Lamb Of God demuestran con su nuevo álbum homónimo que son la punta de lanza del metal mundial

Octavo disco de una de las bandas más sólidas e influyentes en el mundo del metal de las últimas décadas. Lamb Of God son un pasaporte seguro hacia riffs infernales y contundentes, hacia el metal más perfectamente ejecutado que pisa la faz de la tierra. 

Un álbum brutal, sin concesiones, con una mirada liviana hacia el metalcore, y todo lo demás encaminado a reventarte los oídos con puro groove, thrash y metal en vena. Un trabajo de una banda madura, que sabe lo que hace y hacia donde se tiene que dirigir. 

El single de presentación fue el corte “Memento Mori”, una canción que se sale del patrón de todo lo ofrecido en el álbum, toques metalcore y riff más accesibles hacen de este tema, una carta de presentación adecuada para lo que te viene encima. 

Si eres amante de los sonidos que crearon y cultivaron Pantera, sus herederos te harán disfrutar con canciones como “Reality Bath”, “Resurrection Man”, o la masacrante “New Colossal Hate” donde la sección rítmica te trepana el cerebro sin inmutarse. 

Debemos destacar un par de colaboraciones de campanilla en este álbum. Por un lado el líder de Hatebreed, JameyJasta, que se encarga de hacer el hardcoreta en el tema “Poison Dream”, y por otro lado el gran Chuck Billy, amo supremo de Testament, donde cabalga a lomos del thrashmás salvaje en “Routes”. 

Debemos hacer una mención especial a Art Cruz, el nuevobatera de la banda. A mi parecer no tiene el nivel del gran Chris Adler, pero es bueno de cojones. Atención a la progresión en unos años de este batería, que promete y mucho. 

Bueno, no me enrollo más. Si te gusta el metal, píllate este álbum y punto. 

Sello: Nuclear Blast

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