A pesar de todo… seguimos estando aquí (“But Here We Are” Foo Fgihters)
Una portada en blanco. Lo suficiente para decirnos que Foo Fighters están de luto, dolidos ante los golpes de la vida. Unos golpes que recibidos en compañia de otros son mucho más llevaderos. Foo Fighters no son un grupo convencional. Son más que eso, son una gran família. Y como una buena familia que se precie ponen en valor a cada uno de los miembros de la misma. Las pérdidas de su batería Taylor Hawkings y Virginia, la madre de Dave Grohl les han hecho hacer un alto en el camino, mirar al frente y darse cuenta de que pese a todo, siguen ahí. La mejor manera de desmostrarlo es mediante la publicación de “But Here We Are”, uno de los mejores discos de la formación norteamericana de los últimos años.
El álbum es un recordatorio pleno de las figuras pérdidas antes comentadas. Grohl se abre en canal para dejar fluir sus sentimientos y así dejar aflorar un puñado de temas que sirven de despedida oficial de dos personas muy importantes en su vida. Todo suena a despedida, pero una despedida jovial, risueña, llena de luz, como supuestamente hubieran querido ellos. Parecía que Grohl tardaría en recomponerse con este doble mazazo, y ha sido todo lo contrario, se ha refugiado en la música como bálsamo para sanar sus heridas.
Un disco es especial por muchas razones. En lo musical hay que destacar que Grohl grabó todas las pistas de batería en asuencia del fallecido Hawkins, la incorporación del nuevo baterista el gran Josh Freese fue posterior. Todo ello como prueba al homenaje que quería dispensar a su gran amigo. Grohl hace un ejercicio introspectivo total en torno a lo que significa la pérdida, el dolor, la resilencia final… todo un canto a la vida tras la tragedia que siempre significa la muerte. La obra combina de manera efectiva el sonido de la banda, lleno de riffs guitarreros con canciones rápidas y semi lentas marca de la casa. Grohl ha dado rienda a alguna experimentación, pero nada que haga pensar que su sonido vaya a quedar alterado por estos pequeños detalles.
Comenzar con un temazo como “Rescued” hace que el disco inicie su andadura con muy buen pie. Un corte que nos asoma al dolor que ha sentido por la desaparición de Hawkins y lo perturbador que ha sido todo. Hace hincapié en la necesidad de buscar ayuda en los demás cuando estamos atravesando un mal momento. Nunca debemos dejar de pensar que estamos solos ante las visicitudes de la vida. Un corte que por derecho propio pasará a ser un fijo en el repertorio de los Foo Fighters.
“Under You” sigue en la línea melancólica y los efectos devastadores que producen en uno mismo la marcha inesperada de un ser querido. Canción de nuevo a modo de recordatorio de los momentos vividos con su gran amigo. Una estrofa de la canción lo deja bien a las claras: “Pictures of us sharing song and cigarretes/This is how i’ll alwasy picture you”.
Llegamos al primer alto en el camino a modo de tema lento. Nos encontramos con la evocadora “Hearing Voices”, donde la guitarra acústica hace acto de presencia y se erige en el guía perfecto en esta canción. Preparen sus mecheros… llega uno de los momentos tristes del álbum.
El corte que da nombre al disco “But Here We Are” es una bomba guitarrera que lleva el sello de Foo Fighters y con un Grohl que sentimos que se gana el sueldo de artista. Su voz se revienta a los cuatro vientos haciendo muy creíble un tema de esta magnitud. Más de cuatro minutos de puro rock con mayúsculas.
Uno de los puntos álgidos del trabajo en sin lugar a dudas “The Glass”. Una de la mejores canciones que han hecho los Foo en los últimos años. Un corte super melódico y enternecedor. Un tema que nos muestra la dureza de cómo es la vida. Muchas veces no nos damos cuenta y vivimos sin pensar que la vida es un momento, que es fràgil como un simple cristal. Un medio tiempo fántastico. Una canción que te congracia de nuevo con la banda… necesitamos más canciones así, Dave!!!
Sonidos que se acercan a la era Nirvana nos lo plantean con “Nothing At All”. Un comienzo lento que desemboca en una canción fiera y llena de riffs afilados. Ahí hay mucho del espíritu de Seattle. Un viaje que tiene bajadas y subidas pero que nos deja un buen regusto a electricidad.
De nuevo aterrizamos en una meseta. Un corte acompañado en los coros por la hija de Grohl, Violet, que resulta de lo más espiritual y catársico. Nos estamos refiriendo a “Show Me How”. Dave busca calmar sus heridas con las personas que quiere y hace una demostración de sensibilidad a prueba de bombas.
“Beyond Me” es otra canción casi con el mismo corte de la anterior. Con subidas y bajadas y pensamientos encontrados. La soledad del que queda sin el ser querido, el querer escapar del dolor aunque sea solo un momento para poder respirar aire reparador. Todo ello para desembocar en otro de los momentos del disco: “The Teacher”.
Dave Grohl se desmorona recordando a su madre Virginia. Recuerdos de toda una vida enlazados en una historia en la que el líder de la banda quiere despedirse y sentir que puede quedarse con todo lo bueno que le dejó su madre. Canción que te llega y te hace recapacitar sobre los momentos más importantes de tu vida, y la experiencias vívidas con tus seres queridos. Una maravilla de canción.
Llegamos al final con “Rest”. Dave ya ha cumplido. Ha dado homenaje a los que ya no están, pero quiere dejar claro que los demás siguen aquí y con ganas de seguir adelante. Toda una vida llena de experiencias les espera abrazados a lo que más les une: el rock. Una pieza de corte acústico, melancólica, a modo de despedida final que pone un broche más que correcto a este homenaje tan sentido.
Un álbum muy meritorio. Hacer estás canciones tras estos duros golpes no ha debido ser fácil para Dave Grohl y el resto de la banda. Aún así el resultado ha sido de lo más estimulante, y deja bien a las claras que Foo Fighters es una banda que todavía tienen muchas cosas que decirnos. Ellos están aquí a pesar de todo y nosotros les acompañaremos en ese camino.