Seattle: La ciudad que ayudó a una generación a ser adulta
Aunque todo empezó a mediados de los años 80, no sería hasta principios de los 90 cuando todo estallaría. Nadie estaba preparado para lo que iba a acontecer a nivel mundial en el ámbito musical. Un puñado de jóvenes llevando como única arma sus guitarras y su pasión por los sonidos distorsionados como religión, estaban preparados para dar un giro de 180º grados al negocio musical y por ende, marcar de por vida a toda una generación de la que soy parte.
Al grunge o “sonido Seattle” se le acusó en su momento de romper las reglas establecidas en el rock, hablar de tristeza, mal rollo o suicidios y abandonar las candilejas del show business. Es cierto que rompió con el arquetipo establecido de lo que tiene que ser una banda de rock. Incluso hizo peligrar el heavy metal, que a su vez se vio obligado a reinventarse de la mano de grupos como Pantera, influenciados a su vez por lo que había ocurrido en Seattle y así crear el metal moderno como lo conocemos ahora. Todo eso es cierto en parte, pero en el gran haber de este movimiento está el poder dar a la gente la posibilidad de conseguir un sueño si tienes esperanza, pasión y tesón. El grunge democratizó en parte el rock, género que se había endiosado, que sólo se miraba el ombligo y que había sido fagocitado por el star system. Con el paso de los años también le ocurriría al grunge, pero su irrupción nos sirvió a muchos como madera a la que aferrarnos, en el naufragio que existe entre la adolescencia y convertirte en adulto.
Haber estado presente y vivir la entrada en escena de bandas como Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden, Alice In Chains o Mudhoney fue un privilegio, que en esa época no lo percibías, pero que con el paso del tiempo su huella imborrable, ha corroborado que lo que vivimos esa generación fue algo inolvidable; posiblemente la gran última revolución del rock y por extensión de la música.
Todavía recuerdo como si fuera el primer día, salir corriendo del instituto para poder ver el vídeo de “Smell Like Teen Spirit” de Nirvana en un programa que echaban los mediodías en la televisión española. No te percatabas que lo que estabas viviendo era muy grande, pero sabías que eso era importante, una luz brillante a la que seguir y con la que pasabas tus horas muertas de juventud, pensando, quién sabe, si algún día podrías ser como ellos, o simplemente tendrías los arrestos para conseguir lo que deseas de la vida.
Soundgarden-1989
Me viene a la memoria las discusiones con mis amigos, sobre quién molaba más, si Pearl Jam o Nirvana. Otras generaciones tenían a The Beatles y The Rolling Stones, nosotros los teníamos a ellos; eran parte de nuestra vida, de la que nunca salieron, por lo menos en mi caso.
Al ver el vídeo del tema “Alive” de Pearl Jam llegué a la absoluta certeza de saber que pertenecía a un lugar, a una música y con ello podría conseguir lo que quisiera. Como reseña el tema, me sentía “a salvo” escuchando su música, era intocable, todopoderoso.
El álbum “Ten” significó uno de los descubrimientos más importantes de mi vida a nivel musical, y quién sabe si también personal. Me es difícil recordar un trabajo con tantas canciones buenas, en el que no sobra nada y que contiene maravillas como “Black”, “Jeremy” etc… ¡Qué decir de “Jeremy”! Himno de los chavales con problemas, rechazados por el grupo hasta las últimas consecuencias, rodeados de un bullying maligno que a veces tenía, y sigue teniendo, consecuencias funestas. Se le daba voz a los que siempre callaban, a ese grupo silencioso que sin pestañear, era un espectador impertérrito de lo que hacían los payasos en clase todo el día pavoneándose.
nirvana-1992
Con Alice In Chains llegó el cénit de todo este movimiento. Representaban el enlace con el metal. Su álbum “Dirt” lanzado en ese año mágico de 1992, en el que parecía que todo iba a cambiar, que el mundo iba a ser otro, se convirtió en mi banda sonora. Me acompañó a todas partes, era el guión de un adolescente, que se asomaba al mundo en un año olímpico, que representó la llegada de la modernidad a este país, y a título personal el comienzo de pasar de adolescente a un imberbe adulto.
Con el paso del tiempo miras en la lejanía y te das cuenta de los errores cometidos, de los aciertos, de tus relaciones etc… Muchas veces te hubiera gustado dar marcha atrás y como en un juego de rol coger otro camino que te hubiera llevado por otros sitios, quién sabe si mejores o no, pero de lo que si estoy seguro es de que escogí la mejor banda sonora posible para poder alcanzar la madurez.