“Evil Empire”, el imperio del mal de Rage Against The Machine

Tras uno de los mejores debuts de la historia del rock, Rage Against The Machine se encontraban con la difícil misión de intentar llegar a las cotas de excelencia de su ópera prima. No lo consiguieron, pero “Evil Empire”, no deja de ser un álbum mayúsculo hecho por una banda que tenía las cosas muy claras, y sabía cuál era su camino. 

Ser una formación que fusionaba rap y metal, y además profesar un activismo político en sus letras, no era fácil, ni lo sigue siendo. Rápidamente la rapiña mediática comienza su cruzada, para desacreditar al grupo, y a la mínima ocasión ridiculizarlo por entender que su música y actitud son mera pose; con RATM dieron con un hueso duro de roer. Siguieron fieles a sus principios, y nos ofrecieron un puñado de temas fantásticos, mejor producidos y cohesionados que los de su álbum debut, eso sí, sin el factor sorpresa que atesoraba el comienzo de su epopeya musical.

“Evil Empire”, es casi un hermano gemelo de su debut. Los patrones de sonido, letras reivindicativas siguen ahí, y su mirada agresiva hacia el sistema establecido, sigue siendo la bandera que enarbola la formación como “leivmotiv” de su existencia. La banda hace alusión con el título del álbum a como los EEUU llamaban a los países que componían el bloque comunista durante el periodo de la Guerra Fría. 

Con respecto al ámbito musical, en su conjunto me parece un álbum de lo más notable, directo y conseguido. Nos encontramos ante toda una muralla pétrea creada para seguir removiendo conciencias y gritar a los cuatro vientos el mundo de mierda en el que vivimos. Un álbum que contenga un tema como “Bulls On Parade” no puede ser malo. Un corte soberbio, donde Zack De La Rocha nos sigue taladrando el cerebro con su manera de frasear, cuasi como si fuera un diacono desde un púlpito, y un Tom Morello que hace con su guitarra lo que le da la gana. 

No solo brilla este temarral, canciones como “Year Of ThaBoomerang”, Down Rodeo” o la maravillosa “People Of The Sun” son himnos tan dignos, como cualquier de los temas que componían su álbum debut. Nada que envidiarles, garra, temple, fuerza y mucha mala lecha para dar en la boca a todo bicho fascista viviente. El último tema comentado se fija en la problemática de la migración con México y la postura condescendiente que siempre ha tenido EEUU con su vecino.

Nos quedamos con unos de los  cortes que cierra el disco, “Roll Right”, una extraña canción en la que Morello hace alarde de todas las locuras que se pueden realizar con seis cuerdas, y nos demuestra que es la verdadera alma del grupo. 

Un álbum que fue infravalorado en su tiempo. Injustamente comparado con su predecesor. Un trabajo fantástico en donde RATM demostró que no era flor de un día, y que casi sin querer habían creado una forma de hacer música y expresarla como tal. Una banda sin jefe ni patrón, que atiende solo a su instinto y a su manera de ver la vida. 

“Evil Empire” es la constatación de que ser crítico con lo que nos rodea no es fácil. Ir contracorriente es complicado, además de luchar contra lo externo, tienes que hacerlo con tus contradicciones, y eso en los tiempos que corren es una tarea casi titánica. RATM son de los pocos que pueden hacerlo.

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