Historia bizarras: Lemmy y su afición por los huevos Kinder

La estrellas del rock son imprevisibles, sobre todo para los promotores que tienen que satisfacer sus caprichos en el camerino de turno. Algunos son muy humildes, otros muy altivos con gustos excéntricos, y otros pasan del tema sin más.

Lemmy no es que fuera especialmente raro en sus peticiones para el camerino; no era raro pero si pedía sus cosillas.

Motörhead tenía como peticiones básicas: cerveza, Jack Daniel’s, champán francés y tabaco rubio. Para la comida pura dieta mediterránea: chocolatinas, patatas fritas, quesos, huevos duros y frutas. Para después del concierto 8 pizzas familiares.

Lemmy era el líder y por tanto el que más caprichos tenía. Tenía siempre un coche de lujo aparcado en la puerta del hotel, una botella de oxígeno y una tragaperras. Lo más friki era la petición de 6 huevos Kinder.

El jefe de Motörhead era un aficionado a los juguetes que salen como regalo en estos huevos de chocolate. Tenían que ser 6 unidades compradas aleatoriamente para que las posibilidades de que salieran premios iguales se redujera a la mínima expresión.

Resulta chocante imaginarse al gran Lemmy Kilmister abriendo los huevos con la ilusión de un niño por ver lo que le ha tocado como premio. Verlo montando los cochecitos o aviones que salen estos postres también tendría que ser de traca.

Genio y figura Lemmy Kilmister; allá donde estés espero que haya una tienda con huevos de chocolate para que sigas endulzándote la existencia.

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