“L.A. Woman”, la ciudad del exceso de The Doors

La noche. Todo es posible cuando llega la oscuridad, somos capaces de lo mejor y sobre todo de lo peor. Al anochecer los sentidos se agudizan, los excesos afloran y la lujuria hace acto de presencia. En todas la ciudades ocurre lo mismo, personas en busca del Santo Grial que les satisfaga sus deseos y alivie su dolor mediante alcohol, drogas y sexo.

L.A. es un buen ejemplo para lo que hemos comentado anteriormente, y The Doors así nos lo hicieron sentir. La ciudad de las estrellas se erige como diosa de los sentidos, que incita al pecado y el frenesí. El tema “L.A. Woman” es la oda perfecta a esa situación; un sitio al que no tendrías que haber ido pero del que no quieres salir.

Nos centraremos en el tema en sí, no en el álbum al que da título. Ponemos nuestra máquina del tiempo en marcha y viajamos a 1970, el principio del fin de Jim Morrison.

El último álbum en el que participó Morrison, empezó a fraguarse en noviembre. La banda norteamericana estaba decidida a volver a sus raíces bluseras, y realizar una obra de sabor añejo y auténtico.

Esta obra final de The Doors, nació ya doblada por así decirlo. En principio requirieron los servicios de su amigo y productor, Paul A. Rothchild, que ya había trabajado con la banda en sus discos anteriores, para que de nuevo les echara un cable a la hora de perfilar, y sobre todo dar forma a un puñado de nuevas canciones listas para abofetear de nuevo las conciencias de los fans. Rothchild quedó bastante defraudado por los temas presentados por la banda, le pareció que estaban muy por debajo de las posibilidades de la formación; rompió con ellos y los abandonó a su suerte. Finalmente la producción corrió a cargo de ellos mismos junto al ingeniero de sonido Bruce Botnick.

No eran tiempos fáciles en The Doors, la tensión en el grupo iba en aumento, sobre todo por Jim Morrison y su dependencia hacia las drogas. Morrison se convirtió en el enemigo número 1 de la banda, indisciplina, agresividad etc… Todos lo necesitaban para seguir con el grupo, pero a la vez era un gran obstáculo para conseguir sus propósitos musicales.

Aun así la banda siguió en su empeño de hacer un nuevo disco, y se encerraron en un improvisado estudio de grabación. Pondremos la mirada en la creación del tema que da título a este álbum histórico.

“L.A. Woman”, tuvo como principal valedor a Jim Morrison, las letras llevaban su sello. La inspiración la obtuvo del libro “City Of Night” del escritor estadounidense John Rechy publicado en 1963. En esta obra se relata de manera cruda todo el mundo de la prostitución masculina y sus oscuros submundos. Morrison traslado este relato a las noches salvajes que el había vivido en Los Angeles, California.

Un tema tremendo, de los más largos del repertorio de la formación, en el que Morrison hace un alarde de potencia y maestría con su voz, en un corte engalanado por el rock más sucio, brillante y psicodélico que la banda podía dar.
Destacamos en la parte final del tema la alusión a la frase “Mr. Mojo Rising”. Las teorías sobre la utilización de esta frase no se hicieron esperar. Mucha gente la asoció a lo esotérico, Aleister Crowley y demás imaginería de la época.

Posiblemente ese lado oscuro del que tanto hacía gala Morrison, hizo que le llevara a incluir esta desgarradora frase final en el tema. También el término “mojo” enlaza con el blues, los músicos de este género lo utilizaban en ocasiones para hablar de un amuleto para atraer el amor, felicidad etc… Parece finalmente que Morrison lo asociaba el vocablo a la energía sexual y quiso simular un orgasmo rabioso como coda final del tema.

El aspecto técnico del álbum es muy llamativo. La banda hizo a pelo la grabación del mismo, sin regrabar instrumentos y en una sola toma, necesitando músicos de apoyo para ello, en concreto el bajista Jerry Sheff y el guitarra Marc Benno.

Por último destacaremos de nuevo la interpretación vocal de Morrison. El sonido de su voz salió de esa manera tan cruda y auténtica al grabar las voces en propio baño del estudio, al divo del rock le gustaba la acústica del w.c.

Un tema épico que definió la carrera de una banda, y en concreto la vida de excesos y desenfreno de Jim Morrison, lo demás es historia; ya sabéis lo que pasó en París  unos meses después…

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