeto a sus superiores, no es un punk. Aunque los medios nos lo quieran vender como un disidente o un punk o un antisistema o alguien que dice lo que piensa, en realidad es solo un opresor. Para no dejarnos llevar por esta exaltación del sinvergüenza, podemos dejar de aplaudir a los malistas. Porque, sin una base considerable de población que aplaude estas ostentaciones del mal, los que nos quieren vender cosas e ideas para su propio beneficio dejarían de utilizar esa estrategia.
Los políticos tienen mucha culpa del ambiente en el que ahora estamos metidos, pero no son los únicos culpables, ¿qué responsabilidad tenemos como sociedad?
Los políticos, los publicistas, los pseudoperiodistas de medios digitales de bulos, los jueces maleducados de programas televisivos, los columnistas de extremo centro, los influencers malotes o los soldados de las IDF que comparten sus propios crímenes de guerra, solo han identificado que esa estrategia de comunicación funciona, les produce un beneficio, y por eso la usan con distinta intensidad. La verdadera culpa de la extensión de este fenómeno es de quienes se dejan engañar y aplauden sus malismos.
¿Qué opinas de los que justifican toda la mierda de la sociedad diciendo que estamos «polarizados»?
La mayoría de las veces que se utiliza ese término se hace para evitar posicionarse. Por ejemplo, yo estoy contra el asesinato de niños. Cualquier justificación de cualquier asesinato de niños me parece de muy mala gente y de cómplices de los asesinos materiales. Si alguien me dice que eso es estar “polarizado”, solo pretende, por intereses o por miedo, no tener que posicionarse claramente contra el asesinato de niños, no hay más.
Volviendo al mundo de la historieta, ¿cuáles son tus referentes y por qué?
Tengo muchísimos. Y muchos de ellos no proceden de la historieta sino de otros medios. Es el truco para conseguir tener un estilo propio: asimilar y procesar todo lo que a uno le ha gustado sin intentar copiar algo en particular.
Dinos una novela gráfica esencial en tu vida.
Cuando se empezó a usar el término “novela gráfica” yo ya no tenía edad de percibir alguna obra como esencial en mi vida. Pero te diré algunas series de historietas que me marcaron mucho: la pequeña Lulú, el Flash Gordon de Dan Barry, el Popeye de Segar (y el de Sagendorf, incluso más), Tintín, todo lo de Reiser… Y mil más.
Mautorland es una web dedicada a la cultura pero en especial a la música.. ¿qué es para ti la música?
Sonidos ordenados. Con esa definición encaja todo lo que considero música.
¿Cómo ves el panorama musical actual?
En cuanto a su estructura económica mainstream actual, en general, un horror. Su manifestación máxima en directo son los macrofestivales —en manos, casi todos ellos, de fondos de inversión— y la música en ellos es un elemento muy secundario como prueba que sus entradas se vendan incluso antes de saber los grupos que van a tocar. Por otra parte, los grandes conciertos son un negocio abusivo en el que el aficionado no pinta nada.Ticketmaster is killing music.Creativamente, por supuesto, siempre hay vida en el underground. Y la globalización ha traído prácticas odiosas en lo comercial, pero también acceso relativamente sencillo a universos creativos locales o minoritarios fascinantes.
Dinos un álbum que salvarías de un incendio en tu casa y por qué…
El LP de Micky y los Tonys de igual título. Porque está firmado por Micky y eso no se puede volver a comprar.
Para los seguidores de Mautorland, ¿por qué deberían leer «Malismo»?
Para entender mejor la que se nos está viniendo encima, mientras se divierten y se deprimen al mismo tiempo.