Khayman nos ofrecen un regreso demoledor
Nada menos que 6 años hemos tenido que esperar para ver un nuevo hijo de Khayman. Tras dejar la banda Alfon, su vocalista, la banda quedó en standby a la espera de encontrar un nuevo voceras y dar un rumbo adecuado a la situación que les había sobrevenido. El encargado de retomar las riendas en la voz fue D. Vega guitarrista de la banda, dotando a la formación de un nuevo enfoque.
Este “The Gentle Art Of Self-Destruction” pone el contador a 0 en lo que se refiere a la complejidad en la composición de los temas, fuerza, brutalidad y estilo pareciendo que nos encontramos ante una nueva banda que nada tiene que ver con la que grabó sus anteriores obras.
Si bien sus orígenes en cuanto a estilo lo podríamos incardinar en un southern metal de escuela Pantera, Down etc… en la actualidad sus influencias son más variadas y eso se ha reflejado en los 9 cortes que componen el álbum.
La base de guitarras compuesta por Álex y Vega son el hilo conductor de la propuesta de Khayman, siendo guías perfectos de sonidos áridos y pantanosos; no dejan títere con cabeza.
Desde el comienzo con “Sunday Blues” ya te adentran en su universo oscuro y cortante, con ese sludge con ribetes doom, que impregnan todos los cortes del disco.
Alcanzan grandes cotas experimentales y de vanguardia en el tema que da título al álbum, donde la banda se muestra muy cómoda tanto en pasajes instrumentales, como en otros dominados por el vocalista.
Por último destacaré el corte final “Missippi Voodoo”, un tema extraño, raro, pero que sirve de epílogo final a un álbum que te deja satisfecho pero con ganas de más.
Buen regreso de Khayman; esperamos que no tengan que pasar otros 6 años para saber de ellos.
Sello: Nooirax Producciones