“American IV: The Man Comes Around”, el canto del cisne de Johnny Cash

Todos conocemos lo que significa la frase “el canto del cisne”, pues sí, la llegada inexorable del fin. El camino deja de tener una senda y la meta al fin se vislumbra. Una meta final, donde es el momento de recapacitar, mirar atrás para valorar lo realizado y prepararnos para despedirnos sin más.


Para Johnny Cash el final como músico llegaría con el álbum “American IV: The Man Comes Around”, ignoramos si ya lo sabia a ciencia cierta. Aunque un tipo tan terrenal como él seguro que sabia que el final. estaba llamando a su puerta.


Antes de entrar en este disco, echemos la vista atrás para contextualizar esta obra que se
edito en 2002. En 1988 el celebérrimo productor Rick Rubin creó un sello llamado American Recordings. Bajo este mano produjo álbumes para artistas de lo más variopinto. A la figura de Cash, habría que unir a System Of A Down, The Black Crowes o los metaleros Slayer. Utilizó elnombre de “American Recordings” para crear una serie de álbumes que recogieran el folklore y la música popular de EEUU bajo la mira de Johnny Cash.

Un artista que se encontraba totalmente en el olvido, y que dicha invitación de Rubin hizo que su carrera emergiera de nuevo cual Ave Fénix. La figura de “El Hombre de Negro” surcaba el horizonte musical norteamericano de nuevo y parecía que al fin iba a recoger los frutos de su aportación a la cultura pop/rock norteamericana.


Volvemos a “American IV:The Man Comes Around”. Cuarta entrega como ya hemo señalado antes, de una serie de discos de versiones en donde se recogía hitos de la música estadounidense en géneros diversos. En los anteriores títulos Cash ya se había atrevido a versionar a bandas como U2, Soundgarden o mitos del conuntry rock como el grandísimo Hank Williams. Todo ello con un gran nivel de arreglos y del tratamiento de su voz. Este maravilloso crooner, obviamente ya no poseía el vozarrón que lo hizo famoso pero seguía guardando como los viejos vinos, esa esencia que le hizo eterno.


De los 4 álbumes que hizo Cash con Rubin, este sin duda es el mejor, su obra maestra. Un
trabajo en el que profundiza en sus raíces religiosas, sus miedos, sus inseguridades, eligiendo un puñado de canciones que sirven de guia por este testamento de uno de los cantantes más importantes de la historia en lo que al country/rock se refiere.


Cash hizo algo muy inteligente también. Se rodeo de una serie de maravillosos artistas para que le acompañaran en este camino final hacia el fin de sus días. Unos músicos que supieron dar la contrapartida necesaria para que el genio de negro se sintiera seguro y no abrumado por sus presencias.


El tema que da título a la obra es el mismo que la abre. “The Man Comes Around” es un tema que dentro de lo que encontramos en el álbum, es de corte jovial, aunque ya guarda ese aroma de tristeza y melancolía que nos acompañará por todo el disco.


Muy pronto llegamos a la parte más importante del álbum. La versión del tema de Nine Inch Nails “Hurt”, está considera por buena parte de la critica musical como la mejor versión que se ha hecho jamás de una canción. Hacer este tipo de aseveraciones siempre es verdaderamente arriesgado, lo que si es cierto es que la interpretación que lleva a cabo Johnny Cash es sencillamente legendaria. Se te parte el alma escuchando este tema. Te llega a lo más profundo de tu ser revolviéndote las entrañas. El propio líder de NIN al escuchar la versión de Cash comentó que en ese momento sintió que este tema ya no le pertenecía, que era de él sin más. En definitiva estamos ante una obra maestra absoluta.


Me alucina la versión que hace de “Bridge Over Troubled Water” de Simon & Garfunkel, una de las canciones más bellas de la historia pop, la sabe llevar a su terreno con la ayuda de la voz cálida de Fiona Apple que le hace un acompañamiento perfecto y maravilloso. Una canción que también llega a otra dimensión de la mano del hombre de negro.


Destacamos también el cover que realiza de uno de los éxitos más grandes de Depeche Mode. Con “Personal Jesus”, Cash consigue crear una oración intimista llena de misticismo y fe. Sinceramente me recuerda a un párroco protestante subido a un púlpito y lanzando su letanía para regocijo de sus feligreses. Además por si fuera poco tenemos al gran John Frusciante a la guitarra, creando esas increíbles filigranas en forma de riffs a las que nos tiene acostumbrados.


Me quedo finalmente con la fastuosa versión que acomete de “I’m So Lonesome I Could Cry” un temazo de Hank Williams que nos vuela del todo la cabeza. Como compañero de lucha en esta canción tiene al eterno Nick Cave. Grandes entre los grandes.


El álbum en una maravilla en si. Otras versiones, algunas de sus propia cosecha, no paran de elevar la calidad de lo que tenemos delante nuestra. Cortes como “We’ll Meet Again”, Give My Love To Rose” o la fantástica “Danny Boy” nos recuperan al Johnny Cash de siempre. Su mirada férrea, su temple, su seriedad emergen de nuevo para señalarnos que el final del camino se acerca.


La versión “In My Life” que hace del tema de The Beatles es la despedida perfecta. El cowboy de negro se va alejando y empieza a despedirse de sus seres queridos en una canción eterna, mágica que siempre nos acompañará.


Al poco tiempo de la publicación de este álbum, en concreto en septiembre de 2003, Cash
fallece. Su corazón ya no aguanto separarse de sus adorada June, que fallecería unos meses antes.


Sirva este álbum como el epitafio digno y perfecto a una carrera maravillosa, protagonizada por un hombre hecho así mismo, lleno de contradicciones aunque siempre con la determinación intacta. La música fue su salvaciín y redención a la vez.

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