Arch/Matheos simplifican el progresivo en “Winter Ethereal”

Jim Matheos es un guitarrista incombustible con capacidad sobrenatural de adaptación que además de su incuestionable trayectoria al frente de Fates Warning, ha formado parte de la superbanda OSI. Siempre bien rodeado y siempre desde la humildad, de vez en cuando da un paso al lateral y deja el protagonismo al Paul Diano del metal progresivo y nos brinda su otra versión cada vez que trabaja con el grandioso John Arch, núcleo duro de FW.

De esta maravillosa alianza nace “Winter Ethereal”, disco publicado a mediados de Mayo que dejé aparcado a sabiendas que iba a necesitar tiempo libre y muchas vueltas para poder disfrutarlo debidamente y analizarlo desde la desconexión. Este plan de escucha surge debido al profundo respeto y admiración a dos musicazos de semejante magnitud, pioneros del metal progresivo y creadores de joyas como “Awaken the Guardian” (1986) con Fates Warning, sumado a la densidad de su anterior y primer trabajo bajo denominación Arch/Matheos “Sympathetic Resonance” (2011) en mí cruzada personal frente a la excesiva complejidad del metal progresivo en los últimos años.


“Winter Ethereal” definitivamente no es una continuación del formidable “Sympathetic Resonance” a pesar de no haber variado mucho las colaboraciones, la diferencia fundamental es que se suaviza el cóctel sonoro logrando humanizar el disco evitando el uso y disfrute exclusivo de músicos y eruditos prog sin caer en la fórmula facilonga. Si además contamos con un John Arch al que le han sacado el espíritu de James Labrie que le había poseído (con todos mis respetos) y vuelve a atreverse con todo… Discazo al canto.


Abre “Vermilion Moons”, tema magistral en torno al cual va a girar el sonidazo de todo el disco, que no es conceptual pero desde este punto consigue atraparte entre el desasosiego, la melancolía y la lucha interior con altas dosis de nublosa tralla. Temazo 4 en 1 con poderosísima base prog a cargo de Steve DiGiorgio al bajo (Testament, ex-Death) y Thomas Lang a la batería (Paul Gilbert) donde ni Matheos con su colección de distorsiones ni Arch con su espectacular dramatización comandada por su falsete sin igual, guardan ninguna bala en la recámara, mostrando con benevolencia la salida del laberinto del que no quieres salir voluntariamente ya que las medidas de agresividad, melodía y armonía son perfectas, creando ese prog accesible y de quilates que tanto demando. Maravilla.


El disco cuenta con otras joyitas de puro metal progresivo como “Wrath of the Universe” donde Bobby Jarzombek (Halford, Fates Warning) llena de agresividad con sus baquetas y el doble bombo este temazo con aire a Symphony X. Riffacos tralleros y elegantes del Sr. Matheos armonizados por los gorgoritos del Sr. Arch que viaja desde André Matos hasta Ian Anderson. Pero sin duda este tema destaca por un breakdown antológico, donde de repente las nubes tapan la luz para dejarte hecho trizas y regresar a la canción como un calcetín del revés. O “Thetered”, emotivo slow/mid tempo que te destroza la patata, más si ves el videoclip. Puro lucimiento interpretativo de John Arch.


Más fresca, compacta y moderna suena la potente “Solitary Man” con uno de los mejores estribillos del disco. Un John Arch muy heavy que acaba recitando entre la timbalada de Lang y los riffs, punteos y armónicos de Matheos. 


Menos brillantes son “Wanderlust” y “Straight and Narrow”, temas más directos y sin mucha floritura. El primero de ellos con un contratempo oriental muy guapo pero insuficiente para la calidad que atesoran estos genios. El segundo, a pesar de los buenos riffs y gorgoritos me parece un experimento fallido de single donde mi afán por simplificar toca fondo y me demuestra que el progresivo necesita de un mínimo de minutos para cuajar los temas, 4:20 se me quedan cortos. Solo recuerdo con éxito de menos de 5 minutos “The Looking Glass” de DT.


En la otra cara del disco encontramos la continuación de “Sympathetic Resonance”, un progresivo más denso, complejo y prodigioso de altísimo nivel compositivo, letristico e interpretativo. Como en la atmosférica, dramática y un tanto desesperante “Pitch Black Prism”. O la profundísima y abstracta “Never in Your Hands”, con tintes groovetas y sonido DT donde te sientes como una víctima de Messi, que te la enseña, te la mueve y cambia de pie para acabar haciéndote un caño mientras John Arch te recita un trabalenguas y Frank Aresti se hace el mejor solo de todo el disco. De locos.  Ambos temas necesitan muchas muchas vueltas.


Cierra el disco la suite “Kindred Spirits”, colección de riffs, solazos en 4 actos y 13 minutazos donde nos volvemos a enfrentar a unos trileros en forma de músicos que nos conducen desde la senda del AOR, al heavy metal y el power en un viaje dramatizado que recorre nuestros sentimientos para dejarnos malheridos y abatidos donde acabamos recibiendo un cubo de agua antes de regresar a la  casilla de salida sanos y salvos.

 Metal PROgresivo que para muchos de nosotros, que quisimos ser astronautas de niños nos hace sentir unos orgullosos observadores de estrellas.


Sello: Metal Blade Records

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