La incontestable ópera prima de Skid Row

 

La década de los 80 fue sin duda una gran época para el hard rock. Surgieron bandas como setas, cultivando el sonido angelino, de Sunset Trip, y gracias sobre todo a la MTV, se convirtieron en estrellas de la noche a la mañana.

Claro de ejemplo de lo comentado anteriormente fueron los Skid Row. Su álbum homónimo les condujo a una velocidad vertiginosa a lo más alto del star system rockero norteamericano durante un tiempo. Su estilo bebiendo del glam rock, aparecía más rockero, más metalizado dándole enseguida un aire propio del que adolecían otras muchas bandas.
La banda de New Jersey se nos presentó con una formación imbatible en esa época. Por un lado el tándem compositivo formado por Dave “Snake” Sabo a la guitarra, y Rachel Bolan al bajo. Ellos solitos se encargaron de crear hits por un tubo, en un disco que ha pasado a la historia como de lo mejorcito que salió en esa época.

Un debut que tenía además a un mago de las cuerdas vocales, y con una presencia despampanante llamado Sebastian Bach, de la noche a la mañana pasó a formar parte de todas las carpetas de quinceañeras de todo el mundo. Una voz increíble, versátil a más no poder, que llegaba a registros casi inhumanos y que daba el toque maestro a una banda que estaba decidida a comerse el mundo.

Skid Row se formó en 1986, y su cantante por aquel entonces era Matt Fallon, por desavenencias con la banda, abandonó el puesto por el querubín Bach; un cambio que dotó a la formación de lo necesario para triunfar sin más.

El álbum lanzado en 1989 por el sello Atlantic Records, para llegar a este sello, Sabo pidió ayuda a su amigo Jon Bon Jovi, que le consiguió un contrato con la discográfica. Esta amistad se vio truncada por disputas legales entre Jovi y Sambora por una parte y Skid Row por otra, desavenencias que con el paso de los años se calmaron.

El productor Michael Waneger, creo un disco impactante a más no poder, lleno de hits. Temazos como “Big Gun”, ” Piece Of Me” o “18 & Life”, llevaron al grupo a lo más alto. Aunque el pelotazo total lo darían por un lado con la balada “I Remember You”, un tema radiado en medio mundo, que con el tiempo se ha convertido en una de las baladas más conocidas del rock norteamericano de todos los tiempos, y por otro con el himno “Youth Gone Wild”, himno rebelde para la juventud que llegó a la lista de Billboard como una exalación.

El propio Sebastian Bach recuerda en una entrevista que “I Remember You”, fue la canción más famosa entre los enamorados en el año 1990, nadie en U.S.A se quedó en el baile de graduación sin bailar con su pareja este hit.

Personalmente me quedo con el corte “Midnight/Tornado”, con una parte final sencillamente de órdago, y un Bach literalmente desatado.

Álbum para la historia. Una banda llamada a hacer cosas muy grandes, pero que por los egos se quedó en el camino; esa es otra historia que contaremos en su día.

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